México-Huracán María evidencia necesidad de abordar acciones ante el cambio climático

Por Juan Carlos Machorro

México, 29 sep(INS).- El huracán María, que el 20 de septiembre de 2017 tocó tierra en Puerto Rico como un huracán de categoría 4, y se cataloga como el más mortal en la historia reciente de Estados Unidos, hizo evidente la necesidad de abordar acciones de adaptación al cambio climático, que afecta de manera desproporcionada a comunidades vulnerables.

El ciclón María es un claro ejemplo de que el cambio climático provocado por los seres humanos está haciendo que los huracanes sean más intensos y destructivos, al alimentar varios factores que contribuyen a este tipo de tormentas.

En el caso de Puerto Rico se puede apreciar un incremento de las precipitaciones en eventos muy intensos, casi en un 30 por ciento, de 1958 a 2016.

Los niveles del mar más altos aproximadamente por cuatro pulgadas desde 1960, lo cual se proyecta que incremente 22 pulgadas para 2060, lo cual se traduce en fuertes mareas tempestivas que avanzan hacia la tierra, resultando en mayores propiedades destruidas y riesgos para la salud. 

Se ha medido que los océanos están más cálidos con temperaturas de más de 1.5 grados Fahrenheit desde 1900. Esto significa tormentas más poderosas debido al aumento de la evaporación de las aguas oceánicas.

Todo ello se conjuntó para que la devastación del fenómeno natural fuera de al menos 2,975 personas muertas, cifra oficial aceptada por el gobierno de Puerto Rico, de acuerdo con el recuento basado en un estudio de la Universidad George Washington.

Además que el huracán María provocó el apagón más grande en la historia de una jurisdicción bajo el dominio de Estados Unidos, ya que casi todos los residentes de la isla caribeña perdieron la electricidad por un promedio de 84 días, y algunos hasta por 300 días.

Los impactos de este apagón incluyeron 70% de los hospitales sin electricidad; 14% de los hogares reportaron una incapacidad para acceder a medicamentos; 9.5% de los residentes dijeron que carecían de la electricidad necesaria para el equipo de asistencia respiratoria, aparte de que tomó más de un mes para que la cobertura de telefonía celular regresara a la isla.

Los residentes de Puerto Rico pasaron un promedio de 68 días sin agua potable después de la tormenta. 

El gobierno puertorriqueño estima que costará 139 mil millones de dólares recuperarse de la devastación relacionada con el huracán María.

Una encuesta reciente encontró que el 83% de los puertorriqueños reportaron serios efectos por la tormenta, tales como daños mayores a sus hogares, pérdida de la energía eléctrica por más de tres meses, reveses en el empleo o empeoramiento de problemas de salud.

Casi 800 mil puertorriqueños (12 por ciento de la población) abandonaron la isla en los meses posteriores al huracán María, de ellos,  más de la mitad no ha regresado.

Los niveles de pobreza se elevaron hasta el 52% de la población a raíz del huracán María.

Este estudio y análisis de organizaciones latinas de Estados Unidos lamentaron que la respuesta del gobierno estadounidense fue lenta e insuficiente.

Entre las cifras que se pudieron medir indican que 54% del personal de emergencia federal no estaba calificado para sus puestos y que muchos no tenían las habilidades lingüísticas necesarias en español.

Investigaciones, incluyendo las del periódico Político, encontraron un “doble estándar persistente” en los esfuerzos de respuesta y alivio federales realizados en el huracán María, comparados al ciclón Harvey.

Además, el director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Michael Byrne, no fue a Puerto Rico hasta tres semanas después de la tormenta. Además, cuando el presidente Donald J. Trump visitó la isla del Caribe, minimizó severamente la inadecuada respuesta del gobierno federal.

Todavía, a un año del paso del huracán María, el Congreso estadounidense aún no ha actuado para abordar la reducción de la contaminación climática que contribuyó a la intensidad y destructividad de este huracán. 

Aunque hay defensores climáticos en el Congreso, demasiado están ignorando o negando el problema. Algunos legisladores lo quieren abordar de dos maneras, por un lado, reconociendo la amenaza, pero oponiéndose, por el otro, a todas las acciones para reducir la contaminación climática.

Entre las opciones que la sociedad organizada pide es que no sólo se reconstruya la red de electricidad de Puerto Rico, sino que sea una instalación más limpia, más asequible y resiliente.

La administración Trump, se denunció, no está actuando para proteger a las comunidades más vulnerables.

“Necesitamos que nuestros funcionarios electos en todos los niveles, luchen por la acción climática, el aire limpio y el tratamiento equitativo de todas las personas que viven en América, independientemente de dónde vivan”, se denunció. INS

ndc