R. Dominicana-Tras decisión del presidente Medina de no optar a reelección, el PLD está obligado a unificarse o irse a la oposición en las elecciones de 2020 (crónica)

Por Manuel Vólquez

Santo Domingo, 24 jul (INS).-Tras el anuncio del  presidente Danilo Medina de que no optará por la reelección para dar paso a “caras nuevas”, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) entra ahora en un trance peligroso que lo impulsa a tomar el camino de unificarse o  correr el riesgo de irse a la oposición en las elecciones de 2020.

Las palabras del gobernante causaron tristeza a sus seguidores que trabajaban en los preparativos de la fracasada reforma a la Constitución a los fines de habilitarlo para un tercer mandato y alegría entre los adversarios alineados con el ex presidente Leonel Fernández, presidente del partido de gobierno y aspirante al solio presidencial por cuarta ocasión.

La misma satisfacción brotó en los corazones de los legisladores y dirigentes de las agrupaciones políticas de la oposición que interpretaron la declinatoria del presidente como un gesto “que ha devuelto al país el estado de tranquilidad que se había perdido, y que los dominicanos le reclamaban”.

No obstante, el aspirante presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, fue cauto y expresó a sus seguidores que el momento no es para celebrar ni recriminar, sino para seguir trabajando en pro de un cambio en la conducción del Estado.

En tanto, economistas y representantes del sector empresarial del país valoraron como positivo la postura del mandatario y resaltan que con esta medida se fortalece el orden institucional de la nación.

Los analistas en asuntos políticos aseguran que los pronunciamientos del Jefe del Estado dominicano, de que su declinación abriría una brecha para que “sangre nuevas” impulsen un candidato presidencial que sea capaz de garantizar el triunfo electoral en mayo del 2020, se interpretan como una advertencia a Leonel Fernández de que no recibiría el apoyo de ese sector en las elecciones primarias.

Sin embargo, senadores que obedecen al expresidente se mostraron confiados en que el político será el candidato del PLD, luego de la actitud de Medina.

Llama la atención de la prensa nacional que seis precandidatos, encasillados como “posibles delfines” del Ejecutivo, se reunieran con éste en el Palacio Nacional, horas después de dirigirse a la nación para anunciar la declinatoria al codiciado cargo gubernamental.

Paralelamente a ese encuentro, se inició la promoción del ministro Gonzalo Castillo, principal ideólogo de la reelección, y la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández como posibles “sangre nueva” que activarían las aspiraciones dentro de la institución oficialista.

Los que estuvieron en la reunión con Medina fueron Temístocles Montás, Radhamés Segura, Francisco Domínguez Brito, Andrés Navarro, Reinaldo Pared y Carlos Amarante,
ex funcionarios que llevan más de un año en campaña interna detrás de una nominación a la candidatura presidencial, pero en ninguna de las encuestas aparecen punteros.

Se comenta en los medios que la estrategia de ese grupo consiste en cerrar las posibilidades a Fernández de alzarse con la candidatura presidencial en las primarias internas. Medina  controla el Comité Político de  la organización y la mayoría de los miembros del  Comité Central.

Las heridas y el rencor entre los auspiciadores de los dos líderes de la organización no se han cerrado, pese al esfuerzo que promueven los legisladores “leonelistas” y otros seguidores para que ahora impere la unidad de la militancia.

De hecho, dicen los analistas, esa unidad no es posible luego del llamado de uno de los “precandidatos pupilos” del gobernante, Juan Temístocles Montás,  de enfrentar a muerte las pretensiones de Fernández.

“Yo estoy llamando a un gran acuerdo entre todos los que estamos compitiendo en estos momentos para que formemos un gran bloque para enfrentar las pretensiones de Leonel Fernández de volver a ser Presidente de la República”, dijo Montás.

Muchos observadores consideran que las presiones de los Estados Unidos y de sectores nacionales forzaron a Medina a desistir de la reelección.

De igual manera, consideran que  sería “un suicidio” que desde dentro del partido morado sus dirigentes “comiencen a  poner las dinamitas” que despedacen la entidad y se repita la historia de otras organizaciones.

La historia política recuerda la rivalidad que libraron los  entonces líderes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta (ambos fallecidos), que no solo provocó su división  y posterior salida del poder, sino que el expresidente terminara en la cárcel y algunos de sus funcionarios huyendo del país.

Sucedió en el período 1982-86 cuando Jorge Blanco, entonces Presidente, no apoyó, al candidato de su partido, Jacobo Majluta, lo que permitió el regreso al poder del doctor Joaquín Balaguer y su Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en cuyo gobierno se inició una persecución judicial contra  los anteriores funcionarios.

Se recuerda que una coyuntura parecida se vivió en el PLD previo a las elecciones generales del 2012, cuando seis aspirantes a la candidatura presidencial y los seguidores  del entonces  presidente Leonel Fernández buscaban firmas para impulsar una modificación constitucional para repostularse.

Al no lograr esos propósitos, los  “leonelistas” comenzaron a impulsar varios candidatos para frenar a Danilo Medina, quien finalmente se  impuso y llegó a la Presidencia.

Además de Medina en esa ocasión los aspirantes fueron el vicepresidente Rafael Alburquerque, José Tomás Pérez, Radhamés Segura, Franklin Almeyda y Francisco Domínguez Brito.

Cuando se pensaba que el fenómeno de la reelección era un caso cerrado, el opositor y debilitado Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) aviva más las llamas de la incertidumbre al proponer hoy, miércoles, una reforma constitucional que incluye once puntos, entre ellos uno que permita la habilitación futura del presidente Danilo Medina a partir del 2024.

La excusa es modificar la Constitución para corregir distorsiones y errores producto del llamado “pacto de las “corbatas Azules”, firmado en mayo del 2009 con el Partido Revolucionario Dominicano  (PRD) que habilitó a Leonel Fernández para volver aspirar a la presidencia del país.

Era difícil imaginar que a partir de entonces Fernández afrontaría tal vez la situación más difícil de su carrera política a lo interno de su partido, entidad que, según los analistas, todavía se mantiene al borde de la división definitiva y con posibilidades de quedarse fuera del poder. INS

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