P. Rico-Una economía capitalista humanizada (Análisis)

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 19 ene (INS).- Hay algo sobre lo cual se hace necesario reflexionar. Ya parece haber dejado de validarse la necesidad de revoluciones que trastoquen sistémicamente las economías. En la época actual, no es viable un capitalismo fundamentado en la codicia y la avaricia. El altruismo busca introducirse en el capitalismo, y debe dársele cabida. Existe un rechazo espontáneo al capitalismo depredador. No únicamente al capitalismo que depreda a otros seres humanos, sino que depreda la naturaleza y el medio ambiente.

La economía exitosa de hoy está cimentada en el compromiso social; en los valores de humanismo. No es vista la economía ya como una maquinaria regida por leyes propias, ajenas al ser humano. La economía de los pueblos se pretende construir actualmente al servicio del ser humano.

Por lo tanto, la idea preponderante en la actualidad es que los seres humanos no deben estar al servicio de la economía, sino que debe ser a la inversa: es la economía la que tiene que esta al servicio de los seres humanos.

Humanizar la economía es una meta en este nuevo siglo. Los avances científicos y tecnológicos están haciendo posible que se cumpla con esa meta mediante una relación transformadora con los medios de producción.

Una economía humanizada contraviene la idea de que las leyes del mercado tienen vida propia. Que son una fuerza en sí mismas. Pretender restar todo lo humano que hay en ellas, es contra lo cual se viene luchando para humanizar la economía capitalista de hoy. Se imponen límites al afán de lucro en el capitalismo. Ya no es visto el afán de lucro como una fuerza intrínseca al capitalismo que no deba controlarse.

El futuro del capitalismo depende del esfuerzo por humanizarlo. Del éxito que tenga el poder darle un rostro humano dependerá su porvenir. La economía capitalista y el bienestar del ser humano tienen que ir de la mano, por rumbos paralelos.

La preservación de la naturaleza y la salud del medio ambiente son piezas fundamentales para el bienestar de la humanidad.

Por lo tanto, la economía capitalista debe cuidar de la naturaleza y del medioambiente para que el ser humano tenga bienestar. Es fundamental que esté atada a tales preceptos. De lo contrario, no habrá economía capitalista que pueda estar al servicio del ser humano. Y si no es así, su existencia no tiene sentido.

El mercado y la funcionalidad de la economía capitalista están, por tanto, supeditados al bienestar del ser humano. Es lo que se denomina como una economía humanizada. El humanismo es el único precepto que debe regir a la economía. Fuera de ese precepto, ninguna economía tiene validez.

Si no es para procurar el bienestar del ser humano, no hay nada en una economía que valide su permanencia en la sociedad. Ninguna economía tiene valor intrínseco en sí misma. Son únicamente un instrumento de la civilización y la humanidad.

La fuerza del trabajo no debe ser vista en la nueva economía capitalista como la antinomia de la rentabilidad del capital. El capital no tiene rentabilidad sin la fuerza del trabajo, y no hay posibilidad de que la fuerza del trabajo tenga un desempeño de plena potencialidad en la sociedad capitalista sin buenas inversiones de capital. Hay una simbiosis entre ambas fuerzas.

Humanizar el trabajo en la nueva economía capitalista es la clave del progreso con justicia social. Es como único se procura que haya, no crecimiento económico, sino algo mejor: desarrollo económico, que es el crecimiento no tan sólo vertical, sino horizontal en la sociedad.

Transformar la economía capitalista desde adentro para que evolucione hacia estratos de mayor progreso parece es en lo que se está cifrando el futuro de la humanidad. Parece que la consigna ahora es evolución, no revolución. ¿Será acaso posible la configuración de esa meta? El tiempo dirá. INS

rsm/ndc