P. Rico-Comentario/Calle 5 de la Barriada Clausells en Ponce

El doctor Enrique Vázquez-Quintana comparte su experiencia de vida. Inter News Service

Por Enrique Vázquez-Quintana/Especial Inter News Service

San Juan, 22 ago (INS).- Resultan interesantes las cosas extrañas que ocurren en la vida. Continuamente te tienes que sorprender de los eventos sin explicación que ocurren en nuestras vidas. Les relataré uno de esos eventos fortuitos que ocurrieron en la Calle 5 de la Barriada Clausells de Ponce, Puerto Rico.

La Barriada Clausells se desarrolló en los terrenos del señor Pedro Clausells localizados en el área oeste de la ciudad de Ponce. Hay que pasar el Hospital de Distrito de Ponce de la calle Victoria que fue construido en 1929. Si se sigue por la calle Victoria se llega a la fábrica de cemento y luego se llega al Barrio Corral Viejo o el Recreo de Ponce.

Yo nací en ese Hospital de Distrito el 21 de octubre de 1937, el parto lo atendió el doctor Luis Bartolomei. Estudié el primer grado en la Escuela Pedro Clausells localizado en la Calle 5. El sexto grado lo completé en la Escuela Pujals, cerca del antiguo parque de béisbol Charles H. Terry. El séptimo lo cursé en la Escuela McKinley cerca de la Escuela Superior de Ponce.

Luego me trasladé a Guayanilla y me gradué de la Escuela Superior Arístides Cales Quirós en 1955. Luego completé mi Bachillerato en Ciencias en el Recinto de Rio Piedras de la UPR de 1955-58 y luego obtuvé el Doctorado en   Medicina de 1958 a 1962. De 1962 a 1968 hice el internado y me adiestré en Cirugía General en el programa de la Escuela de Medicina de UPR.

Luego ingresé al ejército norteamericano y en 1969 fui asignado a la República de Vietnam. El 10 de agosto de 1969 recibimos múltiples pacientes heridos de bala y fragmentos de granada. Entre los heridos me tocó operar al soldado Luis Martínez de una herida de bala que le laceró la arteria femoral derecha. Le reparé la laceración y le coloqué un injerto venoso. Estaba recuperando bien, pero al tercer día fue evacuado a Japón. Nunca más supe de él.

Lo sorprendente es que el soldado Martínez era de la Calle 5, Número 71, de la Barriada Clausells de Ponce. El soldado Martínez estaba asignado a eliminar a los vietnamitas que no eran sus enemigos, en una guerra que no era la suya. En 1998 visité la Barriada Clausells tratando de localizar a Luis Martínez, pero nadie sabía de él o lo estaban protegiendo. Desconozco si aun vive. Lo curioso es que dos vecinos de la misma calle de la misma urbanización se encontraran en un lugar tan distante al mismo tiempo y que uno, el cirujano, tratara de salvar al herido que, sí era su compatriota y del mismo barrio, involucrados en una guerra que no era de ninguno de los dos.

Mi padre era chofer de carro público en Ponce. Tengo un recuerdo vago que en una ocasión estaba con mi padre en la casa de la Calle 5 cuando pasó otro señor que también era chofer de carro público que llevaba un hijo pequeño para matricularlo en el Jardín de Infantes (kínder) en el Colegio Santa Teresita de Jesús, al lado del Hospital de Distrito.

El nombre del señor nunca los supe. Pero con ese niño pequeño sí que interaccioné más tarde en la vida. En 1993 el gobernador Pedro Rosselló me designó secretario de Salud. Un tiempo después nombré al doctor Néstor Galarza Díaz como director de la unidad ASSMCA (Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción).

Sorpresa, el doctor Galarza Díaz era aquel niño que pasó frente a mi casa en la Calle 5 de la Barriada Clausells. El nació en la Calle 5 pero con comadrona. Su padre además de chofer poseía un pequeño colmado y su situación económica era más holgada que la nuestra. Pero esas relaciones sorpresivas, de amistad oculta también conllevan penas en común. El 15 de septiembre de 1993 fui removido del cargo de secretario de Salud, el secretario de la Gobernación Álvaro Cifuentes (QDEP) envió al señor Alberto Goachet (QDEP) como Mensajero de los Dioses a entregarme la carta de despido al Departamento de Salud.

La afinidad de los dos niños de la Calle 5 de la Barriada Clausells finalmente les causó daño. Mi sucesora la doctora Carmen Feliciano de Melecio (QEPD) desautorizaba mucho al doctor Galarza Díaz. Varios meses después de mi despido como secretario de Salud, el Lcdo. Álvaro Cifuentes recomendaba la destitución del doctor Néstor Galarza Díaz. Este fue separado de su cargo en abril de 1994. Este servidor volvió a su cátedra en el Departamento de Cirugía hasta su retiro el 31 de diciembre de 1998. El doctor Galarza Díaz regresó a su puesto de psiquiatra en el Hospital de Veteranos de Puerto Rico. Allí el doctor Galarza Diaz trataría a los dos veteranos de la Calle 5, del barrio, ya que se sabe que los veteranos padecen depresión, adicciones y suicido más que la población general. De esta forma se armonizaría la labor que le asignó el destino a realizar durante su vida profesional, a los tres vecinos de la Calle 5, de la Barriada Clausells. El político designador de puestos de salud pretendió aplanar la salud de los pobres, pero en realidad mejoró la salud de los veteranos.INS

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