Inter News Service Agencia de Noticias
Evo morales consiguió darle estabilidad a Bolivia en los últimos 14 años, cuando consolidó su desarrollo económico y social. Inter News Service/ABI
Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 25 dic (INS).- El golpe de Estado contra Evo Morales tuvo un propósito: arrebatarle a Bolivia su recién descubierta inmensa riqueza natural de litio, que perfila a esta nación como el mayor productor potencial de litio en el mundo.
El litio es esencial hoy para la producción de baterías.
El descubrimiento del mayor depósito mundial del denominado “oro blanco” descubierto en el depósito salar de Uyuni, un inmenso desierto de sal en el Departamento de Potosí, al sudoeste de Bolivia, fue el detonante de una intriga geopolítica diseñada por intereses económicos multinacionales y liderada por Estados Unidos con intervención de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), para apoderarse de la riqueza boliviana de litio.
El presidente Evo Morales, elegido democráticamente desde 2006, propugnaba la explotación de la riqueza de litio en su país para beneficio del pueblo boliviano y no para beneficio de los intereses empresariales estadounidenses y de las grandes potencias occidentales.
Morales, no únicamente ha sido el primer indígena en advenir a la presidencia de Bolivia, sino también el presidente civil más duradero sin su mandato haber sido interrumpido por un golpe militar.
Trece años consecutivos en el poder, hasta que los militares y la ultraderecha oligárquica boliviana vieron el momento preciso para provocar la caída de su gobierno.
Bolivia logró con el gobierno de Evo Morales una gran estabilidad económica, habiéndose reducido la pobreza: de un 60% de su población bajo el umbral de pobreza, logró reducirla al 35 por ciento.
En el caso de la indigencia extrema, la reducción fue del 38% al 15% de la población.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia se elevó en una equivalencia de 9 mil millones de dólares estadounidenses a 40 mil millones. El crecimiento promediado de su economía ha sido a razón de 5.2% anual, con un índice de inflación estimado por el FMI (Fondo Monetario Internacional) de únicamente el 2%.
Lo sorprendente de los trece años del gobierno de Evo Morales en Bolivia ha sido un crecimiento económico inclusivo, que ha permitido el acceso de la población más pobre a beneficios de salud y educación.
En una nación con una población mayoritariamente indígena, la tasa de analfabetismo se redujo del 13.3% al 4.7%.
Con la nacionalización de la industria de hidrocarburos por el gobierno de Morales hace ya más de una década, se redistribuyó la riqueza nacional a través de un Estado mucho más fuerte. Se ha generado un mercado interno más sólido y la construcción se ha fortalecido y se ha hecho más rentable.
Durante el gobierno de Morales, además, se lograron en Bolivia reservas récords de divisas, un gran ahorro fiscal y un crecimiento económico nacional sostenido. Siendo un gobierno de izquierda predicado sobre bases de socialismo del siglo 21, recibió elogios de instituciones conservadoras como el FMI cuando en 2008 Bolivia registró un fuerte crecimiento económico del 6.1%.
Habiendo el gobierno de Morales creado el Banco de Desarrollo Productivo y el ofrecimiento de pequeños préstamos a unos 15.000 pequeños comerciantes y empresarios, el sector productivo endógeno se fortaleció.
Fue creada, también, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos que ofrece créditos sin intereses a pagar y que compra mercadería directamente a los medianos y pequeños productores, que luego revende a la población boliviana.
El resultado ha sido un aumento de 17% de los cultivos de alimentos por medianos y pequeños agricultores y una razonable estabilidad en los precios del azúcar, arroz y otros productos de la canasta básica alimentaria.
Uyuni es en Bolivia el salitral más grande del mundo y posee la mayor riqueza de litio en el mundo, el principal componente de baterías para vehículos eléctricos, con un gran potencial para los próximos 10 años.
Quizás, más significativo que los hidrocarburos para Bolivia en el futuro.
Esa parece ser la razón principal de que Estados Unidos haya querido sacar a Evo Morales del medio, con el concurso del entreguismo oligárquico boliviano que han servido de intermediarios de los yanquis al golpe de Estado en Bolivia.
La explotación de litio quedaría nacionalizada, o sea en manos del Estado boliviano, en el gobierno del llamado socialismo del nuevo siglo, del presidente Morales.
Sus planes en el poder eran elevar a Bolivia al rango de “la Arabia Saudita de litio”, así como lo es el país árabe con el petróleo. Sus cálculos estaban sustentados en el hecho de que hay muy pocos sitios privilegiados con este tipo de riqueza natural en el mundo, en tanto que la demanda internacional explota.
El teléfono móvil inteligente más pequeño que exista contiene de dos a tres gramos de litio. Un automóvil eléctrico cuenta con alrededor de veinte kilogramos de este material.
Se estima que en 2040 circularán internacionalmente unos 260 millones de automóviles eléctricos no contaminantes con CO2 en el mundo, en comparación con los cuatro millones que circulan por las carreteras actualmente.
Se espera que la demanda mundial de litio se eleve en los próximos diez años de 300,000 toneladas anuales actualmente a un millón de toneladas. Los precios del litio se han cuadruplicado en los últimos tres años, llegando a costar 20,000 dólares por tonelada en 2018, con un ligero descenso en 2019. En Uyuni se estima haya unos 21 millones de toneladas de reservas de litio.
Esta es la razón de los sucesos políticos del golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia y la situación convulsa que este acontecimiento ha generado en ese país. Veremos cuál será el desenlace político final. INS
rsm/ndc
