R. Dominicana-Cada año aumentan las demandas judiciales por mala práctica contra médicos especialistas, principalmente cirujanos plásticos (crónica)

Julia Arias Almonte, una de las víctimas fatales. / Inter News Service

Por Manuel Vólquez

Santo Domingo, 5 ene (INS).- En el período 2017-2018, el Colegio Médico Dominicano (CMD)  recibió 389 demandas judiciales contra profesionales de la salud, la mayoría por mala práctica que involucran principalmente a cirujanos plásticos, a quienes les atribuyen varias muertes, y a los especialistas en gineco-obstetricia.

El Plan de Asistencia Médico Jurídica (Planejur) recibió un total de 389 denuncias que llegaron a los tribunales dominicanos, conforme a un recuento periodístico.

El doctor Severo Mercedes, presidente de Planejur, aseguró que de las 389 demandas, 114 se hicieron contra gineco-obstetras y 61 contra cirujanos generales, mientras otras 46 fueron interpuestas contra anestesiólogos.

Durante una intervención quirúrgica participa un equipo completo de médicos, enfermeras y asistentes, pero los que son sujetos de demanda son, por lo general, los médicos que tienen una acción más directa en la intervención.

Otros facultativos con alta cifra de demandas son los ortopedistas. El año pasado se registraron 44 casos en los tribunales, mientras los pediatras tuvieron 28 expedientes judiciales.

Un recuento realizado en el 2018 por la reportera Altagracia Ortiz, del impreso Hoy, refiere que “los planes jurídicos del CMD recibieron 22 demandas contra cirujanos plásticos”. Estos profesionales tienen, además, sus propias pólizas de seguro, debido a los riesgos de su especialidad y están adheridos a la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva.

En el 2016, los planes jurídicos del Colegio Médico Dominicano recibieron 321 litigios legales contra facultativos que ejercen en clínicas y hospitales del país. Mercedes asegura que estas demandas colocan al profesional del sector salud ante un ejercicio que realiza a la defensiva.

Cientos de requerimientos cursan actualmente en los tribunales sobre médicos especialistas por alegada negligencia en el ejercicio de sus funciones.

Debido a la gravedad de los casos, han surgido abogados que se especializan en “derecho médico”, situación que obliga a los doctores en medicina a pagar al Colegio Médico Dominicano una cuota especial de póliza por el denominado “seguro de mala práctica”.

El presidente de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas, Rafael Mena, atribuye el aumento de estas acciones judiciales “a la falta de confianza de pacientes con galenos y a la puesta en vigencia de la Ley 87-01 sobre el Sistema de Seguridad Social, que han dado pauta a estos procesos legales”.

Sin embargo, en ese entramado las cirugías plásticas son cada vez más frecuentes entre hombres y mujeres, procedimientos quirúrgicos escogidos por pacientes que pretenden modificar, corregir o cambiar una parte de su cuerpo para lucir mejor.

Pero como es de suponer, cada intervención quirúrgica conlleva riesgos y complicaciones asociados, los cuales deben ser debidamente informados a las personas y adaptarse a las condiciones físicas y de salud de estas antes del procedimiento quirúrgico.

En los últimos meses, los cirujanos plásticos han sido los más afectados por las querellas de parte de los familiares de mujeres fallecidas durante el procedimiento de cirugías. También son demandados por aquellas pacientes cuyas figuras corporales quedan deslucidas por el bisturí.

Varias damas han fallecido durante los últimos años en clínicas del país, tras someterse a liposucciones y otras técnicas para embellecer.

Se recuerda que el 23 de enero del año pasado, la jueza de Atención Permanente del Distrito Nacional, Evelyn Rodríguez, dictó tres meses de prisión preventiva como medida de coerción contra las doctoras Pamela Stefani y Serena Stefani Congedo, acusadas de asociarse y cometer mala práctica médica y estafa en perjuicio de 20 personas, a las cuales le realizaron unos procesos estéticos que supuestamente mejorarían su apariencia.

