P. Rico-Pasadas polvaredas se convirtieron en los lodos del presente (análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 26 sep (INS).- Que hoy Puerto Rico sea más vulnerable a crisis y desastres que hace años –tal como los hechos y los datos comprueban fehacientemente- no es más que el resultado de que aquella polvareda de indeterminaciones, falta de voluntad política, “presentismos” intrascendentes de espejismos de progreso falso e insostenible y perecedero se convirtieron en los lodos del presente.

Hubo avances económicos bajo una absoluta dependencia de la metrópolis imperial. Eso es innegable. Pero aquella “vitrina de América” que intentaba mostrar las bondades del colonialismo bajo la bandera de Estados Unidos se hizo añicos.

El verdadero progreso tiene indicios intrínsecos de durabilidad, aunque no pretenda ser eterno. Empero, tiene que tener en su esencia ciertos elementos de sostenibilidad. Y el progreso de un Puerto Rico colonial no ha tenido esos indicios de sostenibilidad.

El colonialismo y su dependencia por falta de soberanía no puede, por su naturaleza, ofrecer progreso económico con visos de durabilidad. Su progreso momentáneo será siempre efímero y rápidamente perecedero por no ser real y estar sustentado por propósitos simples de mera apariencia.

“Operación Manos a la Obra”, con el fin de industrializar a Puerto Rico y pasar de una economía agrícola a una industrial para satisfacer necesidades de inversión de capital estadounidense fuera de Estados Unidos con mano de obra barata en un capitalismo imperialista expansivo globalmente, pudo aprovecharse por la sociedad puertorriqueña de aquella época de la segunda mitad del siglo 20.

Pero aquel esquema de progreso que iba dirigido a satisfacer las necesidades del capitalismo estadounidense, pero también pretendía ser una vitrina para América, quedó obsoleto.

En la medida en que una economía dolarizada e integrada totalmente a la economía estadounidense comenzó a elevar el estándar de vida de los puertorriqueños, ya Puerto Rico dejó de cumplir los objetivos que satisfacían al capital expansivo imperialista.

Otros lugares del mundo, en una economía mundial cada vez más globalizada y una cultura homogeneizada por el capitalismo internacional, llenaron ese espacio que llenaba Puerto Rico.

La obsolescencia del modelo de progreso económico de Puerto Rico y su incapacidad de transformarse soberanamente para poder irse ajustando a las necesidades internacionales de manera propia y conforme a sus necesidades hizo que aquel espejismo de progreso se desvaneciera.

Hoy su economía se descapitaliza paulatinamente, su infraestructura se deteriora y se hace obsoleta y el país es más vulnerable a posibles crisis y catástrofes de lo que era hace décadas.

Puerto Rico se ha ido federalizando y subyugando cada vez más a las instancias gubernativas federales y crece la dependencia a la metrópolis imperial en todos los órdenes de su vida como colectiva. INS

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