R. Dominicana-Obispos católicos llaman a combatir los males sociales como corrupción, narcotráfico, violencia, inmigración ilegal y delincuencia

Santo Domingo, 19 feb (INS).- En su mensaje por la conmemoración del aniversario de Independencia Nacional, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) instó al gobierno y a la sociedad a asumir con urgencia un comportamiento ético para enfrentar los males sociales como el tráfico y consumo de drogas, la corrupción e impunidad, la violencia, las elecciones de 2020 y la inmigración.

Señaló que tal como lo mencionaron en la Carta Pastoral del pasado 21 de enero, los males antes mencionados, así como el narcotráfico, la trata de personas y la explotación laboral, son sólo algunos casos conocidos que resuenan por momentos, pero después “se percibe cierta dejadez o inercia social siguiendo la corriente, sin esperar ni procurar un cambio”.

Pidió a todos los estamentos de la sociedad que “asumamos la tarea de vivir y educar de acuerdo a la ética y con los valores de la honestidad, equidad, verdad, trabajo, responsabilidad, respeto, solidaridad, fraternidad, justicia, hospitalidad y amor a la familia”.

El organismo, conformado por los obispos de la Iglesia Católica, considera que la falta de un régimen efectivo de consecuencias frente a ese flagelo “es un gris mensaje que provoca el desencanto social, favoreciendo la violencia y cualquier delito”.

En su mensaje, el CED asegura que la impunidad favorece la pobreza, por lo que no puede prevalecer y, por tanto, debe haber consecuencias contra aquellos que cometen irregularidades y delitos.

“El aparato legal, a partir de quienes tienen responsabilidades en la persecución, el sometimiento y la toma de decisiones, no puede enfermar, víctima de la corrupción o incompetencia de unos pocos. Aplaudimos, como siempre, una administración sana de la justicia para todos, sin distinción de personas”, sostiene el documento.

Dijeron los religiosos que con la llegada de 2019 el país ha entrado en un año pre electoral, donde “nueva vez viviremos las cruzadas de promesas de cambios o continuismos, con caras conocidas que provocarán la falta de dinamismo en la contienda electoral” e insistió en que “la buena política promueve la participación de los jóvenes y la confianza en el otro”.

Recordaron que en la pasada Carta Pastoral de 2019 se enfatizó sobre la necesidad de tomar en cuenta a los jóvenes, promoviendo su participación.

Los obispos agregaron que en los resultados electorales de 2016, en la matrícula de la Cámara de Diputados, los jóvenes entre 25 y 34 años fueron apenas el 2.6%, los electos a alcaldías el 4.4%, y a regidurías el 9.3 por ciento.

La Conferencia del Episcopado señaló que el desempleo juvenil ronda el 31%, mientras que el grupo de jóvenes que ni trabajan ni estudian, los llamados “ninis”, era el 22.5% en 2015. Consideró necesario tomar en cuenta a los jóvenes dominicanos en el campo político y en el mundo laboral.

Los sacerdotes citaron que “es evidente para todos que los vicios de la vida política restan credibilidad a los sistemas en los que ella se ejercita, así como a la autoridad, a las decisiones y a las acciones de las personas que se dedican a ella”.

En cuanto a la corrupción, el mensaje señala que “somos conscientes que es un gran mal de nuestra sociedad. Se trata de un virus que permea instituciones públicas y privadas. Un lastre y veneno que nos atenaza, una estocada mortal al corazón de la Patria que debemos prevenir”.

Asimismo, los obispos pidieron prestar toda atención “a los altos niveles de violencia que existen a nuestro alrededor, para no convertirlos en un clima irrespirable para la sociedad”.

El mensaje episcopal señala que producto de la violencia “es la inseguridad ciudadana y el temor de salir a la calle sin que nos asalten o quiten la vida” y pidieron a la sociedad “enfocar el problema desde la raíz, para buscar soluciones conjuntas a este mal que nos arropa”.

Con respecto al controversial proyecto de ley del aborto que se debate en el Congreso Nacional, los prelados dijeron que “continuamos preocupados por los intentos de legislar en contra del sagrado derecho a la vida desde sus orígenes. La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno. Reiteramos el respeto a la vida humana en todas sus dimensiones, desde su concepción hasta la muerte natural tanto del hombre como de la mujer”.

“Urge crear conciencia en la población sobre el respeto a la mujer, a fin de disminuir el aumento incesante de feminicidios en el país”, indicaron.

En el documento, los religiosos invitan a la ciudadanía a acoger los principios rectores propuestos en la Ley de Función Pública: “Cortesía, decoro, discreción, disciplina, honestidad, vocación de justicia, lealtad, probidad, pulcritud y vocación de servicio, de modo que puedan dar cuenta de los bienes que administran en beneficio de otros”.

En torno a la inmigración, la CED explica que mientras el Estado está obligado a fortalecer la aplicación de las leyes migratorias en el país, tomando en cuenta las irregularidades existentes en la frontera dominico-haitiana, la Iglesia tiene como misión llevar la buena nueva a todos.

Al mismo tiempo reiteran que es indiscutible la ayuda que como dominicanos “hemos dado y seguiremos dando a Haití, pero ella reclama la solidaridad de la comunidad internacional, sobre todo de las naciones ricas y poderosas, que le ayuden a salir de su situación y es necesario que Haití asuma su responsabilidad”. INS

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