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El total de personas inscritas para estas elecciones hasta ahora es de 2,323,881 electores./Inter News Service
Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 3 ago (INS).-La reducción en la cantidad de electores inscritos para ejercer su voto en las elecciones generales de noviembre es interpretada como un indicio de una fementida ciudadana, especialmente de la juventud, en la democracia formal en Puerto Rico.
La expresión democrática en las urnas es una manifestación del poder soberano del pueblo, y cuando se pierde la fe en ese ejercicio democrático la viveza de la institucionalidad del sistema está desfalleciendo.
Las cifras oficiales de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) reflejan una reducción significativa de electores inscritos a días de cumplirse el término del cierre del registro electoral el 14 de septiembre.
En la antesala de los pasados comicios generales de 2016, aproximadamente 178,032 ciudadanos se inscribieron para ejercer su voto por primera vez, pero los datos revelados en el preámbulo de las próximas elecciones del 3 de noviembre indican que únicamente se habían inscritos para ejercer el derecho al voto esta vez unos 98,046 nuevos electores.
No pesa meramente para esta reducción de nuevos electores la dejadez ciudadana y la desconfianza en el proceso eleccionario, sino que cundo nuevos electores acuden a las Juntas de Inscripción Permanente (JIP) para inscribirse sus empleados les indican que no puede completarse el proceso porque hacen falta materiales para ello, tales como tinta, plástico y otros componentes para laminar las tarjetas de identificación electoral, por lo que deben regresar a intentarlo en otro momento posterior. Mas el tiempo ya se agota para la inscripción electoral.
Con el nuevo Código Electoral impuesto por la actual administración de gobierno de la gobernadora Wanda Vázquez Garced bajo la injerencia del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, la tarjeta de identificación electoral ha ido perdiendo importancia, puesto que un elector puede votar sin la tarjeta electoral, siempre y cuando presente una identificación válida y aparezca en las listas electorales.
Empero, esa información no la conocen todos los electores, menos los jóvenes, por lo que no poseer la tarjeta de identificación electoral pudiera constituir que las personas que carezcan de ella desistan de ir a votar.
El total de personas inscritas para estas elecciones hasta ahora es de 2,323,881 electores, mucho menos de los 2,867,558 que estaban inscritos activamente para las elecciones de 2016.
En la actualidad, únicamente se consideran activos únicamente los electores que hayan votado en cualquiera de las dos últimas elecciones, por lo que aquellos que no votan desde 2008 están obligados a volver a inscribirse.
La participación electoral ha ido mermando, y en 2016 participaron poco más de un millón y medio de electores, casi 300 mil menos de los poco más de un millón 848 que votaron en 2012.
Ha caído el desánimo y la dejadez sobre los potenciales electores y la abstención electoral es cada vez mayor. En Puerto Rico, tradicionalmente se utiliza la cantidad de personas inscritas en las listas de la Comisión Estatal de Elecciones como el referente para calcular la abstención electoral o el porcentaje de personas que participó de las elecciones generales.
Sin embargo, gracias a los estimados poblacionales que prepara anualmente el Negociado del Censo y que están disponibles gratuitamente en la página factfinder.census.gov, se puede estimar el porcentaje de personas mayores a 18 años que estuvo en Puerto Rico y no votó en las elecciones. Durante el 2016 hubo alrededor de 2.7 millones de personas mayores de 18 años, de los cuales votaron 1.56 millones de personas.
De modo que el 42% o cuatro de cada 10 personas de la población apta para votar se abstuvo en las elecciones recientes de Puerto Rico. Esto, de acuerdo a un análisis realizado por el Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico en Cayey utilizando la tabla PEPAGESEX del Negociado del Censo y los datos de la Comisión Estatal de Elecciones.
Si se utilizan los mismos datos de las personas de 18 años o más que hubo para las elecciones del año 2008 y 2012, se nota un aumento de la abstención electoral. Para el año 2008 hubo cerca de 2.96 millones de personas mayores de 18 años y votaron 1.94 millones de personas, lo que da una tasa de abstención electoral de 34%.
Esa proporción de personas que no participó de las elecciones es similar al 33% de abstención observado en el año 2012 cuando votaron 1.88 millones de 2.8 millones de personas mayores de 18 años. El aumento en la abstención de 33% en 2012 a 42% en 2016 cuando hubo cerca de 320,000 personas menos votando entre 2012 y 2016.
Todo apunta a que para noviembre del 2020, el porcentaje de abstención electoral será mayor todavía. INS
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