P. Rico-Crean herramientas para evitar maltratos o negligencias en el cuidado de ancianos luego del paso del huracán María

Ponce, 8 dic (INS).- La realidad que vive el país ha transformado en caos la rutina del hogar y muchas personas llegan drenadas para enfrentar la nueva responsabilidad de cuidar a un adulto mayor que, por las circunstancias, tal vez se mudó con la familia inesperadamente.
Según Ángel Muñoz Alicea, coordinador de la Escuela para Cuidadores de Adultos Mayores de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), en muchos casos, estas personas carecen de las herramientas emocionales para cuidar al anciano y caen en negligencia o maltrato involuntario.
Por eso, la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores, en conjunto con el Colegio de Estudios Graduados en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad de la PUCPR, está creando grupos de apoyo, foros y talleres que se ofrecen gratuitamente para identificar las necesidades y crear herramientas de ayuda para estas personas.
“Esta es una nueva realidad de las familias por lo que se hace urgente crear las herramientas y círculos de apoyo para las personas que ahora estén obligadas a cuidar de un pariente anciano. Queremos brindar apoyo biopsico-socio-espiritual para el cuidado”, destacó el doctor Muñoz Alicea.
Añadió que “después de estar dos horas en un tapón, hacer tres filas y llegar a una casa a oscuras, esta persona se siente abrumada, especialmente si no tiene las herramientas para cargar con esta nueva responsabilidad”.
Para el profesional, “por eso es importante ayudarlos a identificar recursos gratuitos que fortalezcan su salud física, emocional y espiritual, porque un cuidador saludable va a cuidar mejor a ese adulto mayor”.
La Escuela de Cuidadores de la PUCPR está creando grupos de apoyo que se reúnen los sábados para identificar las necesidades y generar herramientas de ayuda.
Según Muñoz Alicea, durante los encuentros sabatinos que realiza la Escuela de Cuidadores, una de las mayores necesidades que tiene el encargado de un adulto mayor, es poder ventilar la carga emocional que siente.
“Están sobrecargados y abrumados emocionalmente, necesitan ser escuchados y contar con una red de apoyo para hablar y buscar soluciones. Hay un gran sentido de pérdida en la sociedad, que puede ser de un pariente, de la salud, del trabajo, de los servicios básicos o de familiares que se hayan ido del país”, dijo.
Además, declaró que existe una preocupación por el deterioro físico y emocional que han visto en los cuidadores, que comienza a manifestarse en síntomas como aislamiento, falta de apetito y apatía para trabajar con el adulto mayor tras un día de complicaciones y retos del caos post María.INS
lp