EEUU-Beber alcohol y fumar cannabis de joven puede conducir al consumo de opiáceos como adulto

Matas de marihuana halladas por la Policía./Inter News Service

Nueva York, 28 feb (INS).- La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes busca proteger a los jóvenes de entre 15 y 24 años sobre el preocupante consumo de drogas y la necesidad de mejorar las estrategias de prevención y tratamiento basadas en la evidencia.

El nuevo informe del organismo internacional destaca que los efectos de las sustancias psicoactivas en los jóvenes son diferentes y tienen mayor impacto que en los adultos, ya que, a causa de su desarrollo fisiológico, social y emocional, son especialmente vulnerables a los efectos a largo plazo del consumo de esas sustancias.

“Numerosos factores, como la personalidad, las ideas erróneas, la aprobación social, la disponibilidad y el desconocimiento, se vinculan a los riesgos que entrañan las sustancias para los niños y adolescentes cuando las consumen por primera vez”, asegura el informe.

Así, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estimó en 2016 que, tras analizar los datos en 130 países, el consumo de cannabis afectaba al 5,6 % de los jóvenes de 15 y 16 años, es decir unos 3,8 millones de personas.

Aunque las tasas varían de una región a otra, indicó que son más elevadas en Europa, con un 13,9 %, y en las Américas que alcanzaron un 11,6 %.

El informe de la Junta hace referencia a estudios que indican la correlación entre el inicio del consumo de alcohol, tabaco y cannabis entre los 16 y 19 años y la posibilidad de consumir opiáceos y cocaína como adulto.

Los adolescentes se inician en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis al percibirlo como un comportamiento positivo.

Del mismo modo, destaca que los adolescentes se inician en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis al percibirlo como un comportamiento positivo que goza de aceptación social o que se ha “normalizado” y ante el desconocimiento que comporta su uso.

“Las intervenciones deberían adaptarse a cada situación concreta y emplear herramientas con base empírica en mayor medida y de manera sistemática, ayudar a los profesionales y encargados de formular políticas a adquirir más conocimientos, aptitudes y competencias y reunir una masa crítica de verdaderos especialistas en prevención y tratamiento que sean capaces de promover el desarrollo saludable y sin riesgos de los niños, los jóvenes, las familias y las comunidades mediante servicios eficaces de prevención del consumo de sustancias y tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias”, sostiene el informe.INS

lp

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