R. Dominicana-Fernández dice que tras las elecciones del 5 de julio la anterior cúpula del Palacio Nacional quedó “desconcertada, estupefacta y en una situación de bancarrota política y moral”

Foto de archivo del expresidente Leonel Fernández. /Inter News Service

Por Manuel Vólquez

Santo Domingo, 6 oct (INS).- El expresidente Leonel Fernández dijo que tras las elecciones del 5 de julio quedó en una “inenarrable situación de bancarrota política y moral” la cúpula del Palacio Nacional a la que acusó de ejecutar un fraude en su contra durante la realización de las primarias internas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Indicó que los autores de esa operación se encuentran en la actualidad, no solo desalojados del poder, “sino desconcertados y estupefactos ante la magnitud de la catástrofe electoral” de los pasados comicios generales y legislativos ganados por Luis Abinader, para entonces candidato presidencial del  Partido Revolucionario Moderno (PRM), con el 53 % de los votos.

Al cumplirse hoy el primer aniversario de las elecciones internas del Partido de la Liberación Dominicana,  Fernández analiza ese acontecimiento en su columna que publica cada semana en el impreso Listín Diario.

“El fraude de las primarias del PLD: Un año después”, es el título del escrito del cual asegura que esa acción comenzó a gestarse a partir del 2015 luego del acuerdo suscrito por el Comité Político del partido morado, que permitió la reforma a la Constitución de la República, haciendo posible la reelección del entonces presidente de la República, Danilo Medina, para un segundo mandato consecutivo.

Explica que en ese acuerdo se estableció la inclusión de nuevos mecanismos de protección de la Carta Magna, “que sirvieran de candados ante futuros intentos de proyectos continuistas”.

“A pesar de ese acuerdo, la cúpula palaciega, actuando desde la sombra, no descartaba un tercer periodo presidencial consecutivo. Para esos fines, se trabajaba de manera sigilosa. Se desautorizaba cualquier voz que se levantase en esa dirección”, señala el escrito que además precisa que “para sembrar más la duda en la opinión pública, un destacado miembro de la alta dirección peledeista, durante meses proclamó que el presidente de la República le había autorizado a informar que no se presentaría como aspirante a un tercer periodo presidencial”. 

En ese aspecto, Fernández se refiere, sin nombrarlo, a José Ramón Peralta que era el ministro Administrativo del gobierno y uno de los funcionarios de más confianza de Medina, además del principal promotor de la reelección.

El ex gobernante y actual presidente del partido Fuerza del Pueblo manifiesta manifestó que se quiso introducir dentro de la Ley de Partidos el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para la selección de candidatos a cargos de elección popular, pero que el objetivo de ese proyecto era el de obtener un nivel de legitimación equivalente al de un plebiscito o referéndum.

Afirma que ese plan no se pudo lograr y luego se maniobró para que los partidos pudiesen optar por distintas modalidades de selección de sus candidatos, permaneciendo, para el caso específico del PLD, las primarias abiertas.

Precisa que “el intento de reforma a la Constitución de la República naufragó. Los seis precandidatos promovidos por el jefe del Estado fueron eliminados. Una séptima figura (Gonzalo Castillo), inesperada, emergió como el candidato oficial para el 6 de octubre” .

Con relación al cuestionado padrón y el voto automatizado de  la Junta Central Electoral (JCE), Fernández comenta que al imponer la cúpula palaciega el método de consultas primarias, el próximo paso era determinar el padrón que habría de ser utilizado, tema que fue abordado directamente con el organismo rector de elecciones.

“Manifestamos nuestra oposición a ese criterio. Es evidente que si todos los partidos hubiesen adoptado el sistema de las primarias abiertas, el padrón a emplearse no podía ser otro que el de la Junta Central Electoral. Pero si solo un partido optaba por las primarias abiertas, como fue el caso el PLD, el padrón ya no podría ser el de la JCE. Tenía que ser el padrón del PLD, más todas aquellas personas que no estuviesen afiliadas a ningún otro partido”, agrega.

Apunta que “esa era la manera de evitar que otras organizaciones políticas pudiesen influir en sus decisiones internas. Al imponerse el padrón de la JCE, partidos como el PRD y otros aliados del partido morado, votaron por el candidato del oficialismo, creándose una situación de inequidad electoral, en perjuicio de nuestra precandidatura”.

Destaca que lo más grave de ese proceso comicial tuvo que ver con el uso del programa de software en el sistema de voto automatizado y afirma que cuando la autoridad electoral convocó a los partidos políticos para informar acerca del voto automatizado, como plan piloto para la celebración de elecciones internas de las organizaciones, todos manifestaron su aprobación.

“El problema empezó a suscitarse cuando la JCE, actuando en forma contraria a sus propias disposiciones, no realizó la auditoría técnica al software que se utilizaría en las elecciones primarias. Eso así, a pesar de que, en diversas ocasiones, en forma escrita, nuestro equipo le solicitó su realización. Resultaba pertinente llevar a cabo la referida auditoría, dado que dicho software, el cual fue elaborado por la Dirección de Informática del órgano electoral, no había sido sometido a controles de calidad y nunca había sido puesto en práctica”, indicó.

Añadió que para salvar esas dificultades y dotar de mayor legitimidad al proceso electoral interno, “solicitamos a la Junta que los votos físicos fuesen contados en su totalidad, a los fines de establecer su coincidencia con los resultados de la votación electrónica. Se nos rechazó tal petición. Solicitamos entonces que fuese un 50%. También se nos negó. Pedimos luego que fuera un 40%. La respuesta: un 10% y nada más, lo que resultaba insuficiente para determinar la real voluntad popular”.

“Al iniciarse la transmisión de los resultados electorales, el candidato oficial salió con una gran ventaja. Resultaba evidente que se había programado para que así fuese, a los fines de proyectar una imagen de victoria. Sin embargo, a medida que continuaba el proceso, nuestra candidatura fue disminuyendo esa diferencia hasta que a las 6:30 de la tarde, cuando se suponía que ya todos los recintos electorales estarían cerrados, nuestra candidatura emergía triunfante”, dijo el tres veces mandatario dominicano.

Resaltó que esa situación, “el fraude del voto automatizado había sido vencido. El empleo del poder y los recursos del Estado habían sido sobrepasados. En ciertos sectores de la sociedad, hasta se celebraba nuestro triunfo. A partir de ahí, sin embargo, conforme a los boletines noticiosos, el presidente de la República se trasladó a las oficinas del candidato oficial; y lo que aconteció, entonces, fue la puesta en práctica de una segunda modalidad del fraude, en las lejanas provincias del Sur, donde se estuvo ejerciendo el voto hasta las 2 de la madrugada del día siguiente”.INS

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