P. Rico-Terapeuta ocupacional ofrece recomendaciones para el entrenamiento de un niño para ir al baño

San Juan, 28 nov (INS).- La terapeuta ocupacional Ivonne Rodríguez Ramos ofreció recomendaciones para el entrenamiento de un niño para ir al baño, considerando que es una de las etapas más difíciles y retadoras para los padres.

Según la experta, esta etapa se inicia entre los dos y tres años, de acuerdo con la escala del desarrollo.

Para ese entonces el niño debe sentir la necesidad de ir, ser capaz de entender que significa esta sensación y a su vez poder comunicar verbalmente que necesita ayuda para llegar al baño y hacer su necesidad. El esperar que el niño este verdaderamente listo hará que la experiencia sea más fácil, rápida y placentera”, dijo Rodríguez Ramos.

Comentó que “el niño puede aprender con más facilidad ir al baño a orinar y, sin embargo, puede ser más lento y traumático defecar. Durante el día el entrenamiento puede ser uno fácil, pero en las noches el niño se moja en la cama como hasta los cinco años”.

Para la especialista, “no se puede comparar a los niños en el proceso de entrenamiento al baño ya que esto puede variar en cada niño y esto no necesariamente puede establecer si es normal o no lo es. En este caso es necesario que los padres sean pacientes y comprensivos”.

Detalló que para los padres puede ser incomodo cuando se da el atraso en el control de esfínteres (músculo en forma de anillo que conecta determinados conductos del cuerpo), “especialmente cuando los niños presentan un comportamiento perturbador como lo es ensuciar las paredes u armario de forma secreta con la excreta. Además, para niños especiales puede ser muy molestoso manejar los cólicos que se presentan. En muchos casos le cogen miedo y aguantan las ganas de ir al baño”.

La terapista advirtió que “esto pudiera traer otras consecuencias de indoles médicas. El ocultarse o jugar con la excreta y la resistencia de recibir entrenamiento para ir al baño, es una parte normal de la infancia temprana que pronto pasará, si no se responde a esto a una extremadamente emocional. En este caso, es necesario que los padres mantengan la calma, y refuerce al niño donde van las deposiciones, ayúdelo a explorar el inodoro e identifique estrategias que le permitan a su hijo llegar a baño a depositar”.

Agregó que “en este proceso es necesario la consistencia y rutina que los padres establezcan. En muchos casos, cuando la salud de su hijo y otras consideraciones importantes no están en riesgo, puede darse cuenta de que la mayor solución es simplemente esperar hasta que el niño madure”.

El rol del terapeuta ocupacional es potenciar la autonomía del niño en las actividades de la vida diaria, como también en la escuela. “Referente al entrenamiento al baño, este profesional debe hacer una valoración global, es decir el desempeño ocupacional del niño en todas las áreas”, sostuvo.INS

lp