P. Rico-A punto oficialmente de una guerra declarada Armenia y Azerbaiyán

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 28 sep (INS).- Armenia y Azerbaiyán están oficialmente al borde de una guerra declarada con los recientes enfrentamientos armados, tras 26 años sin encontrar una solución diplomática para el conflicto en la región montañosa de Nagorno Karabaj.

Con el inicio de los enfrentamientos armados el 27 de septiembre, Armenia y Azerbaiyán se encuentran más cerca que nunca de una guerra declarada y abierta. A los bombardeos se añade una guerra de palabras, en la cual ambas partes definen sus propias acciones como respuesta a la agresión. 

El primer ministro de Armenia Nikol Pashinián afirmó que Azerbaiyán de hecho declaró la guerra a todo el pueblo armenio, mientras las autoridades azeríes calificaron las hostilidades de “guerra patria”.

El conflicto empezó en 1988, cuando los diputados de la región Nagorno Karabaj, la cual formaba parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, pero cuya población era mayoritariamente armenia, solicitaron la unificación de su región con Armenia. 

En 1992, tras el desmantelamiento de la URSS, estalló una guerra que concluyó con la independencia de hecho de Nagorno Karabaj y la conquista de algunos distritos azeríes adyacentes por las fuerzas armenias. El 12 de mayo de 1994 fue firmado el cese al fuego, pero hasta ahora no se ha logrado llegar a una paz duradera.

Azerbaiyán, el cual, de hecho, perdió la guerra, no quiere conformarse con el estatus quo y supone que la única solución del conflicto consiste en la restitución de los territorios perdidos. Los armenios, por supuesto, no están de acuerdo, con lo cual las negociaciones llevan décadas en un punto muerto. 

Mientras tanto, Bakú y Ereván siguen la máxima romana si vis pacem, para bellum (si quieres la paz, prepara la guerra) y cada año gastan sumas ingentes en la adquisición de nuevas armas.

En el último cuarto de siglo en Karabaj se produjeron innumerables enfrentamientos. El más grave ocurrió en abril de 2016, cuando en cuatro días de combates perecieron decenas de militares de ambas partes, pero la línea de contacto entre los adversarios permaneció casi intacta.

A partir de este pasado julio, la situación volvió a agravarse, esta vez no en Nagorno Karabaj, sino en la parte septentrional de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. Tras semanas de bombardeos las hostilidades cesaron para reanudarse ahora.

A diferencia de sus dos predecesores, el nuevo jefe del Ejecutivo armenio no era oriundo de Karabaj y no había participado en la guerra de 1992-1994, con lo cual su llegada al poder fue percibida de manera positiva en Bakú.

Pashinián y el presidente azerí Iljam Alíev concordaron en reducir la tensión en la línea de contacto y empezar a preparar a sus pueblos a la futura paz, en tanto que entre los comandantes de dos Ejércitos fue establecido un teléfono rojo. Como consecuencia, los incidentes de frontera casi desaparecieron.

Sin embargo, se trataba de cambios superficiales. Tanto Armenia, como Azerbaiyán siguen considerando Karabaj como su territorio y no están dispuestos a hacer serias concesiones.

La situación se complica con la intervención de apoyo militar de Turquía a Azerbaiyán, lo cual extiende internacionalmente el conflicto.  INS

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