Cuba-Producen cemento ecológico menos costoso y más resistente

El uso de este cemento en lugar de los tradicionales puede reducir hasta 500 millones de toneladas de dióxido de carbono en el año 2050. / Inter News Service/Cubadebate

La Habana, 1 abr (INS).- En tiempos en que el cemento se ubica como el segundo material más usado del planeta y su producción es una de las más extendidas y nocivas al medio ambiente, una fórmula desarrollada por especialistas cubanos y suizos procura transformar esta dicotomía.

Según datos internacionales, la fabricación mundial de cemento supera las cuatro mil 400 millones de toneladas y es responsable de entre el cinco y ocho por ciento de las emisiones de carbono a la atmósfera, una realidad que pudiera cambiar con la introducción del LC3, señala el sitio Cubadebate.

Estas son las siglas del Limestone Calcined Clay Cement (cemento de arcilla calcinada), una novedosa mezcla que tiene como novedad la sinergia entre la arcilla calcinada y caliza, lo que influye en la reducción de los volúmenes de clínker, elemento más contaminante en las composiciones comunes.

La reacción produce los carboaluminatos, que mejoran espectacularmente la resistencia del cemento, según detalla Fernando Martirena, director del proyecto desde la Universidad Central de Las Villas (UCLV), con sede en esta central ciudad.

La novedad del LC3 no sólo radica en su potencial medioambiental, sino que además reduce los costos de producción por la factibilidad de los materiales, y su resistencia puede compararse a la de cementos no mezclados como el Portland, a pesar de tener un 50 por ciento menos de clínker, agrega.

“Solamente con unas 300 toneladas de LC3 logramos reducir las emisiones de carbono globalmente en un 1 por ciento”, explica Martirena, también al frente del Centro de Investigación y Desarrollo de Materiales de la Construcción (Cidem), adscrito a la UCLV.

Agrega que “el protocolo de Kioto fijaba la necesidad de reducir el porcentaje de las emisiones en 12 unidades y nosotros estamos hablando de conseguir un 1 por ciento menos con una sola tecnología y un mínimo de inversión en menos de tres años”.

Con ese objetivo, expertos del Cidem y la École Polytechnique Fédéralede Lausanne, Suiza, trabajan desde 2009 en conjunto, con resultados que hoy se extienden por Asia, Europa y América.

Países como Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú, México, India, China, Tailandia y Portugal demandan ya la fabricación del cemento bajo en carbono, que según explica Martirena, encuentra consumidores potenciales precisamente en naciones en vías de desarrollo.

A pesar de los resultados probados del LC3, el nuevo material mantiene como uno de sus retos la conquista de la industria cubana y mundial para su producción a escala comercial, fase que comienza sus primeros pasos en la mayor de las Antillas.

Con la vista puesta en su entrada a los principales mercados, los expertos insisten en las tres ventajas fundamentales de la mezcla: menos costo, emisiones de carbono más bajas y mayor resistencia.

Según la investigadora suiza Karen Scrivener, “el LC3 puede convertirse en un material de construcción esencial, especialmente en las economías emergentes de rápido crecimiento, donde minimizar el impacto ambiental y el consumo excesivo de recursos son prioridad”.

El estudio estima que la utilización de este cemento en lugar de los tradicionales puede reducir hasta 500 millones de toneladas de dióxido de carbono en el año 2050, lo que equivale a las emisiones totales de países como Gran Bretaña o Canadá.

Otras valoraciones indican que esta sustitución disminuirá hasta un 30 por ciento las emisiones de dióxido de carbono, aunque resaltan la urgencia de comenzar el remplazo.

Luego de casi una década de estudios, Cuba inició este año la producción comercial de cemento LC3, lo que permitirá abastecer la demanda creciente sin tener que realizar grandes inversiones de capital, y con un reducido impacto ambiental.

La fábrica, ubicada en el poblado de Siguaney, provincia de Sancti Spíritus, unos 360 kilómetros al Este de La Habana, producirá unas cuatro mil toneladas de la fórmula, en lo que se considera la primera producción comercial de LC3 producida en el planeta.

Según detalla el profesor Martirena, para llegar al paso industrial el equipo de investigadores logró probar la resistencia del cemento bajo en carbono luego de su preservación en condiciones difíciles durante tres años en diferentes puntos geográficos.

Asimismo consiguieron el establecimiento de una norma especial para su comercialización en coordinación con el Ministerio de la Construcción (Micons), y se prevé su salida al mercado con precios más bajos que los que hoy se comercializan en la isla. INS

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