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El embajador dominicano Josué Fiallo participando en la sesión del Consejo de Seguridad. Inter News Service
Santo Domingo, 1 feb (INS).- La República Dominicana reiteró este miércoles que la crisis en Haití es una amenaza para su seguridad nacional, que además está empujando a sus ciudadanos a salir del país, creando una presión migratoria en la región.
Se quejó otra vez porque la comunidad internacional no ha respondido al pedido del envió de una fuerza internacional hacia ese territorio donde impera la violencia e inseguridad promovida por grupos armados.
La advertencia la hizo Josué Fiallo, representante permanente del país ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), al participar este miércoles en una sesión del Consejo Permanente del organismo regional que aborda hoy la situación en Haití.
Dijo que el impacto de esta presión adicional en políticas sociales del Estado dominicano “tiende a desestabilizarnos y cuando la migración ocurre al margen de la ley, el orden y la seguridad, rápidamente surgen desafíos políticos, sociales, económicos y de seguridad pública”.
Expresó la importancia de que el vecino pueblo, el más pobre de occidente, supere su crisis política, que se acentuó a principios de año al quedarse sin representantes electos luego de acabar el período de los últimos 10 senadores de una matrícula de 30, pero observó que cualquier acuerdo nacional legítimo y proceso viable para organizar elecciones “debe ser precedido de la pacificación del territorio”.
El diplomático describió que, ante la crisis en Haití y la imposibilidad de formalizar un adecuado manejo de la delimitación territorial con responsabilidad compartida, la frontera compartida por ambas naciones “se ha convertido en una fuente de dificultades”.
“Enfrentamos la trata de seres humanos, tráfico de armas y narcóticos, así como el contrabando de bienes y mercancías. Reiteramos, nuevamente, que nuestro gobierno está obligado a tomar las medidas necesarias para preservar nuestra integridad territorial, la seguridad de nuestros ciudadanos y nuestra estabilidad social y económica”, expresó Fiallo..
Agregó que la República Dominicana pidió que “cuando se evalúa una situación compleja, como la de Haití, no se le solicite a ningún Estado que haga lo que no se les pide a otros. Debemos ser conscientes de las capacidades requeridas para acometer la inmensa tarea que nos queda por delante y las limitaciones institucionales para desde aquí no duplicar esfuerzos ni desperdiciar energía o recursos valiosos”.
Por tanto, el embajador Josué Fiallo consideró que el rol de la OEA debe ser de apoyo a las autoridades haitianas, en coordinación con los esfuerzos que se impulsan desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La realidad que afronta esa nación caribeña, que comparte la isla La Española con la República Dominicana, ha sido debatida en organismos multilaterales que han condenado los niveles de violencia y exigen su cese, pero nada ha cambiado a pesar de estos llamamientos. Incluso, se puede decir que la situación ha empeorado que ha llevado al gobierno haitiano a solicitar el envío de una fuerza internacional.
La proliferación de pandillas armadas causantes de numerosos asesinatos, secuestros, violaciones sexuales e incursiones en propiedades públicas y privadas, principalmente de instituciones Ong,s extranjeras, han llevado al primer ministro haitiano Ariel Henry a solicitar una intervención militar internacional que garantice el retorno a la normalidad.
También padece graves situaciones alimentarias y de salud, como el cólera, eventualidades que se han agravado desde que fue asesinado a tiros el presidente Jovenel Moïse, que gobernó del 2017 a 2021.
Moïse fue abatido el 7 de julio del 2021 en su domicilio de Puerto Príncipe por un comando de 28 supuestos mercenarios extranjeros, colombianos en su mayoría, en un ataque donde además hirieron a su esposa, Martine Moïse, quien sobrevivió al atentado. INS
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