P. Rico-Un monopolio natural que debe estar en manos del Estado para proteger lo mejores intereses del país (análisis)

La central San Juan./Inter News Service

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 28 sep (INS).- La gestión de electrificar al país es en esencia un monopolio natural por ser Puerto Rico un país de reducida extensión territorial.

Se entiende por planificadores que, en un país de reducida extensión geográfica, lo más operacionalmente rentable y conveniente es un sistema eléctrico único, con sus redes de transmisión y distribución en manos de una sola empresa.

Empero, queda en ese análisis un detalle: los monopolios naturales deben estar en manos del Estado y no de una empresa privada. Las razones de que este servicio no lo monopolice una entidad privada con fines de lucro es obvia.

La situación del sistema eléctrico en Puerto Rico es muy diferente a lo que fue en su más reciente etapa tecnológica la telefonía en este país, debido a la naturaleza intrínseca de su mercado, con las actuales tecnologías de comunicación telefónica celular y satelital que puede ofertarse de maneras diversas.

Contrario a la telefonía, no debiéndose monopolizar por una empresa privada con fines de lucro el sistema de electrificación del país, es obligación, por lo tanto, estatizarse. Es decir que esté en manos del Estado.

Por eso —explican los planificadores y expertos— se creó en su momento la Autoridad de Fuentes Fluviales, hoy Autoridad de Energía Eléctric a (AEE). En aquel momento se entendía —como debe seguirse entendiendo al presente— que era lo más conveniente para los intereses del pueblo y para un modelo de desarrollo económico de Puerto Rico.

La obsesión de privatizar a la AEE y poner el sistema de electrificación del país en manos de una empresa privada obedece a razones puramente ideológicas, de neoliberalismo a todo trance. No hay lógica pragmática en ello.

 Para los que así piensan, un precepto aceptable de buena gobernanza que ofrezca un rumbo promisorio y esperanzador debe fundamentarse en la conveniencia de que el sistema de electrificación del país esté en manos del Estado.

Fuera de toda orientación ideológica, se presume que empuñar las riendas del desarrollo económico de Puerto Rico y dirigirlo desde las instancias del poder político y la tecnocracia debe ser parte fundamental de cualquier proyecto de gobernanza. Y el sistema de electrificación del país es una parte esencial para ello.

Lo que algunos piensan que sí pudiera socializarse, entregándose a instancias del poder del pueblo por diferentes vías, es la segmentación del sistema y de la red eléctrica, mediante proyectos de energía eléctrica de fuentes renovables. INS

rsm/ 

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