P. Rico-Rubén Blades rompió esquemas para engrandecer la música latina

El cantautor panameño Rubén Blades se apartó del patrón tradicional de la salsa. Inter News Service/rubenblades.com

Por Hiram Guadalupe Pérez

San Juan, 18 sep (INS).- En los primeros años de 1980, el cantautor panameño Rubén Blades se apartó del patrón tradicional de la salsa, en particular de la sonoridad que distinguió los éxitos musicales logrados en su vieja asociación con Willie Colón.

Entonces, exploró una nueva ruta armónica al remplazar el sonido de los trombones por el vibráfono y el sintetizador e introdujo una fórmula rítmica que integró elementos distintivos del rock.

De este modo nació Seis del Solar, una propuesta experimental que llegó a ser crucial para su éxito como exponente de la música antillana y latinoamericana.

Al idear este concepto, el artista también quiso rememorar el sonido del Sexteto de Joe Cuba, un grupo que caló profundamente en su formación musical.

Blades, que este 22 de septiembre celebra sus 50 años de carrera con un concierto en el Coliseo de Puerto Rico, logró su hazaña junto a una batería de excelsos instrumentistas, como Oscar Hernández (director, piano y fender rhodes), Mike Viñas (bajo y guitarra), Eddie Montalvo (tumbadoras), Louie Rivera (bongós), Ralph Irizarry (timbales) y Ricardo Marrero (vibráfono y sintetizador).

La experiencia de Seis del Solar arrancó de la mano del sello Elektra Records y se hizo sentir con la publicación en 1984 del disco “Buscando América”, un trabajo con canciones de contenido político y social, escrito a través de las experiencias de la guerra fría y en el que el cantautor exploró las claves de la historia contemporánea de América latina, en particular los sucesos que marcaron algunos regímenes dictatoriales.

Con “Buscando América” y Seis del Solar el artista panameño rompió esquemas y sin demoras convirtió esa producción musical en una de sus más afamadas. Aunque con un sonido diferente, la tónica del disco no se distanció de sus trabajos anteriores, en la medida en que sus líricas se vertían en crónicas sociales muy críticas de la política intervencionista y agresiva del gobierno de Estados Unidos en Centroamérica.

De ese disco, el tema “Decisiones” se coronó como la joya del éxito y para muchos melómanos y conocedores esta es una de las mejores canciones escritas por Blades en toda su carrera y, al mismo tiempo, de las más censurada en muchos países.

Un año después, en 1985, el cantautor lanzó “Escenas”, el álbum que lo galardonó con su primer premio “Grammy” y que marcó una nueva etapa en su carrera, la que continuó brillando con los lanzamientos de “Agua de luna” (1987), basado en cuentos de Gabriel García Márquez, y “Antecedentes” (1988).

Este último trabajo, con el que Blades consiguió su segundo Grammy, presentó una evolución del concepto musical de su sexteto al incluir una sección de vientos para denominarlo Son del Solar.

En las postrimerías de 1988, el versado cantautor se enfrascó en un nuevo desafío al lanzarse a la arrojada aventura de grabar un disco en inglés, “Nothing but the Truth”, para el que se valió de la compañía de figuras importantes del rock como Lou Reed y Elvis Costello.

La idea, según ha manifestado el artista, fue establecer el precedente de conjugar sus teorías musicales aduciendo la importancia de testimoniar un convite entre la música afroantillana urbana y el rock.

Aun cuando ese álbum no tuvo fuerte impacto en el mercado logró definir el espacio creativo desde donde el cantautor se ha movido hasta hoy, centrándose en una fórmula dirigida a la universalización de los ritmos y estilos que conforman la música latina, en su afán de culturizar y engrandecer los sonidos latinos.

Antes de ese lanzamiento, los ejecutivos de Fania colocaron en el mercado el disco “Doble filo” (1987) que incluyó viejos temas de Blades y cuya única intención era capitalizar en ventas el éxito que el artista perfilaba internacionalmente.

Blades se despidió de Son del Solar en 1990 con la celebración de un gran concierto que tuvo lugar en el Lodestar Roadhouse de la ciudad de Nueva York y que derivó en la producción “Live”.

Su exitosa trayectoria musical, en tanto, continuó como parte del catálogo artístico de la disquera multinacional Sony, junto a la que trabajó las producciones “Caminando” (1991) y “Amor y control” (1992).

Luego de esos discos, y por los próximos dos años, el cantante dedicó sus esfuerzos a trabajar su candidatura política para las elecciones presidenciales de 1994 en Panamá a través de la plataforma de una formación política alternativa que llamó Papá Egoró (Tierra Madre), cuya propuesta programática se sostuvo en la lucha contra las desigualdades sociales y la ilusión por construir un mejor porvenir.

Los panameños perdieron a un buen presidente, pero los salseros recuperaron a su ídolo.

De vuelta a la música, en 1995 lanzó el disco “Tras la tormenta”, trabajado junto a Willie Colón y en la que cada uno interpretó temas independientes y un par de canciones a dueto.

Al año siguiente, en 1996, Blades reapareció en la escena musical tras haber conformado el grupo Saravá, con el que grabó “La rosa de los vientos”.

Con esa producción, galardonada con un premio Grammy, el artista concluyó una trilogía discográfica con la que encaminó su obra creativa hacia una nueva ruptura, presentándole al público la universalización de ritmos y estilos que conforman la música latina.

Esa triada quedó representada en “Caminando”, “Amor y control” y “La rosa de los vientos”.INS

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