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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 5 ago (INS).- Tras la descomunal explosión en el puerto de Beirut que devastó a casi toda la ciudad capital y destruyó sus principales silos de grano, la hambruna amenaza con acechar Líbano, una pequeña nación que alberga a más de un millón de sirios que huyeron de la guerra en su país y que padece, además, un problema de seguridad alimentaria.
Los silos de grano del puerto fueron derribados por la explosión, arrojando su contenido entre los escombros y la tierra.
El país importa alrededor del 80% de su suministro de trigo, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Las estimaciones sugieren que cerca del 85% del grano de la nación estaba almacenado en los silos del puerto de Beirut, ahora destruidos.
En declaraciones publicadas por la agencia noticiosa estatal, el ministro de Economía y Comercio, Raoul Nehme, dijo que todo el trigo almacenado en el depósito estaba “contaminado” y no podía usarse, sin abundar en detalles.
Sin embargo, insistió en que hay suficiente para cubrir las necesidades inmediatas del país.
La crisis económica de la pequeña nación mediterránea radica en décadas de corrupción sistemática y mal gobierno de una clase política que ostenta el poder desde el final de la guerra civil.
Desde el año pasado, los libaneses han celebrado protestas masivas pidiendo un cambio político radical, pero pocas de sus demandas se han cumplido y la situación económica ha empeorado de forma constante. INS
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