P. Rico-Preocupación de Adam Anhang: “Desconozco la persona con la que estoy viviendo. Siento que duermo con un enemigo”

La investigación, afirmó Aponte, consistió en hacer, primeramente un “background check” de Aurea, para lo que recibió de manos de Adam una copia fotostática de una serie de documentos de la acusada. / Inter News Service-Obed Betancourt

Por Obed Betancourt – Especial para Inter News Service

San Juan, 7 oct (INS).- El empresario canadiense y multimillonario Adam Joel Anhang Uster llegó a pensar que su esposa Aurea Vázquez Rijos se había transformado en un ser desconocido luego del matrimonio, a tal grado que pensaba que dormía “con un enemigo”.

En entrevista con el investigador privado Jorge L. Aponte, reclutado por Adam para investigar los múltiples rumores sobre su esposa, el exagente del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) afirmó que llegó a confirmar algunos de esos rumores, entre ellos la “conducta (de Aurea) exhibida ante otros caballeros”, una frase utilizada por Adam en su demanda de divorcio.

En el círculo íntimo de Adam corría el rumor de que tan pronto como el día siguiente, o el segundo de su boda, Anhang Uster habría llamado o tuvo la intención de llamar al juez Ángel Pagán, que le casó con Aurea Vázquez Rijos, para que no enviara los papeles certificando su boda del 19 de marzo de 2005 o para saber si estaba a tiempo de anular el matrimonio.

Tenía miedo de Aurea y su familia, y en ese momento parecía un miedo incomprensible. Seis meses exactos y cuatro días después de celebrada la boda, el 23 de septiembre en la madrugada, moría asesinado de manera cruel por Alex Pabón Colón, alias “El Loco”, contratado por Aurea, su hermana Marcia y por -hasta hace poco- el novio de esta, José Ferrer Sosa.

Aponte es un conocido exagente del NIE, en el que estuvo 18 años, antes de dar el salto al sector privado de seguridad, al fundar Professional Security Group, dedicado a la investigación y protección privadas.

No sabía lo que allí ocurría

La información obtenida durante la investigación de Aponte fue determinante para apoyar la decisión que Adam tomaría: abandonar su mansión en Yardley Place, separarse, apenas a los tres meses de casado, y comenzar el proceso de divorcio.

Sólo había pasado un mes desde la boda cuando Adam, luego de buscar las mejores referencias, entre ellas de varios conocidos suyos del FBI, llamó el 25 de abril de 2005 a Aponte para que, de manera urgente, se reunieran. La reunión pudo llevarse a cabo al siguiente día, en Kasalta, ubicada en Ocean Park.

En esa reunión, indicó Aponte, Adam le solicitó sus servicios para que investigara a su esposa, pues le llegaban comentarios “negativos sobre ella, que le era infiel, que tenía negocios turbios”. Esa fue su expresión, dice, pero no fue específico en torno a qué clase de negocios ilegales podía estar haciendo. Eran solamente rumores que se debían investigar. También recibió comentarios de que ella no hablaba muy bien de él, a sus espaldas.

“Esa fue la primera expresión que me dice”, como asunto a investigar, relata el investigador. Luego Adam le explica que él le montó el negocio Pink Skirt, en la calle La Fortaleza en el Viejo San Juan, y añadió su queja de que debió ser únicamente un restaurante, un lugar al que no iba, aunque lo financió.

Sin embargo, le llegó información de que Aurea convertía el lugar en las noches en una barra donde se llevaban a cabo “cosas ilegales”. La venta de bebidas alcohólicas no fue parte del trato que Adam hizo con su esposa para montarle el negocio, añade Aponte.

“Y la conducta observada en el hogar, le sugirió a él que le era infiel”, agrega el relator. Un mes de matrimonio le bastó a Adam para darse cuenta de que ya ocurrían cambios en ella que no anticipó, que le eran perniciosos, sospechosos, distintos. En ese momento Aponte decide tomar el caso. Trataría de confirmar o descartar los distintos rumores e informaciones que recibía, entre estos, de su círculo de amistades.

Adam le pidió a Aponte que coordinara con su abogada el trabajo que realizaría. La abogada resultó ser Silvia Vilanova, contratada por Adam para que llevase su demanda de divorcio. Es decir, a un mes de matrimonio, ya Adam consultaba a una abogada para que lo divorciara.

Fue esta abogada la que presentó ante un tribunal su demanda de divorcio el 21 de septiembre de 2005, exactamente a seis meses de su boda, por una causal de trato cruel e infidelidad. La demanda fue retirada el día 22, en espera de que futuras negociaciones evitaran el divorcio “nasty” que prefiguraba Adam.

Pero esa noche, ya la madrugada del 23, fue asesinado, precisamente el día en que presentaría definitivamente su divorcio, aunque fuese “nasty”, como le advirtió Adam el 22 en la mañana durante la sesión de terapia de familia.

El lunes 2 de mayo, Adam, Vilanova y Aponte se reunieron para iniciar la investigación y para revelarle al investigador privado que “ella sería la abogada que trabajaría todo lo que tiene que ver con su caso” de divorcio.

