P. Rico-Coronavirus/Oposición de los comerciantes a más restricciones con una nueva orden ejecutiva y la apuesta a la inmunidad comunitaria o de “rebaño” ante la ausencia de una vacuna (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 30 sep (INS).- Faltando dos días para que se venza la vigencia de la actual Orden Ejecutiva de restricciones al gregarismo por razones salubristas dirigidas a controlar la pandemia en Puerto Rico, el sector empresarial de la Coalición de Cámaras de Comercio de las regiones del sur, del oeste y la Cámara de Comercio nacional de Puerto Rico objetan la posibilidad de que la administración de la gobernadora Wanda Vázquez Garced decrete un cierre total de las actividades comerciales.

La coalición institucional de comerciantes del país, la cual dice representar a 1,100 empresas y a 80,000 empleados, insiste en que un cierre total sería nefasto para el comercio, por la situación financiera tambaleante para mantenerse operando que alegan estar atravesando, no únicamente por la pandemia, sino por los eventos naturales de la actividad sísmica en el suroeste del país y la secuela de devastación debido al paso sobre Puerto Rico del huracán María en 2017.

Según los comerciantes, el problema de los contagios con Covid-19 en Puerto Rico no ocurre en los comercios, sino en la comunidad, en fiestas familiares sin guardar el distanciamiento entre las personas y sin el uso de las mascarillas profilácticas que cubren boca y nariz.

Los comerciantes no quieren que se vuelva a restringir las actividades del comercio, a pesar del rebrote del Covid-19 habido en las últimas semanas, aunque no hay evidencia científica certera que compruebe que los contagios no ocurren en los comercios.

El problema es que, no habiendo todavía una vacuna aceptada globalmente contra el Covid-19, la otra opción es que se genere en Puerto Rico una inmunidad comunitaria, también conocida como “inmunidad de rebaño”.

Esta inmunidad ocurre cuando una población se hace inmune, bien por exposición al virus o mediante la existencia de una vacuna, cosa que en lo concerniente al Covid-19 no ha ocurrido globalmente todavía, excepto por lo que asegura haber logrado el sistema sanitario de Rusia.

Cuando hay inmunidad comunitaria, llega el momento en que las probabilidades de propagación de la enfermedad son bien bajas. Al llegar ese momento, se considera que esa población ha adquirido inmunidad comunitaria o de rebaño. 

Sin una vacuna, únicamente hay una manera posible de lograr inmunidad comunitaria, y es mediante la infección masiva. En tanto que muchas personas podrían recuperarse de la enfermedad, permitir que el virus se propague libremente conllevaría un costo elevado en vidas humanas y otras muchas consecuencias imprevistas.

Según los expertos, el 50% de la población requerirá de inmunidad protectora para que se alcance la inmunidad comunitaria; en cambio, con enfermedades mucho más contagiosas, se requerirá de al menos un 80% de inmunidad protectora para lograr esa inmunidad colectiva. 

Llegar a un 80% de inmunidad comunitaria en el caso del Covid-19, implica la incidencia de una gran mortandad en la población, porque según están los asintomáticos y los que se recuperan sin problemas mayores de salud, también hay los que tienen necesidad de hospitalización y tratamientos intensivos, pero los peores casos son los de las personas cuyos patógenos con la infección del virus tienen implicaciones mortales. 

De modo que apostar a la inmunidad comunitaria sin la existencia de una vacuna comprobada con certeza, es simplemente arriesgarse a producir un genocidio, por no seguir afectando la economía.  INS

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