P. Rico-A punto de comenzar el desfile de prueba en el caso de la viuda negra

Por Obed Betancourt / Especial para Inter News Service

San Juan, 26 ago (INS).- Cuando termine en estos próximos días la insaculación del jurado, 12 personas en la corte federal del distrito de Puerto Rico comenzarán a evaluar la prueba que desfilará el ministerio fiscal contra Aurea Vázquez Rijos, su hermana Marcia, y el ex compañero de esta José Ferrer Sosa por contratar a un asesino, ya identificado como Alex Pabón Colón,  para que matara a Adam Joel Anhang Uster, esposo de la primera, multimillonario, canadiense y judío.

Una investigación periodística señala que Adam Joel tenía intenciones de divorciarse de Aurea por creer que le era infiel, -y para confirmarlo llegó contratar una conocida agencia de detectives- y esta solo recibiría lo que permitían las capitulaciones, una mesada mensual variable por un período corto de tiempo que no le permitiría continuar viviendo con todo el lujo que la fortuna de su esposo le ofrecía.

Marcia, José y Chalber (hermano de las dos mujeres, y acusado de perjurio y facilitar la vida fugitiva de Aurea al crear una empresa fantasma de turismo para hacerle llegar dinero mientras se encontraba en Italia) también vivían directa e indirectamente del dinero del malogrado joven, a quien se le atribuía comportarse como un pez en el agua de las finanzas, si bien, un pez torpe y sin aliento en la tierra de los sentimientos.

Entre la prueba que desfilará la fiscalía federal destacan las cartas que el asesino contratado, quien desde el 2008 se declaró culpable y apuntó a Aurea, Marcia y José como sus contratistas, le envió a estos para que le pagaran lo adeudado, y hasta que le devolvieran un saxofón tenor que se le había quedado en el club Pink Skirt (en el Viejo San Juan), que había financiado Adam Joel para entretenimiento de Aurea, y donde trabajaron Marcia, José y Chalber.

En esas carta Alex los amenaza con tomar represalias si no le pagan. En una carta dirigida a Marcia, Alex le indica: “todo fue algo muy rápido y un poco loco pero cumplí con lo que ella (Aurea) quería”.

“Las cosas no salieron como pensábamos, pero yo solamente les hice un gran favor. Yo no conocía a esta persona, él para ustedes era una piedra de tropiezo que los estorbaba”, agregó, refiriéndose a que en vez de asesinarlo a balazos lo hizo con un cuchillo de cocina y un adoquín que recién se colocaban en las calles del Viejo San Juan, hasta destrozarle el rostro.

Otra evidencia será el testimonio de una persona que dirá que Aurea le preguntó sobre cómo contratar a un asesino.

Otro posible testimonio será el de la terapista que atendió el proceso de divorcio, y las expresiones que Aurea admitiera en esas intervenciones que, según aquella, más parecían sesiones de negocios que problemas de amores.

El libro “Las sangres que lloran”, un reportaje investigativo de este periodista, relata con evidencia que podría salir en el juicio, los aspectos íntimos de la pareja que culminaron en el asesinato de Adam Joel, e incluye la primera versión que hiciera la viuda sobre el asesinato, y otros testimonios sobre la relación tensa que mantenía con su esposo, así como provee un trasfondo social y emocional de ambos. Igualmente se citan extensamente las cartas que le envió Alex a Marcia y Aurea.

La versión que dio Aurea a las autoridades locales sobre el asesinato de su marido contrastan marcadamente con la propia versión del asesino. Aurea alega que la pareja salió fortalecida de la sesión de terapia de esa mañana del 22 de septiembre y se fueron para celebrarlo al restaurante Dragonfly, en el Viejo San Juan, que él le dijo esa noche mientras caminaban agarrados de la mano a buscar el vehículo que jamás la dejaría y que estaban embelesados mirando una luna llena que ocupaba toda la calle Luna.

Testigos que desfilarán indicarán, sin embargo, que Adam Joel temía por su vida y que volvería a presentar su caso de divorcio en la mañana del 23 y que aceptó la cita solo para zanjar finalmente las diferencias económicas. Este fue asesinado pasados varios minutos de la medianoche.

La dilación del caso, además de ser causada por el huracán María, también encontró tropiezos cuando Marcia despidió a su entonces abogada Rachel Brill, quien, según indicó una fuente a INS, le había recomendado hacer una alegación de culpabilidad mediante un acuerdo negociado, y la oportunidad de recibir beneficios si declaraba contra los demás acusados.

Al despedir Marcia a su abogada, la corte contrató al abogado Artemio Rivera, quien solicitó tiempo para prepararse. Rivera solicitó un juicio por separado y no le fue concedido.

La abogada de Aurea, Lydia Lizarríbar, también habría tenido problemas para prepararse. Supuestamente, Lizarríbar también habría sugerido a Aurea una alegación de culpabilidad para que le rebajaran los delitos.

Mientras tanto, también se sopesa hacer una oferta de negociar a José, quien, según confirmó INS, se separó hace tiempo de su compañera Marcia. Estos nunca se casaron.

Ferrer Sosa, quien conocía a Alex pues le compraba marihuana, fue quien lo seleccionó para el asesinato y posibilitó la reunión del grupo para asesinar a Adam Joel, según la información en poder de la fiscalía federal.

La fiscalía cree que si José fuese anunciado como testigo en el caso, terminaría obligando a Aurea y Marcia a levantar las manos y aceptar un “plea agreement”. José corroboraría las admisiones de Alex, y la evidencia documental sellaría cualquier posible defensa.

Los tres encaran una condena de por vida.

También testificaría una serie de personas, algunas muy prominentes y muy cercanas a Aurea, así como otros prominentes que desde un principio se opusieron a ese matrimonio porque aseguraban que Aurea era “escort”.

Adam Joel y Aurea se casaron en marzo de 2005, tres meses después estaban separados y seis meses después Adam Joel fue asesinado.

El pasado 4 de junio se cumplieron 10 años desde que se acusó a Aurea de este caso. Fue arrestada por el FBI en España el 30 de junio de 2013, y traída a la Isla en septiembre de 2015, donde permanece encarcelada por riesgo de fuga.

El asesino confeso es el principal testigo de cargo. INS

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  • jpg Carta Alex a Marcia
    Una de varias cartas en las que Alex Pabón Colón reclama el pago del asesinato. / Inter News Service
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