Miedo a la familia

La investigación, afirmó Aponte, consistió en hacer, primeramente un “background check” de Aurea, para lo que recibió de manos de Adam una copia fotostática de una serie de documentos de Aurea, del pasaporte y de un tarjeta de identificación del Estado de Nueva York, y donde se ve la escritura de Adam dando los pormenores de su residencia y el de Pink Skirt.

Esta investigación reflejó los múltiples nombres que utilizaba Aurea, y que posiblemente causaron sospechas en Adam.

“Del ‘background check’ y  la documentación que me dio Adam vi que algunas de las informaciones de ella (Aurea) en cuanto a sus ID’s, es que tenían diferentes nombres y apellidos, como Auri, Dominicci, Bibi, Beatriz Dominicci”, destacó el investigador privado.

“Una de las expresiones que me hizo Adam es: ‘Desconozco la persona con la que estoy viviendo. La desconozco. Siento que duermo con un enemigo’”, declaró Aponte en la entrevista.

Y añadió: “Él estaba tan ansioso, y te lo digo porque fue así, que me llamaba todo el tiempo. Yo tengo notitas en el expediente de cuando él llamaba, diciendo, dile a Aponte que llegué al (condominio) Regency (donde estaba su oficina), que quiero verlo. Él estaba asustado. De la persona (Aurea), y de las personas con las que ella se estaba relacionando, de la familia de Aurea, que estaba allí (en su casa en Yardley Place) todo el tiempo”.

Eso incluye a su hermana Marcia, su hermano Charbel, la madre de estos, Carmen, y José, no así al papá de Aurea, que estaba como ausente. “El básicamente los mantenía a todos”, declaró Aponte.

En las conversaciones que mantenían Adam y Aponte, relata éste, el investigador privado le advertía que estaba en una relación en la que sólo le estaban sacando dinero.

Aponte preparó un plan de vigilancia y seguimiento, “agresivo, como me lo pidió él. Me dijo, no importa lo que haya que pagar, yo quiero que tú la investigues a ella todo el tiempo”. Al salir de su casa, al llegar a Pink Skirt, dentro del negocio, a donde quiera que fuese, ella tenía un rabo.

“Cuando voy asistiendo a Pink Skirt, en ocasiones la vi a ella besándose con hombres, y se lo dije a él (a Adam). Se molestaba, se ponía ansioso”, comparte.

“Él llegaba a mi oficina y, me recuerdo, se levantaba (caminaba ansioso, según los propios gestos de Aponte al imitar a Adam) y como que no lo podía creer. Él decía, pero si yo la trato bien, soy bueno con ella”.

La investigación incluyó una operación encubierta de parte de Aponte y su equipo de trabajo, tan exitosa que Aurea se comprometió a proveerle al investigador privado, quien se hizo pasar por un empresario adinerado, unas chicas, incluyéndose ella misma, para hacer una salida en lancha desde Salinas.

Para ese operativo, Aponte y cuatro miembros adicionales de su equipo se presentaron en varias ocasiones en Pink Skirt. Varios del equipo fungían de bodyguards del empresario y otros eran sus amigos, dispuestos a gastar dinero a manos llenas. El efectivo corría visible encima de la barra de servicio, las propinas altas, hasta que Aurea picó el anzuelo.

El investigador confirmó que Aurea tenía una red de “escort services”, y que ella misma podía dar los servicios que las otras daban. Aponte habló con las chicas y les sacó la información que necesitaba.

“Inclusive, Aurea bebió de la misma copa de nosotros, una bebida llamada Volcán”, apuntó el investigador, quien remarca que esta fue atraída por el dinero que exhibían a manos llenas.

“Estábamos en la barra, yo y el equipo. Yo simulaba que era una persona de dinero. Y los muchachos que iban conmigo eran como si fueran mis bodyguards y otros eran mis panas. Estas eran muchachas de revista, preciosas. Y algunas de estas trabajaban también en el negocio de Aurea”, recuerda el investigador de sus tareas de hace 13 años.

Según recuerda de sus varias visitas al Pink Skirt, “primero empezaron las muchachas a acercarse, hasta que ella (Aurea) vio todo el movimiento de nosotros, y el dinero y todo, y como las moscas, se acercó también”.

La investigación duró dos meses, e incluye vídeos, entre ellos uno de Aurea besándose en un área oscura con un hombre.

El viernes 13 de mayo, el grupo de trabajo se presentó a su labor de encubiertos al Pink Skirt, y mientras compartían con las muchachas, nuevamente Aurea se acercó al grupo.

“Empezamos a hablar con ella y acordamos ir al otro día, sábado 14 de mayo, a pasear en una lancha en Salinas, ella y varias de las muchachas, a compartir, a beber. Y ella (Aurea) estuvo de acuerdo. Y en la conversación entre tragos, ella nos confesó que estaba en trámites de divorcio. Ella nos dijo que estaba casada con un viejo canadiense, que lo que le interesaba era terminar con él y conseguir el dinero que le tocaba, que cuando terminara los trámites de divorcio recibiría mucho dinero”.

