P. Rico-El 11 de septiembre latinoamericano que el suceso del ataque a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York opaca

La Moneda bombardeada por la Fuerza Aérea chilena./Youtube, captura de pantalla

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 10 sep (INS).- El ataque terrorista a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York ocupa toda la atención y opaca la recordación en Estados Unidos, Puerto Rico y el mundo del suceso del golpe de Estado contra el gobierno electo democráticamente a la presidencia de Chile del socialista Salvador Allende.                                      

El 11 de septiembre de Chile y la memoria del socialista Salvador Allende en la memoria histórica, ocupa casi ningún espacio en la prensa tradicional estadounidense e internacional que el suceso de las Torres Gemelas de Nueva York, pese a que el golpe de Estado en Chile y la guerra sucia liderada por Augusto Pinochet en Latinoamérica marcó con fuego y sangre a varias generaciones latinoamericanas.

Hay intentos por minimizar el golpe de Pinochet en el país sudamericano en 1973, con decenas de miles de víctimas y un régimen represivo que duró 17 años.

El proceso socialista en Chile bajo el liderazgo de Allende tuvo avances y retrocesos, marchas callejeras casi a diario, huelgas empresariales y actos terroristas de la derecha, dirigidos por la CIA, que presagiaban el golpe de Estado de aquel fatídico 11 de septiembre de 1973.

Entre las principales afectaciones impuestas por las fuerzas desestabilizadoras, dirigidas por Estados Unidos, destacaban el transporte, el comercio, la alimentación y la energía eléctrica.

Son emblemáticas las últimas palabras de Allende en medio del bombardeo al palacio de La Moneda y tiroteos de militares en las calles vecinas y en su interior en batalla con las fuerzas de la seguridad personal del entonces Presidente constitucional de Chile.

Hubo una intensa represión contra los puntos de resistencia popular en Santiago y el interior y supimos de amigos y conocidos detenidos, asesinados y desparecidos.

Tras el corte de las comunicaciones nacionales e internacionales, los chilenos y el mundo fueron testigos de la saña con que los militares dirigidos por Pinochet arremetían contra el pueblo socialista seguidor de Allende y su proceso de revolución democrática con el voto popular y la destrucción facinerosa de la vecina oficina al Palacio de la Moneda de la revista Punto Final. Y, no falto, desde luego, el cerco y acoso castrense de los golpistas a la embajada de Cuba.

Tras 17 años de dictadura militar y tres décadas de gobiernos civiles atados en esencia al esquema económico neoliberal y a la Constitución del régimen de Pinochet, la movilización del pueblo chileno para un cambio constitucional se hizo inevitable.

En las masivas protestas populares de 2019, que el actual gobierno reprimió con fuerza, los manifestantes enarbolaban el rostro de Allende junto a la bandera chilena.

Luego, mucho más recientemente, hubo movilizaciones que culminaron con el triunfo plebiscitario para reemplazar la antigua Carta Magna mediante una Asamblea Constituyente, todas importantes conquistas alcanzadas con dificultad, paso a paso, y con la gran prensa en contra.

En noviembre próximo se realizarán definitorias elecciones generales, que pese a maniobras de las fuerzas conservadoras del país, servirán para aclarar el futuro político chileno, en un contexto regional de creciente presencia de gobiernos progresistas y sigue vivo el legado de Salvador Allende. INS

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