P. Rico-Controversial el paso del ex director del 9-1-1, aunque el interino no se queda atrás

Por Obed Betancourt
San Juan, 30 nov (INS).- Si La Fortaleza pensó inicialmente que con el despido del director del sistema de emergencias 9-1-1, Héctor Torres Calderón, podía detener las graves secuelas que este causó en la agencia, tendrá que pensarlo otra vez, al dejar al mando al subdirector José García, ex mano derecha y amigo personal del cesanteado funcionario, indicaron fuentes a Inter News Service (INS).

La larga lista de actos cometidos por Torres Calderón, ex representante y ex aspirante fracasado a la alcaldía de Morovis en 2016, provocaron la renuncia de funcionarios en la agencia, y el malestar de muchos empleados, particularmente mujeres, entre ellas la directora legal Mónica Torres.

INS tiene información sobre hostigamiento sexual que luego se convirtió en hostigamiento laboral, al no ceder esas mujeres –algunas en puestos de dirección- al apetito pantagruélico de su jefe.

Además, Torres Calderón se mantiene bajo investigación de la Oficina de Etica Gubernamental (OEG).

La agencia INS pudo conocer que Torres Calderón habría cometido una serie de actos que, de confirmarse, serían por lo menos inmorales.

En la carta de 14 de noviembre de OEG a Torres Calderón, se le reclama que devuelva alrededor de $6,000 de salario de un nombramiento ilegal en la agencia,
y para el que se solicitó consulta meses después de otorgado. La OEG declaró que no procedía el nombramiento y pidió al director del 9-1-1 que, de su propio peculio, devolviera la erogación de esos dineros públicos.

Una fuente de INS sostuvo que Torres Calderón reunió unos 11 de sus ayudantes y un contratista de la agencia en una panadería cercana al OK Motel, en Caguas, y a cada uno le solicitó $460 para pagar de inmediato su deuda con la OEG.

La acción, para algunos de ellos, representaba un serio golpe a sus finanzas, porque ese cheque ya lo tenían comprometido, fuese por el pago del auto o por actividades familiares. A otra persona le pidió que liquidara una cuenta en una cooperativa.

Torres Calderón les habría conminado a darles el dinero y les pidió que “tienen que ver esto como si fuera una inversión” en el empleo.

No obstante, la situación de Torres Calderón hizo crisis tan pronto como el 7 de abril, durante una “visita oficial” de Torres Calderón y García a Vieques.

Mientras estos esperaban la lancha en Isabel II, ambos estaban borrachos, según varias fuentes. Los tragos de ambos habían sido pagados en parte por el alcalde Víctor Emeric, y luego estos siguieron bebiendo durante la espera de la embarcación.

Por causalidad ambos se encuentran en el puerto con el ex procurador de Salud, Carlos Mellado, y mientras Torres Calderón lo saludaba demasiado zalamero y tambaleante, el subdirector del 9-1-1 y actual director interino García, comenzó a increpar con palabras soeces al médico, quien iba acompañado de su familia, entre ellos un niño pequeño. García también lo confrontó y hasta llegó a ponerle el dedo en el pecho.

García quería que le explicara allí mismo por qué lo despidió como director de la oficina legal de la Oficina del Procurador de Salud. Cuando Mellado llegó a la oficina en el 2009 ya García era abogado en esa dependencia nombrado por la administración de Aníbal Acevedo Vilá. Aun así, Mellado lo colocó de director legal, sin embargo, finalmente le quitó la confianza y lo sacó del puesto debido a una serie de incidentes que no le gustaron a Mellado, según fuentes de INS que conocen estos hechos.

García, bebido, le exigía explicaciones mientras insultaba fuertemente al médico. De alguna manera, La Fortaleza tuvo conocimiento de estos hechos y el secretario de asuntos públicos Ramón Rosario llamó a capítulo a Torres Calderón y García. El entonces director del 9-1-1 le negó a Rosario que hubiesen bebido.

Desde ese momento La Fortaleza comenzó a preocuparse por la designación de ese nombramiento, así como ahora está seriamente preocupada por otros dos secretarios, supo INS.

La decisión de despedir a Torres Calderón ya estaba tomada y cuando se publicó en la prensa que contra el funcionario había una orden de protección de su ex esposa, algunos en La Fortaleza se plantearon por qué no lo sacaron antes, aunque fuese en medio de la crisis del huracán María, como se había hecho con el director de Aemead, Abner Gómez.

