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Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 4 ene (INS).- Indagaciones científicas más exhaustivas y minuciosas sobre la nueva variante del Covid-19 detectada en el sur de Francia serán necesarias para descifrar el rumbo que está tomando la pandemia con las mutaciones del virus.
La nueva variante de Covid-19 fue identificada desde hace unas semanas por investigadores franceses, derivada de otra cuyos primeros casos se habían detectado en la República del Congo el pasado septiembre.
El Instituto Hospitalario Universitario de Marsella comunicó el pasado 9 de diciembre en el origen de este descubrimiento en su cuenta de Twitter que había bautizado esa variante con sus propias siglas: IHU.
Esta variante contiene 46 mutaciones, es decir, todavía más que la variante Ómicron, y es una de las dos derivadas de la B.1.640 que se había localizado a finales de septiembre en la República del Congo.
Un elemento peculiar de la “variante IHU es que una de sus mutaciones se asocia con un posible aumento de la transmisión del virus.
Sus investigadores publicaron a finales del mes pasado un estudio previo, pendiente todavía de validación por sus pares, sobre esta “variante IHU” llamada B.1.640.2 de la que se conoce todavía bastante poco teniendo en cuenta el limitado número de casos registrados.
Según este centro especializado en enfermedades infecciosas, creado y dirigido por el controvertido médico Didier Raoult, los primeros de esos casos localizados por los científicos se dieron en la localidad de Forcalquier, en el departamento de Alpes de Alta Provenza.
Se tiene constancia de una docena en la región de Marsella que se asocian con viajes a Camerún. INS
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