P. Rico-Estalla la violencia en las calles de Perú, tras destitución de Vizcarra de la presidencia

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 13 nov (INS).- La destitución de Martín Vizcarra de la presidencia de Perú ha desatado detenciones, el despliegue de agentes encubiertos entre los manifestantes, un uso excesivo de fuerza por parte de la Policía, persecuciones, golpes, disparos de perdigones y de armas no identificadas, gases lacrimógenos y agresiones a periodistas.

Desde el lunes, miles de ciudadanos han salido diariamente a las calles de las principales ciudades del país para repudiar la destitución del presidente Martín Vizcarra, al considerar que es una decisión inconstitucional tomada por un Congreso opositor y una “venganza” de la ultraderecha que solo vuelve a deteriorar el sistema democrático en ese país con la asunción de Manuel Merino como presidente interino.

Las imágenes de violencia policial contra los manifestantes en marchas masivas, en las que sobresale la participación de jóvenes, son la orden del día y han dado la vuelta al mundo.

El ministro del Interior, Gastón Rodríguez, ha defendido las persecuciones y el uso de gases lacrimógenos. Aunque desmintió que se hubieran disparado perdigones, los videos tomados por los manifestantes demostraron lo contrario.

Uno de los incidentes que generó mayor indignación se registró cuando los policías les arrebataron una bandera gigante de Perú a las personas que al grito de “¡Fuera Merino!” exigían la defensa de la democracia.

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos dio a conocer este viernes un listado de 11 personas que han sido heridas durante la manifestaciones, tres de las cuales han sido reportadas con heridas de gravedad, mientras que otras tres personas todavía no han podido ser identificadas.

El diario El Comercio, en tanto, reportó a dos heridos de bala: Percy Pérez Shapiama, de 27 años, y Luis Alejandro Aguilar Rodríguez, de 26. Ambos están internados y graves.

Entre las víctimas de la represión también se encuentran tres periodistas que tienen heridas leves: Alonso Balbuena, del portal Ojo Público, quien recibió perdigones en una pierna; Ernesto Benavides, de la agencia francesa AFP; y Orián Sánchez, un periodista de medios locales, también heridos por perdigones.

La Asociación Nacional de Periodistas, por su parte, reportó que desde que las marchas comenzaron el lunes, se registraron 26 agresiones contra trabajadores de prensa.

Martín Vizcarra, quien era vicepresidente, asumió la presidencia de Perú en marzo de 2018, en sustitución de Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció acosado por la investigación de sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht y que develó una de las mayores tramas de corrupción en América Latina.

Vizcarra enarboló entonces un discurso de lucha contra la corrupción que, en un país agotado por las ilegalidades de su clase política en general, le valió altos e inéditos niveles de popularidad.

Gracias a ese respaldo social, que superaba el 80%,  en septiembre del año pasado Vizcarra disolvió al Congreso que respondía en su mayoría a Fuerza Popular, el partido que representa al fujimorismo que lidera Keiko Fujimori, excandidata presidencial e hija del expresidente Alberto Fujimori, emblema de la corrupción y de la violencia política del país sudamericano que actualmente sigue en prisión después de haber sido condenado por múltiples delitos.

La tensión política siguió latente porque la oposición volvió a ganar la mayoría en las elecciones parlamentarias extraordinarias que se realizaron en enero pasado para sustituir al Congreso que había sido disuelto.

Los 130 congresistas electos sólo ejercerán durante año y medio, ya que en abril del 2021 se llevarán a cabo los comicios generales en los que los peruanos elegirán al presidente, vicepresidente y 130 parlamentarios para un periodo de cinco años.

Pero el proceso para restaurar la institucionalidad y la normalidad democrática en Perú se vio interrumpido con los intentos del Congreso, encabezados por parlamentarios fujimoristas, para destituir a Vizcarra por supuestos casos de corrupción que todavía no han sido investigados. “Incapacidad moral”, fue la principal acusación.

La maniobra triunfó finalmente el lunes pasado, pero provocó una oleada de repudio popular ante las evidentes irregularidades de un proceso que culminó con el nombramiento como presidente de Manuel Merino, un empresario que presidía el Congreso desde hacía ocho meses y que de inmediato designó a un gabinete de ultraderecha. INS

rsm/