Inter News Service Agencia de Noticias
Por Manuel Vólquez
Santo Domingo, 13 sep (INS).- La inestabilidad en el servicio eléctrico en el país, caracterizada por prolongados apagones de hasta 18 horas al día, se extenderá por varios meses al colapsar los principales sistemas de abastecimiento, situación que ha agravado el malestar en la población que demanda del gobierno buscar una solución urgente a la crisis.
La salida desde el pasado tres de septiembre de 300 megavatios de la generadora AES Andrés ha dejado sin energía eléctrica a diversos hogares dominicanos.
La ida de este servicio provocó una sesión permanente de los funcionarios y técnicos que conforman el conglomerado eléctrico estatal, incluido el Ministerio de Energía y Minas, la Superintendencia de Electricidad, la Comisión Nacional de Energía, y la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
La salida de varias plantas generadoras del Seni (Sistema Eléctrico Nacional Interconectado) obligará a comprar energía en el “Mercado Spot” y que amenaza con impactar las finanzas públicas.
El Mercado Spot es aquel donde todos los activos que se compran o venden se entregan de forma inmediata (o en un corto período de tiempo) al precio de mercado del momento de la compra/venta, y no al precio que haya en el momento de la entrega del activo.
Un reporte del sector eléctrico explica que la salida de AES Andrés por la caída de un rayo “tiene un impacto encadenado de repercusiones mayores tanto en costos como en desabastecimiento”.
No obstante, esta empresa informó ayer que a final de mes tiene previsto entrar al sistema. Recordó que la turbina de vapor de 121MW se vio afectada por una descarga eléctrica como consecuencia de condiciones climáticas adversas.
Las autoridades estiman que la situación puede significar un incremento del subsidio eléctrico de US$30 millones mensuales, los cuales se agregan a los US$200 millones que aumentará el subsidio este año por las alzas del precio del petróleo.
El presupuesto para el subsidio este año es de US$425 millones, por lo que los precios obligarán a buscar al menos US$200 millones adicionales y, de mantenerse la situación de desabastecimiento actual del servicio, según un informe oficial.
La generadora de electricidad Barahona Carbón, de 45 megavatios, también anunció que saldrá del sistema por mantenimiento programado por 45 días, y a eso se agrega que la CESPM, de 300 megavatios, ha anunciado revisión programada de sus unidades a finales de este mes y principios de octubre lo cual implicará su salida escalonada y en ocasiones total entre octubre y diciembre. y en un período de tres meses tendrá fuera entre 150 y 200 megas.
Las autoridades del sector analizan poder despachar energía de plantas con alto costo como San Felipe (170 megavatios) y las Turbo Gas de EGE Haina (90 megavatios), lo cual podría compensar en parte con un aporte de alrededor de 260 megavatios de elevado costo.
La empresa AES Andrés, ubicada en el municipio Boca Chica, está gestionando una negociación con Seaboard (106 megavatios) para comprarle su energía y colocarla en línea mientras termina la primera parte de sus reparaciones, con lo que cumple parte de su compromiso contractual de suministro.
Aún con la entrada a plena capacidad de las Haina Gas, San Felipe (en Puerto Plata) y Seaboard (366 megavatios) no serían suficientes para compensar el déficit de 500 y 600 megas por las salidas por averías y mantenimiento programado de AES Andrés, Barahona Carbón y CESPM, a lo que se agregan otras salidas no programadas.
Los prolongados apagones han generado protestas en diferentes localidades del país, sobre todo los empresarios, industriales y pequeños comerciantes así como otros actores de la economía que trabajan con productos refrigerados, sin plantas de emergencia. Además, sacan de circulación los semáforos en las zonas urbanas provocando el congestionamiento vehicular.
Esa situación es aprovechada por los delincuentes en las calles oscuras para aumentar sus fechorías e incluso violar mujeres y asaltar a otros ciudadanos.
La otra cara de este fenómeno es que pese al caótico suministro energético, se agrega el caso de que los usuarios siguen recibiendo cada mes altas facturas por un servicio que no están recibiendo y que deben pagarse en una fecha establecida porque de no cumplir con ese mandato, se arriesgan a que le corten el suministro.
La prolongada interrupción de la luz eléctrica se ha convertido en una pesadilla y en una costumbre para la mayoría de la población que lleva más de seis décadas conviviendo en medio de la incertidumbre y la ineficiencia de un servicio de mala calidad. INS
mv/lp