P. Rico-Distorsión visionaria sobre la agricultura en pro de la industrialización impuesta convenientemente por Estados Unidos (análisis)

En 1940, la agricultura isleña empleaba a casi el 45 por ciento de la fuerza laboral. Esto fue mermando paulatinamente y tan sólo empleaba apenas el dos por ciento para 2019./Inter News Service

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 6 oct (INS).- Desde hace décadas se viene señalando que los intereses imperialistas de Estados Unidos han subyugado el potencial de la agricultura puertorriqueña, bendecida por un clima tropical que permite tener cosechas de distintos productos agrícolas todo el año.

No obstante, Puerto Rico importa cerca del 85 por ciento de los alimentos que consume para favorecer la importación de los productos agrícolas y a las compañías navieras de Estados Unidos, por imposición de la Ley Jones y de las leyes federales de cabotaje. La Ley Jones y las leyes federales de cabotaje, entre otros cánones imperiales, son las camisas de fuerza que impiden la movilidad necesaria para el desarrollo económico de Puerto Rico.

Mediante estas leyes (Ley Jones y leyes de cabotaje), es requerimiento para Puerto Rico que el transporte marítimo de carga entre puntos en el continente y territorios como Puerto Rico sea realizado por embarcaciones tripuladas, registradas, construidas y de propiedad estadounidense.

Las tarifas de flete de la marina mercante estadounidense son —en general—más costosas que las de la marina mercante de otros países por envíos de productos y distancias similares.

Según un informe de 2012 del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, enviar un contenedor desde la costa este a Puerto Rico cuesta aproximadamente $ 3,063. El mismo envío a Kingston, Jamaica, cuesta solo $ 1,607.

Una suerte de “dumping” imperialista sobre los mercados agrícolas de Puerto Rico mediante la importación de los excedentes de producción en Estados Unidos a muy bajos precios ha provocado que productores locales de huevos hayan sido eliminados por el vertido de huevos de menor precio y calidad de Estados Unidos. Mediante ese “dumping” imperialista en el mercado de productos agrícolas en Puerto Rico, avicultores, ganaderos y agricultores son llevados a la quiebra económica y se elimina la competencia. Se despeja, así, el camino para la entrada sin competencia local en Puerto Rico a los productos agrícolas estadounidenses

No siempre hubo en Puerto Rico una total dependencia alimentaria de Estados Unidos. En 1940, la agricultura isleña empleaba a casi el 45 por ciento de la fuerza laboral. Esto fue mermando paulatinamente y tan sólo empleaba apenas el dos por ciento para 2019 y representaba menos del 1 por ciento del PIB del país.

El plan de industrialización de Puerto Rico mediante el proyecto muñocista “Manos a la Obra” adoleció de un desenfoque de planificación integral y abandonó y desechó la agricultura por la industria en una ceguera de inmediatez económica que distorsionó la visión sobre modernidad. Se vio la agricultura como una actividad económica arcaica y la industria como lo moderno. Puerto Rico paga hoy las consecuencias de esa distorsión visionaria. INS

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