P. Rico-Esfuerzo para que retorne la confianza en la expresión democrática del voto (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 12 ago (INS).- El nuevo código electoral vigente otorga poderes casi plenipotenciarios al presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) y es a lo que se atribuye el caos en las primarias del domingo pasado.

Se eliminó a consecuencia de la nueva ley electoral toda la inteligencia, conocimiento y experiencia acumulada en la CEE a través de funcionarios que fueron cesanteados para abrir paso al control pleno de un presidente del organismo electoral afín política e ideológicamente al Partido Nuevo Progresista (PNP).

Una presidencia de la CEE que recayó desde la administración del exgobernador Ricardo Rosselló Nevares en la figura del exjuez Juan Ernesto Dávila, carente de conocimiento y experiencia en los procesos electorales.

Con su inminente renuncia de Dávila, luego de concluidas la fase continuadora de las interrumpidas primarias del pasado domingo por causa del caos ocasionado por su inexperiencia electoral, la CEE estará dominada por quien lo habrá de sustituir bajo las mismas condiciones cuasi plenipotenciarias, adentrándonos ya a la antesala de las elecciones generales de noviembre.

Será bajo la actual mal llamada ley de reforma electoral con un nuevo presidente de la CEE asistido por poderes absolutistas que los comicios de noviembre habrán de efectuarse. Cambia el rostro dirigente de la CEE, pero no el estado de situación interno en ese organismo electoral que garantiza la expresión democrática del pueblo en las urnas.

El vicepresidente de la Cámara de Representantes, José “Pichy” Torres Zamora, ha reconocido públicamente que la mayoría penepé en la Legislatura cometió un error al avalar un nuevo Código Electoral de la autoría del presidente senatorial Thomas Rivera Schats y convertido en ley el mes pasado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced.

Admite Torres Zamora la necesidad de que a partir de enero se reforme la CEE bajo un nuevo código electoral, pero el candidato a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Juan Dalmau Ramírez, es de opinión de que debe derogarse ahora el nuevo estatuto y dejar que se corra el proceso de las elecciones generales con la vieja ley Electoral.

La Junta de Gobierno del Partido Popular Democrático se ha decantado partidaria, también, de la derogación de la nueva ley electoral.

Sin embargo, todo indica que no queda tiempo antes de las próximas elecciones generales ni para derogar el nuevo código electoral ni para aprobar consensuadamente un nuevo estatuto electoral para el país.

El punto medio de equilibrio estriba en procurar la designación y nombramiento para presidente de la CEE de una persona que goce del prestigio, conocimiento en materia electoral y talante que lo hagan posible gozar del aval consensuado de los partidos políticos inscritos, el sector académico y la opinión pública en general.

Una figura con la capacidad para enmendar la deficiencia crasa de la CEE para administrar el proceso electoral del país con su prestigio, talante y conocimiento servirá de opción remedial a la desconfianza suspicaz en la expresión democrática del voto. INS

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