Sudáfrica-El trabajo infantil es enemigo del desarrollo de los niños y debe eliminarse, concluye la OIT

Niños trabajan en una mina de granito en Ouagadougou, Burkina Faso. / Inter News Service/Unicef

Durban, 18 may (INS).- El trabajo infantil es una consecuencia inevitable de la pobreza, pero no podemos resignarnos a que exista, dijo el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, en la jornada de apertura de un cónclave internacional para discutir cómo acabar con ese lastre universal.

Durante cinco días, delegados de todos los países participan presencial o virtualmente en la 5ª Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil, que se celebra en Durban, Sudáfrica.

Según los datos más recientes de la OIT, en la actualidad hay en el mundo unos 160 millones de niños que trabajan, es decir, uno de cada 10 del total de la población infantil global.

El alarmante número va en aumento, sobre todo a partir de la pandemia de Covid-19, que exacerbó la desigualdad y carencias, sobre todo en las familias más pobres. Esta tendencia -acentuada en el grupo de edad de cinco a 11 años-, amenaza con revertir años de progreso.

Dado este panorama, la Conferencia arrancó con una exhortación a la acción urgente para combatir ese flagelo.

Guy Ryder insistió en que el trabajo infantil no se debe aceptar en ninguna circunstancia: “No debemos hacerlo. Lo esencial es abordar las causas profundas, como la pobreza de los hogares”, subrayó.

La OIT reportó que, en los últimos cuatro años, unos 8,4 millones de niños se sumaron a los menores que trabajan y advirtió que millones más están en riesgo de seguirlos como consecuencia de la crisis generada por la pandemia.

Derechos humanos

En este sentido, los oradores de la Conferencia destacaron la necesidad imperiosa de recuperar los avances que se habían conseguido en muchas regiones antes de la emergencia sanitaria, aludiendo a la meta acordada de erradicar ese azote para 2025.

Las cifras desagregadas muestran que el mayor aumento ocurrió entre los niños de cinco a 11 años, que por el momento constituyen más de la mitad de todos los casos de trabajo infantil.

En cuanto a los niños de cinco a 17 años que realizan trabajos peligrosos, la cantidad se incrementó en 6,5 millones, para llegar a 79 millones.

“El trabajo infantil es la violación de un derecho humano básico, y nuestro objetivo debe ser que todos los niños, en todas partes, estén libres de él. No podemos descansar hasta que eso ocurra”, enfatizó Ryder.

El presidente sudafricano, Cyril Rhamaphosa, pidió a los delegados emprender acciones “de gran alcance” para hacer una diferencia en la vida de los niños.

“El trabajo infantil en todas sus facetas es un enemigo. Es un enemigo del desarrollo de nuestros niños y un enemigo del progreso. Ninguna civilización, ningún país y ninguna economía pueden considerarse a la vanguardia del progreso si su éxito y su riqueza se han construido sobre las espaldas de los niños”, afirmó el mandatario. INS

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