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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 25 dic (INS).- Reino Unido se está quedando cada vez más aislada a consecuencia de la nueva cepa mutada más contagiosa de Covid-19, tras la decisión de Estados Unidos de exigir que todos los pasajeros de aerolíneas que lleguen desde Gran Bretaña den negativo en la prueba del coronavirus dentro de las 72 horas posteriores a su partida, a partir del lunes.
La determinación oficial de las autoridades estadounidenses representó una medicina amarga en una sombría temporada de vacaciones navideñas.
Mas es que existe la rápida propagación de una variante del SARS CoV-2 en Reino Unido que se teme que sea más contagiosa. Docenas de naciones han prohibido la entrada a viajeros de Gran Bretaña.
Miles de camiones permanecen varados a lo largo de la costa de Inglaterra incluso después de que Francia levantó un breve bloqueo fronterizo impuesto por preocupaciones sobre el virus.
A la volatilidad se sumó un acuerdo Brexit de última hora con la Unión Europea , que evitó que Gran Bretaña saliera del bloque sin un acuerdo vigente, pero de todos modos fue un doloroso recordatorio de una decisión que ha dividido al país.
Contrario al estribillo de los partidarios del Brexit de recuperar el control de Gran Bretaña sobre sus asuntos nacionales e internacionales, la suerte inmediata de la nación británica está siendo moldeada por fuerzas que escapan a su control por causa de la pandemia del Covid-19.
La rápida propagación de la variante del SARS CoV-2, que según las estadísticas gubernamentales, representa la mitad de todos los casos actualmente en Inglaterra, llevó al cierre de Londres y el sur de Inglaterra esta semana.
A partir de hoy sábado, incluirá una franja aún más amplia del país, y no se ha descartado un cierre nacional.
“Sé que ha sido muy, muy difícil durante las últimas semanas y, debo decirle a la gente, seguirá siendo difícil”, dijo el primer ministro británico, Boris Johnson el pasado jueves.Muchos países ya requieren una prueba de Covid-19 negativa para ingresar a sus fronteras desde Reino Unido, y ahora se suman las nuevas restricciones de Estados Unidos, aunque menos severas que las prohibiciones casi totales que unas 50 naciones han impuesto a los viajeros provenientes de Gran Bretaña.
La corriente habitual de tráfico entre Estados Unidos y Gran Bretaña ya había sufrido un descenso vertiginoso. Más de 4.8 millones de residentes británicos visitaron los Estados Unidos en 2019, según la Oficina de Estadísticas Nacionales
.Mientras que en febrero de este año el aeropuerto de Heathrow atribuyó más de un millón de pasajeros al mercado estadounidense. Empero, desde entonces, la cifra se ha desplomado, cayendo a 81,713 el mes pasado, según datos recopilados por el aeropuerto. INS
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