P. Rico-Vicepresidenta de la Cámara demanda que la Junta de Supervisión Fiscal controle sus gastos

San Juan, 2 dic (INS).- La vicepresidenta de la Cámara de Representantes, Lourdes Ramos, exigió a la directora ejecutiva de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), Natalie Jaresko, que ajuste el cinturón del ente federal, que a su juicio “no lleva un efectivo control sobre sus finanzas y el presupuesto asignado. El descontrol que mantiene sobre sus gastos llevará a Puerto Rico a otra quiebra”.

“Aquí la JSF le exige al gobierno números claros y precisos, demandando que todo se ajuste al presupuesto asignado. Pero ellos están por la libre aumentando en cada momento sus egresos, sabiendo que las facturas las paga el pueblo”, acusó Ramos.

El reclamo obedece a que los representantes legales y firmas asesoras contratadas por la JSF aumentaron sus gastos en 3.9 millones de dólares adicionales en el tercer período de facturación interina (entre febrero y mayo de este año). Una de las firmas aumentó sus tarifas en tres ocasiones desde febrero.

Más aún, como parte del proceso legislativo federal para considerar la ley Promesa, la Oficina de Presupuesto Congresional (CBO, siglas en inglés) proyectó en unos 370 millones de dólares los gastos estimados que tendría la JSF para el gobierno de Puerto Rico durante un período de 10 años. Esa cifra, dijo Ramos, se ha duplicado.

Con evidente enfado, la legisladora cuestionó “cómo es posible que la Junta incremente sin vergüenza ni cortapisas su presupuesto, mientras exige austeridad a los policías, a los bomberos y a los jubilados del gobierno”.

“Contratan abogados a mil dólares y 800 dólares la hora, pero regatean el salario de nueve dólares la hora que gana un bombero, privando cuando menos a 45 de ellos de la seguridad de sus empleos. Creo que la óptica de la Junta necesita cirugía urgente”, aseveró la política del Partido Nuevo Progresista.

Ramos le recordó a Jaresko que entre sus funciones como directora ejecutiva, “para lo que gana un salario exorbitante de 625 mil dólares anuales, se debe encontrar el velar por la prudencia y responsabilidad en los gastos”.

“Aquí el Congreso nos asignó unos curanderos que nos recetan ungüentos, sobos y pócimas. Pero ellos cobran como cirujanos sin importarles cuánto le cuestan al contribuyente sus desenfrenos. ¡Esto tiene que parar!”, urgió.

Para la representante resulta bochornoso y cuestionable cómo el organismo encargado de supervisar las finanzas públicas, “estrangule el presupuesto que costea servicios esenciales para el pueblo, mientras ellos viven en la jauja gastando desmedidamente a diestra y siniestra”. INS

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