P. Rico-Obispo de Arecibo se opone a la disposición sobre los testamentos de fecundación post mortem, que permitiría procrear hijos de personas muertas usando su material genético

San Juan, 21 ago (INS).- Un apoyo a la protección del bebé en el vientre materno, incluida bajo el concepto de “nasciturus”, y un apoyo a la prohibición de la eutanasia, fue parte de lo expresado hoy por el obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández Torres, en una audiencia pública del proyecto de la Cámara 1654, que establecerá el nuevo Código Civil de Puerto Rico.

En representación del obispo acudió el presidente de la Comisión de Pastoral Familiar de la Diócesis de Arecibo, padre Víctor Rojas.

En la ponencia, Fernández Torres se opuso a la disposición sobre los testamentos de fecundación post mortem, que permitiría procrear hijos de personas muertas usando su material genético.

El obispo también objetó algunas disposiciones que podrían estar en conflicto con la separación de Iglesia y Estado y la libertad religiosa de los ciudadanos.

Entre ellas, el artículo 673-e, que requiere el consentimiento expreso de ambos progenitores para educar al hijo en una religión específica. Al respecto, alertó que, en la práctica, se les estaría prohibiendo a los católicos ejercer su religión al no poder bautizar a sus hijos ni educarlos en la fe si el otro progenitor abandona la religión católica.

En el tema del matrimonio, el obispo llamó a “sopesar las consecuencias que ha traído a nuestro país la jurisprudencia sobre el consentimiento mutuo y ruptura irreparable, incluidas en el artículo 462, en el aumento vertiginoso de divorcios que, en muchos casos, pudiesen ser decisiones tomadas en momentos cargados de emociones y que luego resultan en heridas permanentes en los niños”.

Sobre la definición de matrimonio contenida en el artículo 398-que lo define como “dos personas”, en vez de un hombre y una mujer, afirmó: “comprendemos la realidad jurídica de Puerto Rico, que tristemente recibió por imposición del Tribunal Supremo de Estados Unidos la redefinición del matrimonio. Sin embargo, es nuestro deber profético proclamar la verdad de la familia, ‘ante ciertas tendencias que, en la sociedad actual, tratan de eclipsar o confundir el valor único e insustituible del matrimonio entre hombre y mujer'”.

Acto seguido, llamó a enmendar el artículo 42, que valida los matrimonios celebrados en el extranjero y a eliminar el reconocimiento de “uniones civiles análogas” contraídas en otros estados, dispuestas en el artículo 47, para evitar, por ejemplo, que se reconozca en Puerto Rico la unión de tres personas que están reclamando derechos de matrimonio en Brasil.

“¿Hasta dónde se estaría desvirtuando aún más la palabra matrimonio en nuestro país, de acuerdo a lo que decidan los ciudadanos en el exterior?”, cuestionó.

En el tema de la adopción, el obispo apoyó el artículo 644, que establece que “una persona no puede tener dos padres o dos madres simultáneamente”.

Además, pidió revisar el lenguaje en otros incisos que hacen referencia a la adopción como un “derecho” de las parejas, en vez de fundamentarlo en los derechos del niño y el mejor bienestar del menor.

A su vez, se opuso a la anotación en las actas del Registro Demográfico relacionadas al cambio de sexo propuestas en el artículo 779, por entender que se presta para confusión. “Biológicamente, no existe el cambio de sexo, pues un cambio de apariencia no puede cambiar la genética y la biología humana”, aseguró.INS
lp