P. Rico-Obispo del Sínodo del Caribe de la Iglesia Luterana opina que reforma educativa en la Isla debe ser dialogada “con mayor profundidad”, ya que educación “no es un negocio”

San Juan, 19 mar (INS).- El Obispo del Sínodo del Caribe de la Iglesia Luterana (IELA), reverendo Felipe Lozada Montañez, opinó hoy que la reforma educativa que se discute en el Capitolio “necesita ser dialogada con mayor profundidad y así proveer un proceso de análisis, que sea transparente, participativo y comunitario”.
“En nuestra isla de Puerto Rico no podemos seguir mirando hacia la educación como un negocio y sí como un compromiso moral hacia nuestro pueblo”, señaló el religioso.
Añadió que “como Iglesia Evangélica Luterana estamos comprometidos a sostener, renovar y, donde sea necesario, ayudar a reformar la educación, para que responda al momento que vivimos. Entendemos que la oferta educativa puertorriqueña tiene que reformarse para adaptarnos a las nuevas circunstancias que nos presenta el siglo 21. No hacerlo seria destinarnos a un estancamiento social que afectaría a toda nuestra sociedad. Tenemos la capacidad para lograrlo”.
Lozada Montañez abogó por “un acceso equitativo, justo, a una educación de excelencia para toda la juventud, es lo que proclamamos en el pronunciamiento social sobre educación”.
“Es nuestro deber, como Iglesia, el que la sociedad puertorriqueña entienda su obligación de hacer todo lo que está, materialmente a su alcance, para que toda la niñez y la juventud alcance el sueño de obtener la mejor vida por medio de la educación. La pobreza es un pecado que tiene que ser eliminada, para ello hay que proveerle al pobre de todas las herramientas posibles, iguales a las que reciben los que tienen acceso a una economía privilegiada”, manifestó.
Opinó que el proyecto de la reforma educativa presentado por el gobierno “adolece de la fuerza necesaria para construir la sociedad que queremos; no debe aprobarse sin antes escuchar, verdaderamente, a todas las partes y sectores. Se tiene que mejorar y atemperar a la realidad que tenemos, se lo debemos a nuestras futuras generaciones”.
Para el reverendo, “el magisterio, trabajadores de la educación, gerencia y administración se merecen condiciones de trabajo de excelencia, incluyendo el recibir una justa compensación por la labor realizada, pero también la sociedad exige que la educación que se dé prepare a esta y futuras generaciones para construir una sociedad con calidad de vida”.INS
lp