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Por Rafael Santiago Medina/Especial
San Juan, 17 sep (INS).- Es un descrédito y un bochorno para Puerto Rico haber caído mediante evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la clasificación junto con Haití como una de las dos economías con proyección de decrecimiento en el Caribe.
La baja que el FMI proyectó para Puerto Rico fue de -0.2 en la tasa de crecimiento (GDP) de su Producto Interno Bruto (PIB). En sus proyecciones más recientes para el Caribe, únicamente Puerto Rico y Haití decrecen en el GDP de ese organismo. En el caso de Haití la proyección es de -3.
En cambio, República Dominicana proyecta crecimiento de 5.4 en su GDP y Jamaica 1.8. Las Antillas Menores también muestran una proyección de crecimiento. Para Cuba no hay datos disponibles para realizar la proyección del FMI. A nivel de la región, se proyecta un crecimiento de 9.7 en el GDP.
Puerto Rico, la otrora “vitrina de América” que intentaba mostrar a mitad del siglo pasado el “progreso que es posible lograr bajo la bandera de Estados Unidos” en un territorio isleño en el Caribe, catalogado de colonia estadounidense, ahora en la primera mitad del siglo 21 cae en el desprestigio y el bochorno de un decrecimiento económico junto nada menos que Haití, un país de desastrosa anarquía y desgobierno.
Este dato del FMI denota que el modelo de crecimiento y desarrollo económico, otrora paradigmático para otros países por razones coyunturales y circunstanciales, no es sustentable y adolece de un agotamiento obsolescente.
En la actualidad, la economía de Puerto Rico no es la “vitrina de América”, sino un paradigma de fracaso del colonialismo, mientras República Dominicana, que los puertorriqueños miraban con desprecio por su subdesarrollo económico, fulgura ahora económicamente en el Caribe.
El fracaso económico actual de Puerto Rico y Haití contrasta con el progreso y crecimiento de la economía de República Dominicana, ahora convertida en la vitrina de América, cuyo puesto una vez ocupó Puerto Rico.
Para los anexionistas puertorriqueños, la denostación del concepto de república soberana que ponía como ejemplo a República Dominicana, es al presente el contraste de progreso económico frente a la subyugación colonial y territorial de 26 años bajo la bandera de Estados Unidos en el Caribe, algo que difícilmente se supera con la asimilación. Esa realidad únicamente se supera con la misma independencia y soberanía que goza República Dominicana, pero a nuestro propio estilo y tradición política.
Lo que Puerto Rico necesita urgentemente es un nuevo paradigma económico que propulse el crecimiento de su economía nacional. Se hace prioritario liberar a Puerto Rico de sus ataduras coloniales que impiden desarrollarse soberanamente como nación. La dependencia absoluta de Puerto Rico como colonia de Estados Unidos es una “camisa de fuerza” que ha maniatado el esfuerzo propio y con plena libertad que únicamente la independencia puede permitir.
La independencia de Puerto Rico no necesariamente significaría la enemistad con Estados Unidos, como no lo ha representado para República Dominicana ni para otros países del mundo, cuyas economías, contrarias a la puertorriqueña, crecen y se desarrollan en la actualidad. Lo que necesita Puerto Rico es voluntad política, confianza en sí mismo y determinación. Empezar a ser al fin nosotros mismos: una nación con una larga historia y brillante desempeño como pueblo.
Mientras esta situación económica con signos desastrosos ocurre, la población sigue disminuyendo en Puerto Rico. En 2023, fueron más los que emigraron hacia Estados Unidos que los puertorriqueños que retornaron al país. Unos 43,300 habitantes de Puerto Rico totalizaron la fuga migratoria el año pasado, 19,712 más de los 23,588 que ingresaron de vuelta al terruño. En 2022, la cifra fue de 42,990 emigrados versus 26,989 inmigrados, con un desbalance poblacional de 16,001.
Desde 2005, la fuga migratoria de boricuas asciende a 800,000 y la población de Puerto Rico en 2023 era oficialmente de 3,205,691. Actualmente se estima su población se ha reducido a 3,160,000, considerando las estadísticas migratorias, además de las tasas más recientes de natalidad y mortalidad.INS
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