P. Rico-Crónica de la obsolescencia de la estadidad (análisis)

El territorio puertorriqueño era un importante y estratégico bastión militar marítimo de acceso abierto desde el Caribe a las aguas del Océano Atlántico para Estados Unidos../Foto defense.gov

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 16 jun (INS).- El 30 de marzo de 1867, Estados Unidos compró a Alaska al imperio ruso, por el valor monetario en aquel momento de 7,200,000 dólares. Estados Unidos se dio a la tarea durante las primeras décadas del siglo 20 de mejorar la comunicación con Alaska para interconectarlo vía terrestre con el resto del territorio estadounidense.  Al principio del proceso la interconexión territorial se hizo por ferrocarril, especialmente.  

Así, en 1942, se construyó en meses una carretera de comunicación (la Autopista Alaska) para garantizar la defensa del Territorio de Alaska, a la vez que establecieron nuevas bases militares (por ejemplo, de radares) y se promovieron asentamientos civiles.

El final de la guerra mundial y el comienzo de la Guerra Fría aceleraron la necesidad de integrar este territorio a la Unión. En 1959, Alaska fue finalmente aceptada como el estado 49 de Estados Unidos.

En el caso de Hawái, el único estado extracontinental y ultramarino de Estados Unidos, con algunas semejanzas históricas recientes con Puerto Rico, la historia fue distinta.

Hawái estuvo por siglos dividida políticamente entre las varias tribus repartidas por las ocho islas habitables. Su posición en el centro del Pacífico alejados a más de 4,000 kilómetros de cualquier continente, permitió a los lugareños desarrollar su cultura con poca o nula influencia extranjera.

Todo cambiaría el 18 de enero de 1778, cuando el Capitán James Cook se topó por accidente con el archipiélago, al que bautizó como islas Sandwich, en honor al Conde célebre por sus emparedados. Poco después los franceses también llegaron, pero ni estos ni los ingleses intentaron en un primer momento colonizar las islas. La aparición de los europeos fue el catalítico para una unión entre los pueblos hawaianos, en un proceso no exento de violencia.

En 1782, en una batalla del Gran Kamehameha, jefe tribal y nieto de reyes del archipiélago polinesio, junto a sus tíos golpistas, se hicieron con el control de los territorios de Kiwala’o y muy pronto con el resto de la isla. Ya entrados en conflicto, con los rifles comprados a comerciantes de pieles y con el adiestramiento militar de otros dos norteamericanos que vivían en la isla, Isaac Davis y John Young, kamehameha decidió unificar las islas, aunque fuese por la fuerza.

En las siguientes campañas, entre 1789 y 1795, Kamehameha conquistó las islas de Oahu, Maui y Molokai, y el resto aceptó unirse voluntariamente en 1810, cuando Kamehameha fundó oficialmente el reino de Hawái, y su dinastía.

El gobierno de los descendientes de Kamehameha duró 1873, cuando una nueva dinastía fue elegida entre los nobles. Para entonces, tanto los franceses como los británicos habían intentado conquistar las islas, pero habían sido rechazados siempre con la ayuda de los norteamericanos, que fueron más sutiles.

Desde principios del siglo XIX, los misioneros protestantes de Estados Unidos se habían establecido en Hawái, fundando iglesias y escuelas, donde los hijos de los aristócratas locales eran educados. no tardaron mucho en lograr una importante influencia política y económica. En 1843, el Reverendo Amos Starr Cooke se convirtió en asesor del gobierno cuando uno de sus estudiantes se convirtió en rey, y como buen asesor, consiguió que el rey llevara a cabo una reforma con la que se permitía a los extranjeros comprar tierras. Cooke, obviamente, se convirtió en uno de sus beneficiarios.

En 1875, el reino de Hawái firmó un Tratado de Reciprocidad con los Estados Unidos, que permitirían la importación de azúcar y arroz hawaianos libres de impuestos. Además, el tratado cedía Pearl Harbour a los norteamericanos, gratis, así como sus aguas adyacentes. Los locales protestaron, pero fueron reprimidos por los Marines. Hawái seguía siendo un reino soberano, al menos en papel, porque en la realidad dependía cada vez más de la inversión y protección militar estadounidense.

En 1887, el Rey David Kalakâua rechazó renovar el Tratado de Reciprocidad, aparentemente porque quería crear una federación polinesia para reducir la influencia estadounidense en Hawái, donde la mayoría de los altos cargos del gobierno estaban ocupados por los blancos. El 1 de julio de 1887, un grupo de blancos nacidos en Hawái que se hacía llamar la Liga Hawaiana, y con el respaldo de su Kalakauabrazo armado, los Honolulu Rifles, detuvo al Jefe de Gobierno del Rey Kalakâua cuando este se disponía a confiscar un cargamento de armas.

