P. Rico-Tokio 2020/Camacho Quinn y su medalla olímpica: “Esta soy yo representando a un país pequeño, que es una parte de mí y no me arrepiento”

La puertorriqueña está próxima a celebrar sus 25 años el 21 de agosto./Foto Copur

San Juan, 6 ago (INS).- Jasmine Camacho Quinn lleva cuatro días viviendo como campeona olímpica de los 100 metros vallas de los XXXII Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

Ha sido una experiencia que le ha cambiado la vida a la que desde niña soñó con hacerle honor a sus raíces puertorriqueñas.

Para muchos es una historia que se cuenta con récord olímpico, 12.26 segundos. 

Otros desean narrarla desde el lado de los 12.37 segundos con la llegada dorada.

Sin embargo, es un relato profundo que nace en el vientre de su madre María Camacho y su familia, que desde que tuvo en sus brazos a su hija le enseñó el amor por su patria. 

Un sentimiento que la movió a reconocer el valor de los sacrificios que hace una familia por los suyos, aceptando desde 2016 vestir los colores de la monoestrellada y llevar en su pecho las diez letras del terruño borincano, Puerto Rico.

“Siento que siempre me van a preguntar por esto. No sé qué más decir, porque tenía que explicar; explicar todo. Yo elegí representar a Puerto Rico. Si hubiera sabido que podía hacer esto en la escuela secundaria lo hubiera hecho. No sabía cómo funcionaba el atletismo, pero una vez que me enteré de que podía, me dije: ‘¿Por qué no representar una parte de mí?’ No es como si hubiera crecido sin saber de mi lado puertorriqueño, ese no fue el caso. Definitivamente lo sabía y mi madre se aseguró de eso, ¡jeje!, pero… como dije: ‘Esta soy yo representando a un país pequeño, que es una parte de mí y no me arrepiento; no me arrepiento para nada”, expresó la boricua.

El cuestionamiento de la identidad de un atleta con vínculos puertorriqueños está latente cada cuatro años. 

Afloran los pensamientos y la libertad de expresión de sectores con perspectiva ideológicas que impulsan al desaprendizaje y al aprendizaje de definiciones de identidad, que van de la mano de los contextos históricos que se experimentan en la isla. 

Camacho Quinn ha sido la nueva imagen de este replanteamiento, que se extiende a las artes y los profesionales que buscan enaltecer su origen con destacadas actuaciones en diferentes partes del mundo.

“Sí, no me arrepiento de mi decisión. Esto no es por dinero. Nada de eso. Porque con mi capacidad atlética soy capaz de llegar al equipo de Estados Unidos si quisiera, pero se trata de representar una parte de mí. Ya sabes… mi madre corrió en la pista cuando estaba en la universidad y supongo que es su historia. No me corresponde a mí y no quiero sobrepasar ese límite, pero el hecho de poder representar y ver la sonrisa en la cara de mis padres y de mi madre significa mucho, mi familia, realmente significa mucho”, defendió la plusmarquista olímpica de los 100 metros vallas.

En la ceremonia de la victoria, la campeona olímpica engalanó la vestimenta blanca con líneas azules donde permanecen grabados símbolos taínos. 

Su cabello estaba deslumbrante. Recogido hacia atrás con una lumbrera roja que asentó a nivel mundial su puertorriqueñidad: la flor de maga. 

Un detalle pequeño que impactó los grandes corazones del Olimpismo y quebrantó las emociones de ciento de miles de seguidores de los Juegos Olímpicos.

“Sí, en mi mente estaba enfocada en el oro, no me importaba. Hubiera estado bien con cualquiera otra medalla, pero mi meta era el oro. Y ya sabes, pedí eso, busqué esa flor por todas partes, por todas partes, y también tenía estos moños. Moños de Puerto Rico. No los usé porque no quería hacer algo diferente para mi pelo en la primera ronda de las semifinales. No sé es algo mental. Pero sí, cogí mi flor y me la puse en el pelo y vamos, vamos a buscar esa medalla”, contó entre risas la corredora de 24 años.

Su paso por la pista inició con tropiezos grandes y en los pasados cinco años fue recordada por la “que se cayó” en las olimpiadas. 

La caída en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 dejó estragos emocionales en la corredora. Sabía que tenía el poder de ganar su primera medalla olímpica, pero no lo logró. Se tropezó. Fue así como tuvo que trabajar arduamente con herramientas y especialistas su recuperación para el regreso a la pista.

“Bueno, sinceramente, después de las olimpiadas, básicamente durante todo el año posterior a las olimpiadas tuve que volver a la universidad y empezar de nuevo. Tuve cuatro semanas de descanso después de entrenar durante todo un año. Estaba como que, estoy cansada física y emocionalmente, ni siquiera quería estar en la escuela, no quería estar allí. No fue un gran año para mí. Luché mucho ese año”, recordó. 

Hoy, su cuento tiene un nuevo capítulo donde será recordada como la campeona olímpica de Tokio 2020. 

De esa manera, llega la unión de voces poderosas que reconocen su gesta.

“No sé cómo explicar tampoco, la cantidad de amor y el apoyo que he recibido es una locura. He visto un video de un avión viendo mi carrera y creo que en un bar o watch party no sé, lo he visto y fue como, esto es una locura, esto ha estado pasando. No puedo ver todo lo que pasa, porque todo mi Instagram estaba loco”, cuenta sorprendida la hija de una trujillana.

Agregó que “he visto todo lo que puedo y mi familia me está enviando lo que ven. ¡Estoy como, wow! Me han enviado mensajes Daddy Yankee, Ricky Martin. Como que es una locura. Y ni siquiera lo había visto me lo tuvieron que mostrar porque mi Instagram es una locura ahora mismo pero la cantidad de amor y apoyo que he recibido hasta ahora ha sido increíble”.

Sobre las semifinales en Tokio, confesó que “me derrumbé emocionalmente y me puse a llorar. Estaba muy nerviosa, no quería que me pasara lo mismo en semifinales (refiriéndose a Río de Janeiro 2016). No me gustaba la presión que tenía en ese momento, pero sabía lo que tenía que hacer. Salí y corrí duro y conseguí el récord olímpico. Así que estoy muy agradecida por ello”.

Ya en podio, tras conseguir la gesta, dijo que “intentaba no llorar incluso antes de subir al podio. Estaba aguantando, empecé a hablarme a mí misma: ¡Aguántate! ¡Aguántate! Cuando me llamaron al podio, solo pensaba, estoy aquí arriba. Me vinieron recuerdos y me dije: ‘no estaba aquí hace cinco años. Debería haber estado aquí, pero no estaba aquí hace cinco años. ¡Ahora estoy aquí, estoy en el medio! En cuanto se izaron las banderas, simplemente lloré. Eché la cabeza hacia atrás y me decía: ‘no lo hagas Jas. No lo hagas. No llores. No puedo’.  Bajé la cabeza y no pude parar. Me decía: ‘esto es real ahora mismo. Realmente hice esto. Trabajé para esto, pero no sé, ese sentimiento allí, realmente no llegas a sentirlo muchas veces. Eso significó mucho, honestamente”.

La puertorriqueña está próxima a celebrar sus 25 años el 21 de agosto.INS

zia/lp 

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