P. Rico-El futuro de un país que se deshace en la diáspora (análisis)

Una protesta frente a la Casa Blanca./Inter News Service

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 26 nov (INS).- La población de Puerto Rico se estima actualmente en 3.194 millones de habitantes. Eso fue lo que reflejó el censo poblacional del 2020. Ha ido disminuyendo paulatinamente y a un rito acelerado, en vez de crecer. El Censo del 2010 reflejaba una población de 3,725,789.

Puerto Rico envejece demográficamente con mucha rapidez. Desde el 2010 al 2019, la población menor a 18 años de edad en Puerto Rico reflejó una reducción de 324,293 residentes representando un cambio porcentual de -36%. Al 1ro de julio del 2010 esta población era de 897,024, nueve años luego en el 2019 se estima en 572,731.

Lo cierto es que el país se deshace poco a poco en la diáspora boricua en territorio estadounidense. Ya hay casi el doble de boricuas residiendo en Estados Unidos. En 2018, la diáspora boricua en Estados Unidos se estimaba en 5,791,453. O sea, que hay más boricuas en Estados Unidos que en Puerto Rico.

Esta realidad de Puerto Rico no es únicamente un problema sociológico. Es también un problema político y económico. No tan sólo por lo que implica en términos poblacionales para Puerto Rico, sino en lo demográfico, de igual forma. El envejecimiento demográfico acelerado habido aquí en los últimos años tiene consecuencias sociológicas, políticas y económicas, que académicos indagan y estudian.

Según su población envejece, Puerto Rico se va haciendo más conservador en su forma de pensar y menos emprendedor. El emprendimiento es una característica que es mayormente esencial, con sus excepciones, en la juventud. Según se envejece, se va reduciendo el ímpetu de emprendimiento. Y esto tiene sus consecuencias en el ámbito económico.

Por otro lado, el conservadurismo característico de la vejez, remarcado nuevamente con excepcionalidades, se hace sentir en la política y en la visión que se tiene de país, con miras en la cotidianidad del presente y en la proyección hacia el futuro.

No obstante, detrás de todos estos fenómenos subyacentes en la despoblación y envejecimiento demográfico de Puerto Rico, porque son mayoritariamente los jóvenes los que se van en busca de mejor fortuna hacia Estados Unidos, asoma el desvanecimiento, el desmoronamiento, la desintegración del país, de no producirse un retorno paulatino de esa población boricua en fuga migratoria que se dispersa en la diáspora.

Si ese retorno poblacional paulatino desde la diáspora en Estados Unidos ocurriera, ¿cuál será la nueva manera de pensar de un nuevo Puerto Rico, demográficamente reconstituido, en términos políticos, económicos y en todos los demás ámbitos de su desempeño y quehacer como nación? Habría que verlo, porque se hace sumamente difícil augurarlo en estos momentos. INS

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