R. Dominicana-Comunidad haitiana en el país da el último adiós con una misa al presidente Jovenel Moïse

Santo Domingo, 22 jul (INS).-La comunidad haitiana en la República Dominicana dio el último adiós con una misa al presidente Jovenel Moïse, asesinado a tiros la madrugada del 7 de julio en su residencia de Puerto Príncipe, hecho en el resultó herida la primera dama Martine Moïse.

El acto religioso, organizado por la Embajada de Haití, se celebró en la Iglesia de Las Mercedes ubicada en la Zona Colonial de Santo Domingo y fue presidido por fray Sainclus Jodelet, quien destacó la sed de justicia de su pueblo y condenó el crimen que se cometió.

Jodelet, de la Orden de los Frailes Menores, clamó por justicia contra el magnicidio e hizo un llamado al diálogo, la paz y la reconciliación en la vecina nación.  

El sacerdote repudió las circunstancias en que Moïse perdió la vida y afirmó que los haitianos son los culpables de sus propias desgracias “al no poder poner freno a la violencia, los secuestros, la inseguridad y no aportar para que los males sean erradicados de esa tierra”.

“La gente muere a diario, pero no esperábamos que llegaran hasta ahí, hasta llegar a matar al presidente en funciones”, refirió al preguntarse si puede salir adelante un país “donde todo el mundo hace lo que quiere sin importar la autoridad: secuestra, incita a violencia, quema gomas en las calles, hace manifestaciones violentas, tiene grupos civiles armados”.

Agregó que “es tiempo de que acabemos con la violencia, es el tiempo de abogar por la paz, el amor y la justicia”.

Mientras que el embajador Smith Augustin, expresó que lo que ha pasado en su pueblo es que han matado a un hombre, pero no han podido asesinar las ideas de progreso y bienestar social por el que soñó y luchó.

“Siguen vivos estos sueños porque son invencibles las semillas de la sed de justicia social sembradas en los corazones de un pueblo herido y explotado por un colonialismo interno”, expresó.

Sostuvo que “siguen vivos los sueños del Hombre porque nadie puede volver a cerrar los ojos de un pueblo cuyos enemigos les han sido identificados. Siguen vivos los sueños del Hombre, porque hasta la victoria siempre iremos, ya que el pueblo haitiano no puede más con el egoísmo ni con la profunda insensibilidad de los más favorecidos”.

El diplomático agradeció en nombre de la población haitiana las muestras de solidaridad por el caso y pidió oraciones para la primera dama Matine Moïse, sus hijos y los familiares del fallecido dignatario.

Destacó que la visión del fallecido presidente y los ideales progresistas de un hombre que abandonó sus negocios privados para ir a servir a la nación, no morirán y aseguró, además, que no habrá impunidad, sino que se hará justicia en su caso.

A su salida de la iglesia, reiteró que los preparativos para la celebración de las elecciones en esa nación continúan.

“La comunidad internacional tiene una actitud, una reacción normal. Lo más importante es que nos estamos levantando, el Gobierno ya está en pie y vamos avanzando para estabilizar la situación y llegar a las elecciones y salvar la democracia. Eso hay que hacerlo”, respondió Augustin al referirse a la actitud de la comunidad internacional antes y después del magnicidio.

La actividad de despedida concentró a decena de jóvenes estudiantes, algunos vestidos con camisetas blancas en la cual está impresa la bandera haitiana y la foto del gobernante quien habría recibido unos doce disparos de mercenarios extranjeros. INS

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