R. Dominicana-Cúpula de la Iglesia católica aboga por un proceso electoral transparente y se ponga fin a la práctica corrupta e ilícita de compra y venta de cédulas

Santo Domingo, 16 ene (INS). –La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) advirtió que no se puede admitir la práctica corrupta e ilícita de compra y venta de cédulas a la vista de todos, de cara a las elecciones venideras de febrero y mayo próximos, evadiendo responsabilidades y sin que se tome acción contra esta infracción electoral.

La cúpula de la Iglesia católica se pronunció a favor de un proceso transparente, tras diversos cuestionamientos y desconfianza de la población y organizaciones políticas opositoras sobre la labor de fiscalización que realiza la Junta Central Electoral (JCE).

Este y otros asuntos referentes a cuestiones vitales para la coexistencia social, política y económica del país están contenidos en la Carta Pastoral titulada “Elecciones 2020: espacio de participación y compromiso”, cuyo contenido fue dado a conocer por los obispos dominicanos.

La pastoral del episcopado, emitida con motivo del Día de Nuestra Señora de la Altagracia, a celebrarse el 21 de enero, pone atención al tema electoral, que en febrero venidero registrará elecciones para elegir autoridades de los gobiernos municipales, y después, en mayo, habrá nuevos comicios para escoger al presidente de la República y a los representantes ante el Congreso.

Exhortó a los candidatos a presentar propuestas fundamentadas en la solución de las necesidades más urgentes del pueblo, “evitando las intrigas, calumnias y manipulaciones de las denominadas campañas sucias, así como el despilfarro de recursos económicos en la publicidad desmedida”.

Los purpurados manifiestan en el documento que en la agenda de acciones concretas de los aspirantes a cargos electivos “no debe faltar el combate a la corrupción administrativa pública y privada, la defensa de las vidas de madre y el hijo por nacer, la violencia ciudadana e intrafamiliar, cambio climático, respeto al orden jurídico y constitucional, políticas de ordenamiento migratorio, justas inversiones en salud, justicia y seguridad social, políticas de empleo, salarios justos y la disminución de la pobreza”.

Les recuerda que los cargos públicos “son para servir con sobriedad, educación, sensatez, don de gobierno, dignidad, autenticidad, transparencia, sabiduría y régimen de justicia, de modo que, y que no deben sentirse imprescindibles o llegar a creerse mesías políticos”.

De la Junta Central Electoral dice que “merece nuestro apoyo y el de todos los dominicanos”, sobre todo “en orden a velar por la dirección de un proceso electoral transparente”. A seguidas advierten de que “no se puede admitir la práctica corrupta e ilícita de compra y venta de cédulas a la vista de todos, sin que se tome acción contra esta infracción electoral”.

La Conferencia del Episcopado Dominicano defendió el derecho de la Iglesia católica a opinar sobre temas políticos o sobre los procesos electorales, al precisar que “como dominicanos y pastores de este pueblo, nos preocupa todo lo referente al ser humano”.

La Iglesia respeta la libertad de elección, que el voto es un derecho y un deber de conciencia que no debe estar motivado por intereses personales y que un auténtico ejercicio democrático solo es posible en un Estado de Derecho donde predomine la ley por encima de interpretaciones coyunturales y acomodaticias”, expresa el escrito de la pastoral del episcopado

También abogan los religiosos por un pacto entre los líderes políticos, en el que se suscriba un compromiso público en torno a las propuestas prioritarias para la sociedad dominicana, “conformando una agenda nacional y provincial que trascienda los intereses personales y grupales a favor del bienestar colectivo de la nación”.

Sobre el papel de la mujer en las elecciones, subrayan que más allá de una cuota para ocupar cargos públicos es necesaria más apertura de oportunidades para mostrar su inconmensurable valor, dignidad y respeto.

También hacen referencia a la preocupación de los obispos por el notable incremento de los feminicidios y respecto a la inseguridad y violencia que estremece a la familia y a otros sectores del país, indican que el tema no puede ser reproducido por los líderes políticos “en una batalla que denote inmadurez y poco juicio”.

Así, apelaron a la sensatez para que dentro de sus planes coloquen a la familia en el sitial que les corresponde como institución vital en una sociedad que ama y respeta.

Sobre la educación, dicen que este aspecto no puede estar fuera en la agenda electoral, mientras alerta a los padres a cumplir con su misión educadora, poner atención al comportamiento de sus hijos e inculcarles el valor de la fe como componente esencial para su crecimiento integral. INS

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