Chile-Renuncian los 31 obispos cuestionados por el Papa Francisco por encubrimiento de abusos sexuales

Por Andrés Alburquerque F.

Santiago de Chile, 18 may (INS).- Todos los obispos de la Iglesia Católica de Chile renunciaron a sus cargos luego de las reuniones sostenidas esta semana en el Vaticano con el Papa Francisco, quien los reprendió fuertemente por su encubrimiento en casos de abusos sexuales por parte de algunos de sus miembros.

La decisión fue tomada luego de un informe final entregado por el Papa el martes -filtrado anoche por la prensa chilena (T13)- en el que realizó fuertes críticas por su inacción en las denuncias de abusos a menores por parte de integrantes de la orden, entre ellos el expárroco de El Bosque, Fernando Karadima.

“La remoción de personas no alcanza” para reparar el “escándalo”, señala el documento en el que los insta a reflexionar sobre lo sucedido, pues “ha producido una herida abierta, dolorosa que ha sido tratada con una medicina que, lejos de curar, parece haberla ahondado más en su espesura y dolor”.

Más adelante, Francisco señala que “duele constatar que, en este último período de la historia de la Iglesia chilena, esta inspiración profética perdió fuerza para dar lugar a lo que podríamos denominar una transformación en su centro”, y agrega que “se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención”.

“La dolorosa y vergonzosa constatación de abusos sexuales a menores, de abusos de poder y de consciencia por parte de ministros de la Iglesia, así como la forma en que estas situaciones han sido abordadas, deja en evidencia este ‘cambio de centro eclesial’”, indica el Pontífice.

Sobre los informes del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, que estuvo durante febrero en Chile recopilando antecedentes sobre las denuncias de encubrimiento en contra del obispo de Osorno, Juan Barros -en el marco del caso Karadima- Francisco sostiene: “Es sintomático notar en el informe (…) que todos los declarantes (…) han señalado la insuficiente atención pastoral prestada”.

Añade que “es urgente abordar y buscar reparar en el corto, mediano y largo plazo este escándalo para restablecer la justicia y la comunión. Los problemas que hoy se viven (…) no se solucionan solamente abordando los casos concretos y reduciéndolos a remoción de personas; esto -y lo digo claramente- hay que hacerlo, pero no es suficiente, hay que ir más allá”.

“Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen. Confesar el pecado es necesario, buscar remediarlo es urgente, conocer las raíces del mismo es sabiduría para el presente-futuro”, se lee en el documento.

Y concluye que “creer que sólo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo, es una gran falacia. No hay duda que ayudaría y es necesario hacerlo, pero repito, no alcanza”.

“Mis enviados han podido confirmar que algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos atribuyéndolos a simple debilidad o falta moral, habrían sido acogidos en otras diócesis e incluso, en modo más que imprudente, se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad”, expresó.

Finalmente, dijo sentir “vergüenza” por las declaraciones que “certifican presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos”.

A raíz de la fuerte reprimenda, los obispos chilenos anunciaron hoy, mediante los voceros Fernando Ramos y Juan Ignacio González, que “por escrito hemos puesto nuestros cargos en manos del Santo Padre, para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”.

“Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa mismo, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones”, agregaron. También agradecieron a las víctimas “por su perseverancia y valentía a pesar de las enormes dificultades que han debido afrontar tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial”. INS

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