P. Rico-Remembranza de una meritocracia perdida en el servicio público (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 30 ene (INS).- La opinión pública comienza a decantarse hoy en Puerto Rico por la idea de que la razón de la ineficiencia de respuesta rápida del gobierno ante eventos catastróficos estriba en un padrinazgo partidista creciente, que ha sustituido la meritocracia en el servicio público.

Cuando el padrinazgo político sustituye el sistema de mérito en el servicio público y se premia el empleo gubernamental por lealtades partidistas, el desempeño gubernativo se desarticula y no prima la eficiencia y premura requerida en las respuestas contingentes ante momentos inesperados de emergencias, es la conclusión generalizada que ya es consenso en la opinión pública puertorriqueña.

Es lo que se visualiza ha acontecido con el gobierno puertorriqueño tras el huracán María y los terremotos recientes que han afectado varios municipios del suroeste.

Despierta también inquietud, no obstante, la percepción de que a la ausencia de meritocracia en el servicio público se suma la intervención de intereses comerciales empeñados en ralentizar la distribución de los abastos de emergencia provistos por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) desde Estados Unidos y que provienen de las Fuerzas Armadas para de este modo propiciar que se hagan compras en el comercio localmente por las entidades cívicas y ONG de apoyo a los damnificados como iniciativa sustitutiva del asistencialismo del gobierno.

El arraigo de ideas neoliberales se han ido percolando hasta las raíces del servicio público y alimentan la tendencia a desincentivar la dependencia ciudadana en un gobierno benefactor y obligar a que sea la iniciativa de la propia ciudadanía la que resuelva sus necesidades por su cuenta.

De modo que el partidismo, el padrinazgo, la carencia de un sistema de mérito en el gobierno y la intervención de los intereses económicos que financian las campañas electorales de los candidatos en las elecciones se convierten en un cóctel letal para la gestión pública.

Parece haberse convertido en idea consensuada la urgencia de regresar al sentido prístino aquel que se tuvo del servicio público durante décadas pretéritas en Puerto Rico. Fueron buenos momentos de la gestión gubernativa y del bien común que se perseguía en el servicio público. La idea creciente es que hay que volver a la meritocracia que regía el servicio público durante las administraciones de los gobiernos de Rexford Tugwell y de Luis Muñoz Marín. 

Se rememoran eso momentos, en el sentido de que hubo, innegablemente, una gran determinación por levantar a Puerto Rico de la postración ante la adversidad y la pobreza y tal parece que necesitamos ahora esa misma prestancia de ánimo. Nace la añoranza por retomar los valores del servicio público y el buen gobierno en aras del bien común y de volver a encaminar a Puerto Rico por la ruta hacia el progreso, pero bajo nuevos parámetros de actualización afines a los tiempos y las realidades de hoy. INS

rsm/ndc