P. Rico-Reflexiones antes de que finalice el 2019: Puerto Rico necesita de un volatinero circense (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 29 dic (INS).- Cual funámbulos de circo equilibrándose en la cuerda, los puertorriqueños intentan caminar sobre la crisis fiscal y económica que abate a Puerto Rico durante el año que está cerca de finalizar.

Y antes de que culmine 2019, el pueblo precisa de los desafíos de un volatinero circense para rebasar las dificultades que esta década ha interpuesto en su camino y comenzar la andadura por la segunda década del nuevo milenio.

Con el año 2020, no únicamente termina una década, sino que al ser un año de comicios el pueblo puertorriqueño encara importantes retos y trascendentes decisiones con el ejercicio democrático del voto en las urnas.

Darle continuidad y verdadera trascendencia al disgusto en manifestaciones masivas durante el verano de 2019 mediante el poder político del voto que hace valedera y real la democracia es el asunto más fundamental que Puerto Rico tiene al borde del inicio de la segunda década del milenio. Todo dependerá de cómo se ejercite el derecho al voto en las elecciones de 2020.

Una nación que pende de incertidumbres sobre su futuro y que va despoblándose a pasos agigantados con una fuga migratoria de su población en edad laboralmente más productiva y en acelerado envejecimiento demográfico (debido a que son las generaciones de edad más avanzada las que se quedan), Puerto Rico urge de determinaciones políticas radicales que en la democracia deben ser emprendidas con un voto inteligente y de transformación en las urnas.

Está bueno de seguir tolerando como normal la altísima incidencia criminal en las calles. Treinta asesinatos por cada cien mil habitantes, como lo indican las estadísticas en Puerto Rico, supera cuatro veces la incidencia criminal de la jurisdicción federal estadounidense e iguala la de un país dominado por el narcotráfico, como México.

El 79 por ciento de los asesinatos, o tal vez más en la actualidad, porque la cifra fue establecida en 2016, son perpetrados con armas. No hay país alguno en Latinoamérica que alcance esa cifra porcentual. Y eso es indicio de que algo anda mal en el país, por lo que hay que comenzar a intentar ponerle coto a esto con una eficiente gobernanza que coloque a esta nación a la altura de este nuevo milenio.

La criminalidad no se ataja únicamente con más policías. Hay que incorporar nuevas metodologías criminológicas y acabar con la impunidad de los delitos mediante métodos investigativos policiales que sean eficientes.

Para ello hay que modernizar el Negociado de Ciencias Forenses, los laboratorios y divisiones técnicas de la Policía para elevar sustancialmente el número de delitos esclarecidos. Es paupérrima la tasa de esclarecimientos de delitos en Puerto Rico. Y eso incentiva la incidencia de crímenes y troncha el ejercicio de impartir justicia en los tribunales.

El promedio nacional en Puerto Rico de esclarecimientos de delitos es de apenas un 23 por ciento, pero hay regiones policiales que observan porcentajes más bajos (de hasta un mero 11%). No es posible que un país que blasona de haber alcanzado la modernidad tenga estadísticas con porcentajes tan reducidos de esclarecimiento de delitos en medio de una tan elevada tasa de criminalidad.

Empero, no es tan sólo la alta tasa de criminalidad lo que amerita atenderse con urgencia en Puerto Rico en el preámbulo del ingreso a una nueva década. Junto a eso y de manera paralela es necesario resolver el problema de la alta tasa de desempleo de doble dígito y su concomitante baja tasa de participación laboral de únicamente el 40% (o sea, un bajo porcentaje de personas con empleos en la fuerza laboral o activamente buscando trabajo).

Puerto Rico urge de un plan de desarrollo económico viable y sustentable que corra paralelamente a un plan de ajuste fiscal ajustado a las realidades del país y sin que termine empobreciendo más a un pueblo ya de por sí empobrecido.

De eso los políticos de oficio y candidatos de la política tradicional hablan muy poco o, cuando hablan de ello, lo hacen con poca sustancia y no se escuchan planteamientos de ideas convincentes. Eso es lo que debe tenerse en consideración a la hora de ejercer el derecho al voto en las elecciones generales que inician esta nueva década.

Abriguemos la esperanza con el nuevo año y el inicio de una nueva década. INS

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