EEUU-El dulce sabor de la apicultura moderna en Haití

El apicultor haitiano Ilarion Celestín, con el apoyo de la FAO, cuenta con 18 colmenas. / Inter News Service/ONU/Foto de Daniel Dickinson

Nueva York, 24 may (INS).- Los apicultores de la comuna haitiana de Bonbon, en el sur del país, están creando un gran revuelo en torno a la miel en una zona que se está recuperando del terremoto de 2021.

Ilarion Celestín recibió el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Ministerio de Medio Ambiente de Haití en el marco de un proyecto contra la desertificación para modernizar su producción de miel.

“Antes era un apicultor tradicional. Mis abejas producían miel en un tronco hueco, pero luego la FAO me ayudó a pasar a una forma moderna de apicultura, con formación técnica y me proporcionó todo el equipo, incluidas 18 colmenas, que necesitaba para ser un apicultor profesional”, cuenta Celestín.

Agrega que “aprendimos a cuidar bien de las abejas y ahora están más sanas y producen más miel. También la producción es más higiénica… Me encanta la miel, tiene buen sabor, es rica en proteínas y también es medicinal. Mis abejas producen cuatro tipos diferentes de miel, y mi favorita es la de las flores del árbol de Moringa, que es una miel blanca”.

Gracias a la moderna equipación y nuevos métodos de apicultura, la producción anual de miel de Celestín ha aumentado a 270 galones.

“Puedo ganar mucho dinero. Un galón se vende por unos 50 dólares, así que es un buen negocio. La FAO nos dice que hay una gran demanda de miel y quizás en el futuro mi producto se exporte al extranjero. Ahora mismo, la vendo localmente y en la capital, Puerto Príncipe”, afirma con entusiasmo.

Cada vez hay más personas interesadas en convertirse en apicultores, especialmente desde el terremoto de agosto de 2021. La FAO capacitó a muchos para enseñarles cómo dirigir el negocio.

Estos nuevos apicultores se dan cuenta de que ni siquiera un terremoto puede interrumpir la producción de miel de las abejas, aunque algunos perdieron algunas abejas cuando sus colmenas se cayeron durante el terremoto.

“El principal reto al que nos enfrentamos es el cambio climático. Con sequía, las flores de los árboles no crecen bien y hay menos agua, por lo que las abejas tienen que viajar más lejos para recoger néctar y beber agua, lo que significa que producen menos miel.  Así que estoy empezando a plantar árboles y a asegurarme de que tengan suficiente agua. Este es un buen trabajo y es muy sostenible”, remata. INS

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