La Liga Hawaiana aprovechó la ocasión para entrar en el palacio real y obligar al rey a deponer a su ministro. Una vez dentro, y en un par de días, redactaron una nueva constitución en la que desposeían al rey de casi todo su poder personal, que pasaba a una cámara legislativa, donde los blancos tendrían el 75% de los votos. Era la llamada Constitución de la Bayonetas, por la forma en que fue aplicada. Los nativos no quedaron muy contentos con la nueva ley y lo demostraron en dos intentos de levantamientos, pero el mismo Rey Kalakâua, quien aparentemente estaba amenazado de muerte en caso de volver al anterior sistema, y los Honolulu Rifles, se encargaron de enfriar las cosas. En 1893, muere Kalakâua y sube al trono su hermana  Liliʻuokalani.

Un “Comité de Seguridad Revolucionario” encabezado por el político y jurista hawaiano Sanford B. Dole y aparentemente apoyado por el embajador estadounidense ante las islas, llamó a los Marines que se encontraban en un crucero anclado en Pearl Harbor con la excusa de proteger vidas estadounidenses y, además, establecer un nuevo gobierno encabezado por Dole como presidente. El embajador estadounidense, motu proprio, reconoció este nuevo gobierno y proclamó a Hawái “Protectorado” del gobierno de Estados Unidos, a partir del 1 de febrero de 1893.

Representantes del gobierno de Dole expusieron ante el Senado estadounidense un tratado de anexión, pero la oposición dentro del Congreso logró retrasar la aprobación hasta que Grover Cleveland tomase posesión del cargo de presidente de Estados Unidos en el mes de marzo de ese año.

Una vez en su cargo, Cleveland inmediatamente ordenó una investigación, la cual reveló que la revolución había sido impuesta por los sembradores de azúcar extranjeros y que la mayoría de los hawaianos no deseaban la anexión.

Un nuevo embajador fue enviado con el mandato de que la reina Liliuokalani fuese puesta de nuevo en su trono, con la condición de que se restituyese la constitución de 1887. El “presidente” Dole hizo caso omiso y continuó gobernando ilegalmente, y en 1894 proclamó la República de Hawái. No deseando tumbar a este gobierno por la fuerza, Cleveland muy a su pesar lo reconoció pero se opuso a la anexión.

Su sucesor, el presidente William McKinley, negoció un nuevo tratado en 1897. A pesar de que muchos senadores no estaban de acuerdo y retrasaron la ratificación del mismo durante más de un año, el uso de la base naval de Pearl Harbour en la Guerra Hispanoamericana dramatizó la importancia estratégica de Hawái.

La petición de la anexión de Hawái a Estados Unidos había llegado a Washington en enero de 1893, pero a pesar de haberse firmado el Tratado de Anexión el 14 de febrero de ese año, el nuevo gobierno de presidente Grover Cleveland ordenó una investigación de los hechos, que concluyó en julio de ese mismo año que las autoridades militares y diplomáticas de los Estados Unidos habían “abusado de su autoridad y eran responsables del cambio de gobierno”.

Los ministros y comandantes militares en Hawái fueron obligados a renunciar, y Cleveland ordenó la restauración de la monarquía. No obstante, los golpistas decidieron desobedecer al presidente Cleveland y declararon la República de Hawái el 4 de julio de 1894 bajo la presidencia de Sanford Dole.

Cuando se tuvo claro que la administración no podría obtener los dos tercios de la votación para ratificar dicho tratado por parte del Senado, lograron que la anexión fuese aprobada por votación simple bicameral del Congreso, que solo requería mayoría simple. En 1900, Hawái se convirtió en territorio de los Estados Unidos con Dole como su gobernador.

Después de la Segunda Guerra Mundial y en el clímax de la guerra fría con la Unión Soviética, el 21 de agosto de 1959, Hawái sería admitido como el estado número 50 de la Unión.

Mientras tanto, la estadidad para Puerto Rico iba caducando con el tiempo al no haberse aprovechado ese momento de la guerra fría cuando se iniciaba la revolución cubana y el territorio puertorriqueño era un importante y estratégico bastión militar marítimo de acceso abierto desde el Caribe a las aguas del Océano Atlántico para Estados Unidos.

Ahora, la estadidad se ha convertido en una obsolescencia más allá de la política doméstica de Estados Unidos y en el plano más esencial de su geopolítica en el Caribe y Suramérica, como fue el caso de Hawái en el Pacífico. INS

rsm/ 

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