Pese a todo, él la amaba

Pero el 14 de mayo el grupo de encubiertos, las chicas y Aurea no salieron para Salinas.

“Llamé a Adam, le expliqué todo esto (lo que había acordado con Aurea y sus chicas), le notifiqué todo y él se molestó bien fuerte, y dijo que no, que no autorizaba que saliéramos con ella ni nada. Y en vez de estar en la lancha ese sábado, lo que hice fue reunirme personalmente con Adam al mediodía del sábado 14”.

“Cuando me reuní con él en mi oficina y le di todos los detalles de las conversaciones de ella diciendo que él era un viejo y del que se quería divorciar, y de que íbamos a salir, y que ya habíamos entrado en mucha confianza con ella… él se molestó (con la situación) y dijo que no”.

Como parte de la investigación se tomaron vídeos de la vigilancia que se le hizo a Aurea. “Inclusive le entregué (a Adam) varios vídeos de nosotros con cámaras ocultas dentro del Pink Skirt. Esos vídeos reflejan la dinámica que se daba dentro del negocio, porque él creía que era un restaurante, para que viera que no era un restaurante, que aquello era una barra, todo el mundo bebiendo, vacilando, música. Para que viera que no era lo que él creía”.

El equipo tenía una cámara oculta grabando al momento en que Aurea, bebiendo con ellos, compartió el trago de Volcán de ellos. “Ella estaba en un vacilón fuerte con nosotros, ya la cosa era fuerte. No es que estuviéramos besándonos ahí, pero estaba coqueteando con nosotros”.

“En un momento dado en uno de los vídeos está ella en la entrada de lo que es la cocina, y se dio un beso con un cliente”, agrega Aponte. En los vídeos de vigilancia se le ve comprando en tiendas, “gastando dinero, en Plaza Las Américas, en Condado, en el Viejo San Juan. Ella gastaba billetes por ahí pa’ bajo”.

Aurea reconoció ante la terapista de familia que Adam le daba muy poco dinero para sus gastos. Los seis mil dólares que le daba mensualmente no le eran suficientes para sus necesidades, aunque también recibía dinero de su negocio.

Recuerda en este momento el investigador que la noche de la muerte de Adam ella tenía unos tacos Prada de cinco mil dólares.

El exagente del NIE confirmó que Adam, aun así, quería mucho a Aurea. “Eso es así, desgraciadamente. Él estaba enamorado, ella no, pero él sí. Él la quería, inclusive, ya tú ves, ese día que le dieron los golpes (la madrugada del 23 de septiembre) él lo que le dijo fue ‘run, baby run’.”

Recompensa de 100 mil dólares

Tanta era la ingenuidad de Adam en los asuntos amorosos,  asegura el investigador, que le reveló a Aurea los resultados de su investigación.

“La confrontó, todas las cosas que de tiempo en tiempo yo le decía, él se las dijo a ella”. Nunca supo Aponte, porque Adam no se lo dijo, cómo ella reaccionaba a la información. “No me habló nunca de eso (de la reacción de ella). Después de ahí, lo que sí empezó a decirme es que le iba a pasar algo. Y siempre me decía, Aponte, si me pasa algo, recuérdate, fue Aurea, Marcia, José, los mencionaba, Chalber, fueron ellos”.

Ese miedo, más fuerte, lo sobrecogió luego de que Aponte le revelara el 14 de mayo los acontecimientos de la noche anterior, indicó el entrevistado.

“Yo le recomendé ponerle unos bodygards. Le dije que no saliera solo con ella, porque yo sabía que él no iba a dejar de verla”, como ciertamente ocurrió. Durante los tres meses de separación, ambos se veían todavía.

Aponte también le recomendó que no saliera solo con ella.

La noche en que mataron a Adam llamaron a Aponte para darle la triste noticia. “Mi primera impresión fue eso lo hizo ella. Porque él me lo había dicho tanto. ¡Me dio tanto coraje! Me puse bien hyper. No me hizo caso”.

Luego del infortunio, Abraham Anhang, padre de Adam, recabó la ayuda de Aponte para dar con el paradero del asesino. Para ello emitió un boletín, que colocó el exagente de ley y orden en todo el Viejo San Juan, ofreciendo una recompensa de 25 mil dólares “por información que conduzca al arresto y convicción de las personas responsables del asesinato del señor Adam Anhang, ocurrida en San Juan (esq. calles Luna y San Justo) la noche del 23 de septiembre de 2005”. Se proveyó un teléfono, que manejaba Aponte, para las llamadas, 24/7.

Meses después, ante la falta de información, la recompensa fue aumentada a 100 mil dólares. Aun así, nadie obtuvo la recompensa. Se presentaron denuncias semanas después de la muerte contra Jonathan Román Rivera, en un proceso que duró dos años, y en diciembre de 2007 se le condenó, equivocadamente, a cadena perpetua. Luego, en el 2008, fue excarcelado al confesar el crimen Alex Pabón Colón a las autoridades federales, cuando lo arrestaron. INS

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