P. Rico-Celebra Roberto Octavio González Nieves su 30° aniversario de ordenación episcopal

San Juan, 3 oct (INS).- En un acto litúrgico en la mañana de hoy descrito como “emotivo”, el arzobispo metropolitano de San Juan, Roberto Octavio González Nieves, OFM, celebró su trigésimo aniversario de ordenación episcopal.

Los actos comenzaron a las 11:00 de la mañana en el monumento a la Rogativa en el Viejo San Juan.

Allí, el Arzobispo de San Juan pronunció un mensaje en el que le acompañaron obispos, Mons. Álvaro Corrada del Río (vicepresidente de la conferencia Episcopal Puertorriqueña y Obispo de Mayagüez), Mons. Eusebio Ramos Morales (Secretario-Tesorero de la CEP y Obispo de Caguas) sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas, maestros y estudiantes de las escuelas católicas y fieles, se indicó en declaraciones escritas.

La celebración sucede en momentos en que la Iglesia Católica de Puerto Rico ha sido ordenada por las autoridades seculares a pagar casi $5 millones por pensiones dejadas de pagar a los maestros de las escuelas católicas.

También se coloca en medio de las denuncias de que el cura utiliza el altar como si fuese un podio político.

Del monumento de la rogativa posesionaron en silencio hasta la Catedral Metropolitana de San Juan para la celebración de la Misa en acción de gracias donde asistieron invitados especiales y representantes de la comunidad ecuménica, como el reverendo Heriberto Martínez, Secretario General de la Sociedad Bíblica y el reverendo Esteban González Doble, de la Iglesia Discípulos de Cristo.

“Ante una catedral repleta, el Arzobispo se mostró conmovido ante la participación inmensa de miembros del clero y del pueblo santo de Dios”, se indica en el comunicado de prensa.

El Arzobispo de Juan fue ordenado sacerdote el 8 de mayo de 1977. En julio de 1988 se anunció que el entonces sacerdote franciscano, Fray Roberto, párroco de la parroquia de la Santa Cruz en el Bronx había sido elegido por el Papa Juan Pablo II (hoy San Juan Pablo II) como Obispo Auxiliar de Boston. El Arzobispo de San Juan fue ordenado Obispo, un día como hoy, el 3 de octubre de 1988 en la Catedral de la Santa Cruz en Boston, Ma. En el 1995, el Papa Juan Pablo II lo designó Obispo Coadjutor (con derecho a sucesión) de Corpus Christi, Texas y el 1997 fue instalado como Obispo de esa diócesis.

En marzo de 1999 se anuncia que el Santo Padre, Juan Pablo II nombró al entonces Obispo de Corpus Christi como nuevo Arzobispo Metropolitano de San Juan de Puerto Rico.

Fue instalado Arzobispo de San Juan el 8 de mayo de 1999. “Al celebrar mi trigésimo aniversario de ordenación episcopal, lo más justo, lo más natural y lo más meritorio es elevar mis ojos al cielo y dar gracias a Dios por este ministerio al cual me llamó a pesar de mis muchos pecados y limitaciones. Una gratitud que no solo se queda en el llamado a ser un obispo, sucesor de los apóstoles, sino una gratitud por haberme asistido con su amor y gracia, protegido con su misericordia, fortalecido con su Espíritu, consolado con su pasión e iluminado con su luz Pascual”, indicó el Arzobispo de San Juan al inicio de su homilía.

El arzobispo indicó que “siempre he visto mi episcopado, desde el primer día que se me informó que el Papa Juan Pablo II, ahora santo, me había nombrado obispo, hasta el año treinta que cumplo hoy, como un don inmerecido del amor de Dios. Es un don porque es algo que no se obtiene por méritos propios. Ha sido un don que Dios me ha confiado a través de tres Papas, Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco. El Espíritu Santo me ha ayudado a ser plena y gozosamente leal a cada uno de ellos”.

Para el Arzobispo, “la Santa Cruz ha sido una realidad muy fuerte en mi episcopado. Más que el anillo, la mitra y el báculo, es la santa cruz el verdadero signo distintivo de un Obispo. ¡La cruz invisible sobre el corazón! Puedo decir que el episcopado, vivido como don inmerecido y en el servicio es una pesada cruz que estamos llamados a cargar con alegría, a abrazarla con amor y a exaltarla con nuestro testimonio. Esta cruz si no es pesada, me parece que algo anda mal, si no duele es porque no se la sabemos llevar. Pesa poco en comparación a la de Jesús. Es una cruz donde el obispo carga las esperanzas de los fieles, la convierte en la voz de los marginados, es la cruz donde deben agarrarse los que sufren hambres, los vulnerables, los perseguidos, las víctimas de una economía que mata, de la cultura del odio, del descarte, del colonialismo, del armamentismo, de la muerte procurada de niños y niñas indefensos en el vientre materno, el homicidio, la eutanasia, de los crímenes de odio y de tantas otras injusticias.”

Al concluir, Monseñor Roberto González Nieves pidió a Dios que bendiga su episcopado con el don de la cercanía.

“Hoy pido a Dios que bendiga mi episcopado con el don de la cercanía; que me haga ser un Obispo lo más cercano posible a nuestros sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos; lo más cercano posible al pueblo, especialmente aquél que sufre, que no tiene voz, que solo cuenta cada cuatro años; y sobre todo, que me haga más cercano al corazón de Jesús y al regazo materno de su Virgen Madre. Sólo le pido a Dios que me haga ser un Obispo, mensajero de la esperanza y la alegría Pascual en medio de un pueblo y una Iglesia desesperados”, dijo. INS

vac