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Vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, director de Migración. (Fuente externa). Inter News Service
Santo Domingo, 29 abr (INS).-Estadísticas presentadas por la Dirección General de Migración (DGM) establecen que más de un millón de haitianos en condición migratoria irregular fueron deportados desde 2016 hasta el presente año.
Estado Dominicano, debido al flujo de indocumentados, ha repatriado 1,177,813 de inmigrantes ilegales, de los que 114 mil 884 corresponden al 2025, mediante acciones ejecutadas dentro del marco legal y en las que prevalece el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Los detalles los ofreció el director de Migración, vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester, quien planteó que la inmigración de haitianos sigue siendo el mayor desafío que obliga a República Dominicana a proteger sus fronteras adoptando medidas, como el fortalecimiento del control migratorio, mejorar la legislación sobre la materia e incentivar a los nacionales a insertarse en los sectores productivos.
Expuso que la situación de Haití está provocando flujos de personas hacia el territorio nacional, “imponiendo presiones crecientes sobre la educación, la salud y el empleo informal” por lo que, dijo, “hay que defender el interés nacional, respetando los derechos de los haitianos y la dignidad humana”.
El funcionario habló del tema en la conferencia titulada “La realidad migratoria de la República Dominicana y la República de Haití”, pronunciada en el foro sobre las migraciones organizado por el Parlamento Centroamericano y la comisión de Relaciones Exteriores y Migración del Senado de la República, que se realizó en el auditorio del Congreso Nacional.
Lee Ballester hizo un esbozo de la historia de las dos naciones que conforman la isla Hispaniola y refirió que entre ambas “hay una profunda asimetría en el orden social, político, económico y de seguridad, que ha impulsado la migración masiva ilegal de nacionales haitianos hacia el lado dominicano, planteando retos críticos para la gobernanza migratoria, la seguridad nacional y la estabilidad regional”.
“La inmigración irregular de haitianos repercute en una alta presión sobre el sistema de salud pública, presencia en el sistema penitenciario, riesgos de alteración de la cultura local, sobrecarga al sistema educativo, crecimiento no planificado de asentamientos, tensión política e ideológica, mayor demanda de servicios públicos, percepción de desequilibrio demográfico y carga social en fronteras y ciudades”, declaró.
Destacó que el ingreso de haitianos indocumentados a este territorio ha sido continuo y progresivo, producto del desarrollo y el crecimiento económico sostenido de República Dominicana y por la crisis de seguridad y falta de institucionalidad en la vecina nación.
Lee Ballester también manifestó que la DGM trabaja en coordinación interinstitucional con organismos de seguridad, justicia y salud y que de esa manera se fortalece el control migratorio, se combate el tráfico y trata de personas y las actividades del crimen organizado transnacional.
En esas coordinaciones precisó las alianzas con municipios y distritos municipales del país, integración de sistemas de información, cooperación con organismos como la Interpol, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, siglas en inglés), Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE), Sistema para la Integración Centroamericana (SICA) y otros de naciones aliadas.
Aclaró que no todos los ciudadanos haitianos que habitan en República Dominicana se encuentran en situación migratoria irregular.
“En el marco del PNRE-2014 (Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, de 2014) un total de 206,073 de esas personas solicitaron regularizar su estatus y mantienen actualizados sus permisos de residencia y trabajo emitidos por la Dirección General de Migración, conforme a la normativa vigente”, dijo.
La situación en Haití es crítica debido a la violencia armada que ha aumentado significativamente. Actualmente, entre el 80% y el 85% del territorio de su capital Puerto Príncipe está controlado por grupos armados, lo que afecta a millones de personas.
Esta violencia ha llevado a miles de familias a huir de sus hogares, creando una crisis humanitaria y alimentaria. Además, la crisis ha impactado gravemente los servicios de salud, con organizaciones como Médicos Sin Fronteras cerrando centros debido a la inseguridad. INS
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