P. Rico-Descubrimientos históricos hallados tras los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 7 ago (INS).- Ayer se cumplieron 75 años del bombardeo atómico a Hiroshima y tres días después se bombardeó con otra bomba nuclear a Nagasaki, en uno de los acontecimientos históricos considerados más envueltos en “mentiras” que difundió la prensa de Estados Unidos en 1945 y que perduran hoy en la actualidad, asegura el cineasta, escritor y periodista John Pilger.

El periodista estadounidense viajó a esa ciudad de Japón en 1967 y vio la sombra que dejaron los restos quemados de una mujer en unos peldaños de granito, una sombra que era “una impresión casi perfecta de un ser humano”.

La mayoría de las víctimas de la catástrofe no murieron en el acto y conoció a personas que perdieron su vida años después a causa de la leucemia, a pesar de la “desinformación” de la época, como el diario The New York Times publicó en portada el 13 de septiembre de 1945: “No hay radiactividad en las ruinas de Hiroshima”.

William L. Lawrence, un futuro premio Pulitzer, escribió en ese diario estadounidense con su sede principal en Nueva York que el general norteamericano Thomas Farrell “negaba de manera categórica” que la bomba Little Boy produjera “una radiactividad prolongada y peligrosa”, pero los nipones morían por sus efectos.

Ocho días antes, el reportero australiano Wilfred Burchett contó en el periódico London Daily Express que las salas de un hospital estaban llenas de personas sin heridas visibles que morían por “una plaga atómica”, tras lo cual perdió su acreditación de prensa.

Los nipones deseaban la paz “aunque los términos de la capitulación fueran duros” ha sido descubierto por investigadores en los Archivos Nacionales de Estados Unidos. Estos archivos evidencian propuestas de paz japonesas de 1943, que fueron desestimadas, y un cable del embajador de la Alemania nazi en Tokio que Washington interceptó el 5 de mayo de 1945.

En 1946, un estudio oficial estadounidense concluyó que su supremacía aérea sobre Japón “podía haber ejercido suficiente presión” como para conseguir la rendición incondicional de su enemigo incluso sin la participación de la Unión Soviética.

George Kennan, el hombre que planificó la Guerra Fría, indicó que el objetivo de esas acciones fue “intimidar a los rusos”, aunque el director del Proyecto Manhattan que desarrolló ese armamento atómico, el general Leslie Groves, negó que la intención del bombardeo atómico fuera intimidar a los soviéticos rusos.

Por estos motivos, Pilger califica los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki como “asesinatos en masa premeditados” que siempre se justificaron con “falsedades que forman la base de la propaganda de guerra de Estados Unidos en los 75 años transcurridos, “la mentira más perdurable” es que Washington las lanzó “para poner fin a la guerra en el Pacífico y salvar vidas”.

La experimentación con armamentos nucleares se extendió al archipiélago del océano Pacífico que Estados Unidos arrebató al Imperio nipón y el ganador de un Emmy recuerda las pruebas nucleares que los estadounidenses llevaron a cabo en las islas Marshall, durante las cuales no evacuaron a la población civil de una zona que quedó expuesta a lluvia radiactiva posteriormente.

Gene Curbow, un meteorólogo presente en el lugar, comentó después que no lo hicieron porque Estados Unidos necesitaba “algunos conejillos de indias para estudiar los efectos de la radiación”, aunque la historia oficial indica que “el viento cambió de repente”. INS

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