P. Rico-Las graves consecuencias que tendrían las sanciones contra Rusia por conflicto geopolítico en Ucrania

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, 23 ene (INS).- El conflicto geopolítico entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia por Ucrania amenaza con acarrear graves consecuencias políticas, pero también económicas que tendrían repercusión internacional.

El principal representante de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo recientemente que el bloque está preparando un “conjunto completo de sanciones” contra Moscú, algo que también ha recalcado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Si Occidente detuviera las importaciones de petróleo y gas natural de Rusia, eso sería una sanción económicamente desastrosa que Moscú realmente entendería. Pero también tendría graves consecuencias para Occidente.

Por ejemplo, alrededor del 55 por ciento del gas natural de Alemania proviene de Rusia. En teoría, Berlín podría recurrir a otros países en busca de ayuda, pero no hay suficientes terminales de gas natural licuado (GNL) en Europa, y ninguna en Alemania.

Al mismo tiempo, los precios mundiales del gas licuado se dispararían. Las instalaciones de almacenamiento alemanas están más vacías de lo que han estado en mucho tiempo, y debido a que los mercados se han liberalizado, el gobierno no tiene demasiadas palancas para contrarrestar tales presiones de precios.

En medio del conflicto geopolítico entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania está la situación del gasoducto de gas natural Nord Stream 2, entre Alemania y el gobierno ruso. Alemania y Estados Unidos han acordado que ese oleoducto no entrará en funcionamiento si Rusia inicia una guerra en Ucrania, un acuerdo hecho entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y la excanciller alemana, Angela Merkel.

El resultado de este acuerdo depende de lo que haga Rusia a continuación y de si Estados Unidos ve cualquier tipo de acción política y militar rusa como el comienzo de una guerra. O si Rusia busca desestabilizar Ucrania sin lanzar una invasión física.

Las consecuencias de tales medidas punitivas para la economía rusa no siempre son predecibles, y el daño a la economía global puede ser significativo.

Otra punición contra Rusia sería el bloqueo a las entregas de microchips. Tal medida sería perjudicial para la industria aeronáutica y la industria armamentística, las cuales son clave para las exportaciones rusas y para el prestigio del país.

Las medidas adicionales que se están discutiendo incluyen limitaciones en las entregas de piezas necesarias para la construcción de aviones de guerra y cohetes.

La industria mundial de semiconductores (chips) está dominada en gran medida por empresas de Estados Unidos y sus aliados, con las fábricas más modernas ubicadas en territorio estadounidense, Europa, Taiwán y Corea del Sur.

Con sus sanciones contra la empresa Huawei, Estados Unidos ya ha demostrado la eficacia con la que se pueden utilizar los suministros de chips como arma contra los rivales. Desde que la administración del expresidente Donald Trump limitó la exportación de procesadores de teléfonos inteligentes a Huawei, las ventas del gigante tecnológico chino se han desplomado.

Se necesitarían varios meses para que un boicot de chips tuviera mucho efecto. En cambio, separar a Rusia del sistema Swift, la columna vertebral del mundo financiero, por el contrario, tendría un impacto inmediato. Alrededor de 11 mil bancos en más de 200 países utilizan la red para realizar transacciones transfronterizas.

Swift es el sistema de mensajería interbancario que utilizan la mayoría de los bancos del mundo para enviar mensajes. Su función es proporcionar un sistema seguro de intercambio de información entre bancos. Cada banco tiene un código internacional ISO 9632 que lo identifica en el sistema.

La red Swift realmente no transfiere fondos, pero en su lugar envía órdenes de pago entre cuentas de instituciones, usando códigos Swift, que posee y administra el sistema BIC, lo que significa que puede rápidamente identificar un banco y enviar de manera segura un pago allí.

El daño colateral de tal movimiento sería significativo. Incluso cuando las empresas en Rusia tendrían que encontrar rutas alternativas elaboradas para pagar sus facturas en el extranjero, y el flujo transfronterizo de efectivo y bienes se detendría poco a poco, Occidente también sufriría.

Las exportaciones a Rusia de empresas en Europa ya no podrían pagarse, y Europa no podría pagar las entregas de gas natural desde Rusia. Además, la deuda rusa en poder de los bancos europeos estaría en peligro.

Tales consideraciones llevaron a Friedrich Merz, el probable próximo líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, a advertir que se trataría de “una bomba atómica para los mercados financieros”. INS

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