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Por Manuel Vólquez
Santo Domingo, 24 abr (INS).- El presidente Danilo Medina y el exgobernante Hipólito Mejía instaron a la población a recordar la gesta heroica del 24 de abril de 1965, honrar a todos los dominicanos que lucharon y ofrendaron sus vidas por aquellos ideales.
La declaración está contenida en un mensaje por separado a la nación con motivo de conmemorarse este miércoles 54 años del movimiento revolucionario que luchó por la restauración del régimen democrático del entonces destituido presidente Juan Bosch en el 1963.
“Al cumplirse 54 años del movimiento revolucionario, honramos la memoria de quienes lucharon en esas acciones y de quienes ofrendaron sus vidas por sus ideales”, expresó Medina, quien además exhortó “a recordarles con un sentimiento colectivo de gratitud”.
Mientras, el expresidente Hipólito Mejía expresó que los dominicanos tienen el deber de reflexionar sobre las causas que dieron lugar a ese acontecimiento histórico.
Dijo que “quienes perdieron la vida en la guerra de abril de 1965, lo hicieron aferrados a su valoración de la situación de la República Dominicana en ese momento. En el centro de ese debate estaba, como lo está hoy, el tema de la calidad de nuestra democracia”.
Resaltó que el reclamo principal de quienes se alzaron en armas fue la demanda por el restablecimiento de los principios constitucionales como garantía de la democracia.
Mejía afirmó que esa aspiración fue denegada por quienes, aferrados a valores antidemocráticos, frustraron el ejercicio ciudadano que el pueblo inició, al votar de manera libre y soberana en las elecciones de 1962.
La Revolución de 1965 fue el inicio de la ruptura del legado de una dictadura de más de 30 años, la de Rafael Leonidas Trujillo, y marcó el surgimiento de una nueva etapa de vida política, económica, cultural y social, en la República Dominicana.
El objetivo de la revuelta constitucionalista fue canalizar el reclamo popular por el restablecimiento de la Constitución de 1963 y el retorno al poder del gobierno encabezado por el profesor Juan Bosch, quien fue víctima de un golpe militar a los siete meses de asumir esas funciones.
Un sector de las Fuerzas Armadas, acompañado por civiles, reclamaba la reposición de Juan Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que había sido destituido el 25 de septiembre de 1963 por un golpe de Estado, a consecuencia del proceso democratizador que había iniciado. En cambio, otros militares y civiles defendían la deposición de Bosch.
Este conflicto dio origen a la intervención de 42 mil marines estadounidenses, cuando el 29 de abril de 1965 el presidente Lyndon B. Johnson ordenó la invasión para impedir que Bosch, intelectual progresista y nacionalista, reasumiera el gobierno.
Las tropas interventoras dividieron la ciudad de Santo Domingo en dos zonas, logrando aislar a los constitucionalistas e impidiendo que su movimiento se expandiera. Instalaron un gobierno paralelo al que encabezaba el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, que fue denominado Gobierno de Reconstrucción Nacional, recayendo en Antonio Imbert Barreras la designación de su presidente.
En esas circunstancias, el presidente Johnson advirtió que no toleraría otra Cuba en el Caribe y exhortó a sus aliados a que acompañaran esta Cruzada de Occidente y es así como las dictaduras militares de Brasil, de Paraguay, de Honduras, y de Nicaragua envían tropas a la nación insular quisqueyana con la excusa de “salvar la democracia amenazada por el pueblo”.
Con la mediación de la OEA y bajo la conducción del Gobierno de los Estados Unidos se alcanzó una salida negociada al conflicto. Los constitucionalistas fueron desarmados, perseguidos y exiliados y los marines crearon las condiciones para convocar a unas elecciones bajo su control, a fin de colocar en el poder un presidente que respondiera directamente a sus intereses políticos y económicos.
En un intento de justificar y dar visos de legalidad internacional a la invasión militar de los Estados Unidos a la República Dominicana en 1965, el organismo regional creó el 6 de mayo, como organización militar transitoria, la llamada Fuerza Interamericana. Posteriormente un comité cambió el nombre por Fuerza Interamericana de Paz, que en lo adelante también se conoció por su sigla, FIP (en inglés, IAPF). INS
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