Torres Calderón, según un informante, pensó que lo botaron por el asunto la orden de alejamiento, y tenía esperanzas de superar la situación, como han hecho otros políticos, y regresar a la actividad política. Sin embargo, una investigación de la OEG por los acontecimientos narrados en este reportaje darían al traste con el futuro político del ex representante.

Torres Calderón mostró a más de uno, una moción sin firmar, alegadamente de su ex esposa, en la que esta se retracta de las razones para solicitar su orden de protección. Es necesario indicar que Torres Calderón se mudó a varias casas de distancia de su ex pareja. En la moción se hace una narración exhaustiva de hechos que conoce Torres Calderón. De momento no se ha indicado qué abogado redactó la moción de la víctima.

García, quien es abogado, es amigo personal y muy cercano de Torres Calderón, y fue su mano derecha en la agencia. En estos días también renunció la abogada del 9-1-1 Gipsy Ramos, quien fue cercana a la administración de Torres Calderón.

Una fuente informó a INS que el 9-1-1 sostenía con $230,000 programas en la Oficina de la Procuradora de la Mujer, pero bajo la dirección de Torres Calderón los fondos fueron cancelados.

Mientras, con la agencia ahora en manos de García, vuelven a levantarse controversias de sus pasados desempeños, catalogados “de horror”, en la antigua Oficina del Procurador de la Salud, hoy del Paciente.

Lo menos que se dice es que ejerce su cargo de manera “despótica”, “insensible”, “maltratante”, “inflexible” con los empleados. Que al asumir la dirección legal comenzó una cacería de brujas contra funcionarios del Partido Popular Democrático, entre ellos el ex procurador de esa oficina, quien es funcionario de carrera, y quien precisamente lo había contratado en la administración del PPD.

García, relató a INS una fuente enterada, fue causando muy mala impresión en el entonces jefe de la OPS Mellado, la cual hizo crisis cuando este se enteró que el abogado asistió a una fiesta privada de una aseguradora de salud, que estaba demandada por su oficina y cuyo abogado era el mismo García. Mellado lo sacó del caso.

Igualmente esa mala impresión se profundizó cuando García insistía en negociar una multa de la OPS a una farmacia de cadena, por servicios. Mellado se reiteró en que la cadena tenía que pagar la multa.

“García hablaba mal de todo el mundo en la agencia”, indicó una fuente, lo que causaba malestar. Incluso, asegura la fuente, Mellado llegó a evaluar entre su personal qué les disgustaba de la agencia, y el 98% se manifestó en contra de García.

Por otro lado, en un momento determinado comenzaron a aparecer gallinas frente a la oficina del director, posiblemente relacionadas con asuntos religiosos, como la santería. Mellado prohibió manifestaciones religiosas en la agencia, igualmente porque dan servicio a personas con todas las creencias. Algunos creen que García es santero, pero esto no se pudo confirmar con otras fuentes. No se le imputa a garcía o algunas de sus allegadas en la oficina haber puesto la gallina.

Mellado finalmente le quitó la confianza a García y lo devolvió a su puesto de carrera. Este lo amenazó con demandar. El abogado terminó yéndose de la agencia. Durante la administración del PPD, García fue reclutado por el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.

Pero, con el nuevo cambio de gobierno en 2017, García fue nombrado subdirector del 9-1-1, con aumento de sueldo propuesto por su amigo Torres Calderón. Este aumento fue duramente disputado por la junta de gobierno del 9-1-1, dada la política de austeridad del gobernador Ricardo Rosselló Nevares, quien fue enterado de toda esta información a través de Rosario.

Un miembro de la junta de gobierno del Sistema de Emergencias 9-1-1 le solicitó a la presidenta de ese organismo, la superintendente de la Policía Michele Hernández, que investigara los aumentos salariales otorgados por Torres Calderón a su grupo de confianza, pero no lo hizo. Torres Calderón aumentó el salario de su amigo de la infancia en $2,577 mensuales, de $5,540 (en el 2016) a $8,117. Los aumentos dados por Torres Calderón a su entonces círculo de confianza en la agencia suman sobre $11,000 mensuales.

No se sabe aun si Héctor Pesquera, quien fue supervisor inmediato de Torres Calderón y ahora lo es de García, intervino en algún momento en todos estos asuntos. INS

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