P. Rico-CRISPR: herramienta científica beneficiosa para modificar el genoma de plantas, animales y humanos, pero que requiere límites éticos

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 19 may (INS).- Con una nueva herramienta para editar genes, llamada CRISPR, los científicos son capaces de modificar los genomas de las plantas, los animales y hasta los seres humanos.

CRISPR es la sigla inglesa para “Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats” (que en español significa repeticiones palindrómicas cortas, agrupadas y periódicas interespaciadas).

Cuando cualquier persona contrae una infección viral, su sistema inmunológico produce una memoria inmunitaria frente el patógeno del virus, a fin de que la próxima vez que se presente esa amenaza, haya una reacción rápida.

A muchas bacterias, CRISPR les sirve como un tipo de sistema inmunológico. Cuando una bacteria se infecta, reúne fragmentos del código viral y los guarda en su propio genoma para mantenerlos a buen recaudo. Estas secuencias sirven como un tipo de memoria inmunológica que provee a la bacteria una huella molecular de los virus que la infectaron. Si el mismo virus vuelve a aparecer, la bacteria lo reconoce y libera una proteína llamada Cas9 que corta el ADN para dividir el código genético del invasor. Por ello, muchas personas se refieren a esta tecnología como CRISPR/Cas9.

El CRISPR permite a los investigadores cortar y pegar secuencias de ADN. Primero, los científicos componen un conjunto de letras genéticas o “ARN guía” que, igual que los fragmentos originales del código viral, reconoce un tramo específico del ADN entre los millones de letras A, T, G y C del genoma.

Luego de esto, se introduce en la célula diana esta secuencia guía junto con una enzima similar a Cas9, que coincide con el texto correspondiente y lo abren. Los científicos usan este mecanismo para borrar, mutar, insertar o reparar secuencias genómicas de ADN en células, animales y seres humanos.

La tecnología se puso en marcha en 2012 y, desde entonces, se han publicado más de 8,000 trabajos científicos que mencionan al CRISPR. Hoy en día, esta tecnología se usa en los laboratorios investigativos de más de 80 países para estudiar las bases moleculares de las enfermedades y crear nuevos tratamientos.

Las posibles aplicaciones de la tecnología CRISPR son ilimitadas. Los investigadores han usado el CRISPR para componer grandes errores genéticos, como los causantes de la distrofia muscular, de la fibrosis quística y del síndrome del cromosoma X frágil.

Asimismo, han aprovechado la tecnología para manipular cerdos a fin de obtener órganos para personas que necesitan trasplantes. Están en curso otros trabajos para eliminar las infecciones por VIH, crear antagonistas de microbios más y controlar inteligentes a los mosquitos portadores de enfermedades.

Están en curso otros ensayos clínicos de esta tecnología dirigidos contra varias enfermedades metabólicas, autoinmunitarias y neurodegenerativas. Un ensayo usará CRISPR para tratar muchos tipos de cáncer, entre ellos, melanoma, sarcoma y mieloma múltiple. El método propuesto implica alterar dos genes en las células inmunitarias de pacientes con cáncer para que puedan prevenir los tumores.

Un ejemplo del trabajo en investigación básica que científicos vienen llevando a cabo, es la aplicación de CRISPR en los estudios sobre el cáncer de pulmón y de páncreas. Los científicos examinan los diferentes tipos del gen KRAS vinculados con el cáncer a fin de entender en más detalle qué es lo que se necesita para inhibir el desarrollo del tumor. Usa la edición genómica mediada por CRISPR/Cas9 para examinar diferentes diferencias genéticas en ratones para correlacionar los cambios con la formación y el avance del tumor.

No obstante, una cosa es valerse de este poder para curar enfermedades que, de otra manera, serían incurables y otra utilizar el CRISPR para manipular los genes relacionados con características como estatura, color de los ojos o coeficiente intelectual, a fin de generar mejoras de tipo estético en bebés configurados. INS

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