Las profesionales se publicitaban a través de distintos medios de comunicación (escritos, televisivos y digitales) ofertando un catálogo de procesos estéticos cortos, no invasivos, sin procedimientos quirúrgicos ni traumas y que eran ambulatorios.

Estos se realizaban en el “Centro de Medicina Regenerativa y Ortomolecular Dra. Stefani”, así como en el “Centro Stefani Stetic S.A. Medical Group”, localizados ambos en el sector Ensanche Paraíso de Santo Domingo.

Una revisión a los archivos periodísticos hecha por Inter News Service comprobó varios fallecimientos de mujeres en los pasados años, que acudieron a los cirujanos plásticos a corregirse algunas partes del cuerpo. Otras quedaron con marcas por el mal uso del bisturí.

El caso más reciente de supuesta mala práctica médica es el de Julia Arias Almonte, una mujer de 27 años fallecida el pasado miércoles cuando buscaba las medidas perfectas para transformar su cuerpo, pero no sobrevivió.

Arias visitó la  Clínica Dermo Stetic Láser Clínic  de Santo Domingo para realizarse una  abdominoplastia, lipoescultura y aumento de glúteos, pese a que su condición falcémica se lo impedía, ya que esta presenta inestabilidad en los glóbulos rojos, y hasta puede desencadenar un Accidente Cerebro Vascular.

El año que recién pasó, también Johana González Álvarez, de 25 años, respiró por última vez en la sala del Centro Especializado en Cirugía Plástica y Lipoescultura (Cecilip) y sus familiares aún no saben con certeza qué fue lo que falló durante su intervención. La criolla viajó desde los Estados Unidos para realizarse una liposucción, y murió en el proceso de la anestesia.

Katherine Jacqueline Pérez Minaya es otra quisqueyana que regresó al país para someterse a cuatro procedimientos estéticos en el Centro Internacional de Cirugía Plástica Avanzada (Cipla), en los cuales perdió la vida por un paro cardíaco.

Además, Somelys Cruz corrió igual suerte al realizarse una liposucción en un centro médico en la provincia de la Vega (norte), pero se les informó a los parientes, al igual que a los de Pérez Minaya, que la joven de 28 presentó complicaciones con la anestesia, quedando en coma unos días hasta que falleció.

Para el 2016, en el Centro Médico Cibao pereció Ramona Franco Cruz, de 24 años, seis días después de una intervención similar en la clínica Doctora Maritza Jiménez, en Santiago.

También en esa ciudad, Ely Peña Plasencio, de 24 años, fue al  Centro Estético Ideamet, cerrado en tres ocasiones por la muerte de cuatro mujeres, para aumentarse los glúteos, pero murió.

En octubre de 2017, la dominicana Emmy Duvergé, 37 años, y madre de tres niños,  murió luego de operarse los brazos, el abdomen, la espalda, cintura, papada, entrepiernas y nalgas, pero no resistió las cirugías y murió. Viajó a Santo Domingo desde Estados Unidos con esa meta.

De igual manera, está el caso de Sharileni Cedeño, de 23 años, quien falleció de un paro cardíaco momentos después de haber salido del quirófano, luego de practicarle una lipoescultura en la Clínica de Cirugía Plástica Contreras, del doctor Edgar Contreras, quien ha tenido varias denuncias jurídicas de malas prácticas estéticas.

En esas circunstancias, los centros de salud siempre son clausurados por las autoridades por no estar en condiciones para ejercer esas funciones, mientras las demandas judiciales suelen desaparecer debido a que los demandantes terminan conciliando con los galenos.

En el país, la encargada de la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (Sodocipre) agrupa a alrededor de 363 cirujanos plásticos acreditados para estos fines, por lo que recomienda que a la hora de pensar en un procedimiento quirúrgico de cualquier tipo, consultar con uno de los especialistas, ya que, según explican, “son más los casos de éxitos que los desafortunados”, pero que cuando se realizan con un médico sin licencia puede terminar en la muerte. INS

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